A través de la SEO, he podido participar como
voluntario en el Proyecto LINDUS 2 entre los días 1 y 10 de Septiembre que se
desarrolla en los Pirineos oscenses en los Puertos de Somport y Portalet para
el censo de aves migratorias. Aunque me habría gustado poder alternar los días
entre ambos puertos de montaña, a mí concretamente me tocó en el Portalet, ubicado en el Valle de Tena, donde
he vuelto a coincidir con Alberto por tercera vez en un Voluntariado, y donde
conocimos a David, venido de Cantabria, quien fue nuestro compañero. Los tres
primeros días tuvimos como monitor a Marco, el resto fue Marta. El alojamiento
fue en el Refugio de Telera, en Piedrafita de Jaca.
Nuestro principal cometido, el conteo de
aves en paso migratorio, transcurría normalmente de 9.00 a 18.00. Para ello nos
repartíamos en dos puntos para realizar las observaciones, quedando el puerto
entre ambos. A menudo nos venía largo el horario, por la escasez de aves que
iban en migración hacia el sur, que contábamos con cuentagotas. Ello también
hacía que fuera fácil realizar nuestra labor.
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Pic du Midi d'Ossau (2.884 m.) |
Picos de escalpadas aristas y agujas
rocosas, se alzaban entre valles tapizados de denso pasto agostado en su mayor
parte, componen el paisaje del entorno del Puerto del Portalet, destacando el
Pic du Midi d’Ossau, gran mole pétrea que aún conservaba algunos neveros en las
umbrosas gritas de su cara meridional.
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La flor de la carlina, con un abejorro |
Eran muy llamativas las flores de las
carlinas, a las que acudían abejorros y pequeños escarabajos. Los helechos crecen
al abrigo de las grietas entre las rocas, donde se concentra mayor humedad, así
como los arándanos, de bajo porte, que también aparecen en densas manchas por
algunas laderas solariegas. Enebros rastreros, y algún que otro pequeño pino
silvestre, creciendo totalmente aislado, entre las rocas de los asolados prados
alpinos, atestiguan lo que debió ser un bosque antaño. Vacas y ovejas evitan
que vuelva a proliferar el pinar, manteniendo “limpias” las numerosas pistas de
esquí, como cicatrices de las heridas que el ser humano infringió a las
montañas, que hay en la vertiente española antes de llegar al puerto. El lado
francés, donde comienza el Parc National des Pyrénées justo al pasar la
frontera, al que hicimos una pequeña excursión el día 7, cambia por completo,
pues enseguida se adentra la carretera en frondosos hayedos, todavía bastante
verdes pero que ya empezaban a teñirse de naranja para recibir el otoño, entre
los que se mezclan pinos y abetos. Este cambio tan sustancial seguramente no
solo se deba a que la cara norte sea más húmeda y fresca, sino que además deben
influir las restricciones legales del país galo, más estrictas que las
españolas en cuanto a usos y aprovechamiento, destinadas a la conservación de
este espacio natural.
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Los Pirineos al sur del Puerto del Portalet |
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Los Pirineos al norte del Portalet (Parc National des Pyrénées) |
Los abejeros pasaban en grupos muy
reducidos, de dos o tres individuos, e incluso alguno solitario. Rara vez
superaron esas cifras. Las pocas águilas calzadas, las culebreras y los
alimoches siempre pasaron en solitario. Tan solo el primer día vimos pasar un
bando de catorce cigüeñas blancas. Además de estas grandes aves planeadoras,
también teníamos que fijarnos en los pequeños paseriformes, pero tan solo
podíamos estimar las cifras de golondrinas y aviones comunes. Estos últimos aún
resultaban más confusos para el conteo, pues los que anidaron en los edificios
del puerto, todavía permanecían asentados en el lugar. En alguna ocasión vimos
al papamoscas cerrojillo y a la lavandera blanca, que aunque también van de
paso, estaban temporalmente instalados allí. Sobre todo en los primeros días,
veíamos también pequeños grupos de escribanos hortelanos, a los que tampoco les
quedaría mucho tiempo para marcharse de allí. Tal vez por eso dejamos de verlos
los últimos días. Nos resultó imposible asegurar ninguna especie de bisbita,
que aparecían bien moviéndose entre el denso pasto, o bien posados en las
rocas.
