Septiembre siempre es una buena época para
hacer una escapada a la Sierra
de Andújar, pues el paso migratorio de la aves viajeras que se van a África a
pasar el invierno y la berrea del ciervo que comienza en estas fechas que
anuncian que el otoño está por llegar, llenan de vida estos alomados montes. Y
tras la vuelta del Voluntariado en Pirineos, aprovechamos Fran, Alberto antes de que se
fuese a Almería, y yo el lunes 12 para hacer una ruta por la sierra.
Calurosa jornada, que no obstante nos
deparó muchas y variadas observaciones. Iniciamos nuestra salida por la
carretera de la cadena, donde en los agostados pastos de los cerrillos pudimos
ver un alcaudón real, estorninos, grajillas y urracas. Nos llamó la atención
una posada en el cabeza de una vaca que estaba tumbada. Por la zona de los
bajos chaparros que hay más adelante fueron los rabilargos los que vimos
cercanos a la carretera, y al llegar a las viñas, aparecían las tórtolas turcas
en los tendidos eléctricos.
Nos acercamos a una vieja piscina donde se
acumula el agua de lluvia, y que actúa como una trampa para los anfibios. Pero
no encontramos ninguno, al menos en la parte libre de agua. La causa, una
culebra de collar. Se trataba de un individuo adulto, que carecía por completo
del collar que exhiben los jóvenes y que da nombre a la especie. Esa ausencia
de collar en los ejemplares adultos es lo que caracteriza a la especie ibérica
de esta culebra acuática, taxonómicamente separada de la especie europea en fechas recientes.
Culebra de Collar Mediterránea |
Pero no era la única culebra que allí
había, pues encontramos un joven macho de culebra bastarda. Con dos culebras
compartiendo tan reducido espacio, a saber desde cuanto tiempo, normal que no
encontrásemos ranas, ni tritones, ni gallipatos que solían haber. A esta
especie la sacamos de la piscina, pues de llegar a inundarse si lloviera,
moriría ahogada. También aprovechamos y colocamos un par de tablones a modo de
rampas, para facilitar la salida de ciertos animales que podrían caer y perecer
allí.
Culebra Bastarda, macho joven |
Dimos una pequeña vuelta por la zona,
hasta salir a un sitio con una buena panorámica de la sierra. Parecía como si
hubieran estado esperando a que llegáramos, pero ante nosotros empezaron a
desfilar rapaces en vuelo. El contraluz nos impidió que identificásemos con
seguridad una gran águila, pero nos impidió disfrutar del planeo de un cercano
buitre negro. No tardaron en sumársele un milano negro, y un águila calzada de
fase oscura, volando casi simultáneamente ofreciéndonos una perspectiva,
primero frontal y luego ventral. Algo más lejos volaba otro buitre negro, en
compañía de unos leonados, mientras por las cercanías había aparecido un águila
calzada de morfo claro. Atrapados en el dilema de tener que elegir a que rapaz
observar, mientras estábamos con los ojos puestos en los prismáticos, irrumpió
en la zona un grupo de 25 halcones abejeros, en el que estaban representadas
todas sus coloraciones. La calzada volaba junto a ellos, mientras se
arremolinaban cogiendo altura. Y la exhibición de rapaces cesó cuando se lanzaron
hacia el sur.
Volviendo hacia el coche, deparamos en un
papamoscas cerrojillo y en un herrerillo común, que no se dejaron ver mucho
rato. En la carretera se nos cruzó algún mirlo, y vimos un gran grupo de
estorninos, aparte de rabilargos. Paramos en otro lugar desde donde había
buenas vistas de la sierra, pero aquí no tuvimos tanta suerte. En el rato que
estuvimos tan solo pasaron unas palomas torcaces, pero al bajarnos del coche
cuando llegamos, nos entretuvimos mirando un par de inquietos herrerillos
capuchinos, que se movían entre las ramas de una encina, mientras emitían su
canto.
Nos dirigimos después al área recreativa
del Encinarejo, donde almorzamos, y pasamos la sobremesa esperando a que se
disminuyeran un poco las altas temperaturas de la tarde. Pero antes, al llegar,
paramos en el mirador un rato, tanto como aguantamos expuestos al sol. Ya
pudimos escuchar aquí la berrea. Sobre la dehesa que controlábamos visualmente,
vimos pasar alguna torcaz, pero fijamos la atención en el águila imperial, que
también volaba por allí. En un tocón que sobresalía del río, se soleaba un
galápago leproso, y siguiendo el cauce pasó un ánade real con en fase de
eclipse. Tras la breve espera, seguimos un poco más abajo, en busca de las
sombras de los pinos y los fresnos. Al llegar, antes de bajarnos del coche,
vimos a la garza real. Nos acercamos cautelosamente a la orilla del río, donde
entre la vegetación de la orilla pudimos escuchar al ruiseñor bastardo y los
reclamos del petirrojo y la curruca cabecinegra. La garza estaba tan bien mimetizada que apenas podíamos verla. En cambio si localizamos al ánade nadando
a la sombra orilla del río, donde entre el efecto del claroscuro juego de luces
y sombras, y su críptico plumaje de eclipse tampoco hubiera sido fácil
descubrirlo de no ser por sus movimientos. Se oyeron los verdecillos, pero sin
llegar a verlos. Los jilgueros, por su parte, que también cantaron, sí que se
mostraron. Escuchamos los agudos pitidos del agateador y los sonoros trinos del
trepador azul, los cuales acabamos viendo. Igualmente oímos las leves voces del mito, y lo encontramos moviéndose por las ramas. También descubrimos paseándose por
las ramas a un carbonero. Oímos las notas del pico picapinos, y también
acabamos viéndolo. Y entre tanto, un papamoscas gris se movía por los
alrededores, de rama en rama. También escuchamos los graznidos del águila
imperial, y con solo levantar la vista vimos a una pareja de adultos
sobrevolando los montes.