Aunque no permanezcan establecidos de
manera completamente sedentaria en el lugar, y acaben desplazándose a cotas
inferiores cuando la nieve cubra el abrupto paisaje, no faltaron ningún día
buitres leonados, milanos reales, cernícalos, collalbas grises, colirrojos, ni
aviones. Tampoco hubo día en el que no viésemos alguna marmota, pastando o
vigilando atentamente desde algún promontorio o roca dominante del terreno desde
el que controlase visualmente su territorio. Igualmente siempre oíamos sus
agudos silbidos inundar los valles, alarma que emitían ante cualquier señal de
peligro por pequeña que fuera, desde unos excursionistas, hasta la aproximación
de milanos e incluso cernícalos.
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Lagartija Roquera, hembra |
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Lagartija Roquera, macho |
Los gorriones comunes solían transitar el
puerto, junto a las edificaciones, mientras los pardillos se veían y escuchaban
a alejarse de estas instalaciones. La lagartija roquera también se dejaba ver
por los alrededores del puerto, en rocas soleadas. A menudo detectábamos a las
escandalosas chovas piquirrojas, formando ingentes hordas que evolucionaban
describiendo espirales en el cielo, o se lanzaban hacía algún remoto lugar en
el espacio hasta perderlas de vista. También podía verse con frecuencia el
vuelo del águila real, pero con más asiduidad que esta, contemplamos al
quebrantahuesos. Casi siempre solitario y lejano, patrullaba el buitre-águila
con barba sus vastos dominios en los que irrumpíamos como testigos.
Especialmente bueno fue el avistamiento que David y yo tuvimos la tarde del
segundo día, cercano, viéndolo primero volar bajo nuestra posición, hasta
alcanzar nuestra altura, mirándolo de frente, para seguir inmediatamente
escalando cotas en el aire, volando en círculos sobre nuestras cabezas.
Otro animal que repitió casi a diario, y
que aun sabiendo que su distribución abarca los Pirineos, pero que para nada
esperaba poder ver, fue el armiño. Luciendo su ocre librea veraniega, nos
deleitaba en sus alocadas carreras con sus saltos y piruetas, que más que
patas, parecía tener muelles. Curioso, a veces se asomaba con cautela entre las
rocas o se erguía sobre sus patas traseras. El primer día, tras descubrirlo,
pudimos escuchar sus chillidos bajo una roca, lo que le llevo a Marco a pensar
que quizá se tratara de una pareja en cópula, y algún tiempo después Alberto y
David, mientras esperaban algún ave que contar para el censo, pudieron ver a ambos en sus correrías. En lo que a mí respecta, pude observar como un par de
collalbas grises intentaban, sin éxito, expulsarlo del lugar donde ellas
estaban, y en otra ocasión mis compañeros y yo presenciamos como una cernícala
picó sobre el ágil mustélido, pero sin culminar su ataque aéreo. Ambas especies de aves, prudentemente, se limitaron sólo a dar unas pasadas cercanas, pues de
alguna manera deben conocer que serían ellas las perdedoras de llegar a confrontarse
con el pequeño carnívoro.
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Armiño, con pelaje estival |
En torno a las charcas que había en la
zona, sobrevoladas por grandes libélulas y pequeños caballitos del diablo, era
fácil descubrir pequeñas ranas bermejas, saltando entre la hierba. También
logramos encontrar algún ejemplar de mayor talla. Se mezclaban con ellas los
sapos parteros comunes, que también resultaban fáciles de ver moviéndose entre
la orla de hierba que circunda las charcas. Mayor dificultad supuso dar con los
tritones palmeados, de los que tan solo encontramos cuatro adultos, dos de
ellos inmaduros.