El siguiente sitio al que nos encaminamos
por la tarde fue a La Lancha. A
lo largo del trayecto pudimos ciervos y gamos, perdices, urracas y rabilargos,
más algún papamoscas. Un arrendajo salió volando entre un grupo de rabilargos. Le
dedicamos sendas paradas a una totovía que se posó en la rama baja de un pino,
y a un pito real posado en el suelo, a al sombra de una encina. Como todavía
apretaba el calor eludimos pararnos en las curvas, y seguimos hasta el Embalse
del Jándula. Nada más llegar, vimos tres cormoranes, en la orilla cercana, que
se lanzaron al agua. En torno a la presa se concentraban los aviones comunes, y
desde esta descubrimos una hembra de cabra montés. Seguimos nuestra andadura,
que nos llevó al desaguadero del embalse, por donde vimos al macho del roquero
solitario. Y sentados a las orillas del pantano, vimos por el otro borde unas
garzas reales, más una que volando a ras del agua, cruzó el pantano de lado a
lado.
Con el objetivo de hacer una espera
durante las últimas horas de la tarde, y que la temperatura había descendido,
volvimos hacia las curvas. Bajo los eucaliptos del primer trecho por el que
circulábamos, vimos unos pinzones en la pista, y algún papamoscas más. Y las
perdices, que se mueven ahora en grandes bandos familiares, con los perdigones
ya grandes. Hicimos una corta parada para asomarnos a ver el valle por el que
bajan las aguas del Jándula. Entre los lentiscos de la ladera, vimos moverse
algún mirlo, y en el cielo divisamos al águila culebrera. De vuelta al coche se
nos cruzó una veloz lagartija colilarga.
Desde las curvas avistamos sobre todo
ciervos, cuyos machos ya berreaban con vigor, aunque todavía no se ensalzaban
en combates. Por lo demás, no había demasiada actividad de aves. Tan solo el
vuelo de las palomas sobre las lomas en las que centrábamos nuestra atención,
donde tan solo detectábamos el movimiento ocasional de algunas urracas y rabilargos.
Mientras veía un alcaudón real posado en un cable, podía oír el reclamo de la
curruca rabilarga. Y lejos, volaban unos buitres contra la puesta de sol.
Apurando las últimas luces, cambiamos de
lugar donde dedicarnos un rato a esperar y observar. En el trecho que debimos
recorrer, nos encontramos con una joven culebra de herradura en el carril, que
primero optó por la inmovilización, para después lanzarse disparada hacia la
cuneta, donde se escabulló entre el pasto y las rocas. Tan solo seguimos viendo
ciervos en el poco rato que tuvimos de espera hasta que oscureció. Y en un
breve paseo que di bordeando una curva, pude ver tan solo un conejo. De vuelta,
ya por la noche, vimos un chotacabras posado en el camino, que se fue volando
al acercarnos, y más adelante, pasó en vuelo sobre la carretera un cárabo.
Lista
de Especies de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Conejo
Europeo (Oryctolagus cuniculus
algirus)
- Cabra Montés
(Capra pyrenaica hispanica)
- Ciervo Rojo
(Cervus elaphus)
- Gamo (Dama dama)
- Cormorán
Grande (Phalacrocorax carbo)
- Garza Real (Ardea cinerea)
- Ánade Azulón
(Anas platyrhynchos)
- Buitre
Leonado (Gyps fulvus)
- Buitre Negro
(Aegypius monachus)
- Milano Negro
(Milvus migrans)
- Abejero
Europeo (Pernis apivorus)
- Culebrera
Europea (Circaetus gallicus)
- Águila
Imperial Ibérica (Aquila adalberti)
- Aguililla
Calzada (Aquila pennata)
- Perdiz Roja
(Alectoris rufa)
- Paloma
Torcaz (Columba palumbus)
- Tórtola
Turca (Streptopelia decaocto)
- Cárabo Común
(Strix aluco sylvatica)
- Chotacabras
Cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis)
- Pito Real
Ibérico (Picus sharpei)
- Pico
Picapinos (Dendrocopos major)
- Totovía (Lullula arborea)
- Avión Común
(Delichon urbicum)
- Petirrojo
Europeo (Erithacus rubecula)
- Roquero
Solitario (Monticola solitarius)
- Mirlo Común
(Turdus merula)
- Ruiseñor
Bastardo (Cettia cetti)
- Curruca
Rabilarga (Sylvia undata)
- Curruca
Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
- Papamoscas
Gris (Muscicapa striata)
- Papamoscas
Cerrojillo (Ficedula hypoleuca)
- Mito Común (Aegithalos caudatus irbii)
- Carbonero
Común (Parus major)
- Herrerillo
Común (Cyanistes caeruleus)
- Herrerillo
Capuchino (Lophophanes cristatus)
- Trepador
Azul (Sitta europaea caesia)
- Agateador
Común (Certhia brachydactyla)
- Alcaudón
Real (Lanius meridionalis)
- Arrendajo
Común (Garrulus glandarius)
- Rabilargo
Ibérico (Cyanopica cooki)
- Urraca (Pica pica melanotos)
- Grajilla
Occidental (Corvus monedula)
- Estornino
Negro (Sturnus unicolor)
- Pinzón
Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
- Verdecillo
Común (Serinus serinus)
- Jilguero (Carduelis carduelis)
- Galápago
Leproso (Mauremys leprosa)
- Lagartija
Colilarga (Psammodromus algirus)
- Culebra de
Herradura (Hemorrhois hippocrepis)
- Culebra de
Collar Mediterránea (Natrix
astreptophora)
- Culebra
Bastarda (Malpolon monspessulanus)