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Rana Bermeja |
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Tritón Palmeado |
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Sapo Partero Común |
Cuando íbamos hacia el puerto, solíamos
descubrir por las cercanías antes de llegar, algún ratonero, y ver algunas
urracas y cornejas. Pájaros como el acentor común o el escribano cerillo solo
pudimos verlas ocasionalmente mientras aguardábamos el paso de las aves
viajeras. A la hembra del roquero rojo tan solo la descubrimos un par de veces
en sus cortos vuelos entre las rocas en las que se posaba, y tan solo vimos uno
de los últimos días un joven jilguero.
También los cuervos los vimos una sola vez
(día 4), cuando subimos al Pic d’Estrèmére, donde por supuesto tampoco faltaron
las chovas ni los buitres leonados. Y otra ave que contemplamos desde la cumbre
fue una joven águila real.
Una tarde (día 3) acompañamos a Marta a
reconocer el entorno del punto de observación de la laguna que servía como
abrevadero a las vacas, donde ella pasaba las mañanas haciendo conteos. Vimos
buitres, al águila real, cernícalos, algún milano, bisbitas, collalbas,
pequeñas ranas bermejas en una surgencia de agua más limpia, que no estaba
pisoteada por las vacas, pero como novedad también vimos unas alondras, al
ascender por unos pastizales desde donde levantaron el vuelo, a las que
reconocimos por su canto. David también descubrió en un pastizal a tres
sarrios, los únicos que vimos en todo el Voluntariado. Al bajar, pudimos ver a
la hembra del aguilucho lagunero. De vuelta al abrevadero, vimos cernícalos
posados en el suelo, pero también estaba presente la garza real.
(*)
Fotografías: gentileza de David Gómez.
Lista
de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Marmota
Alpina (Marmota marmota)
- Armiño (Mustela erminea)
- Sarrio (Rupicapra pyrenaica pyrenaica)
- Garza Real (Ardea cinerea)
- Cigüeña
Blanca (Ciconia ciconia)
- Buitre
Leonado (Gyps fulvus)
- Quebrantahuesos
(Gypaetus barbatus)
- Alimoche
Común (Neophron pernopterus)
- Milano Real
(Milvus milvus)
- Busardo
Ratonero (Buteo buteo)
- Abejero
Europeo (Pernis apivorus)
- Aguilucho
Lagunero Occidental (Circus
aeruginosus)
- Culebrera
Europea (Circaetus gallicus)
- Águila Real
(Aquila chrysaetos)
- Aguililla
Calzada (Aquila pennata)
- Cernícalo
Vulgar (Falco tinnunculus)
- Paloma
Torcaz (Columba palumbus)
- Alondra
Común (Alauda arvensis)
- Golondrina
Común (Hirundo rustica)
- Avión Común
(Delichon urbicum)
- Lavandera
Blanca (Motacilla alba alba)
- Acentor
Común (Prunella modularis)
- Colirrojo
Tizón (Phoenicurus ochruros)
- Collalba
Gris (Oenanthe oenanthe)
- Roquero Rojo
(Monticola saxatilis)
- Papamoscas
Cerrojillo (Ficedula hypoleuca)
- Urraca (Pica pica melanotos)
- Chova
Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
- Corneja
Negra (Corvus corone)
- Cuervo Grande (Corvus corax)
- Gorrión
Común (Passer domesticus)
- Jilguero (Carduelis carduelis)
- Pardillo
Común (Carduelis cannabina)
- Escribano
Cerillo (Emberiza citrinella)
- Escribano
Hortelano (Emberiza hortulana)
- Lagartija
Roquera (Podarcis muralis)
- Tritón
Palmeado (Lissotriton helveticus)
- Sapo Partero
Común (Alytes obstetricans)
- Rana Bermeja
(Rana temporaria)
¡Una gran aventura! Espero coincidir en más y seguir aprendiendo contigo.
ResponderEliminarUn abrazo,
David
Me ha encantado el texto y compartir esa semana con vosotros. ¡Espero volveros a ver algún día, ya que tengo bastantes zonas pendientes por el sur!
ResponderEliminarUn abrazo guacharrico majico.
Marta :D