Junto con Inma y con Paco, ayer pasé una
gran jornada en la Sierra
de Andújar. Fue un día de trabajo, para unas rutas guiadas con Iberus, pero
cuado pasas el tiempo entre personas tan entusiastas con lo que hacen, el
trabajo se convierte en todo un estímulo. Inma y yo recogimos a nuestros
respectivos clientes en el Centro de Visitantes de las Viñas de Peñallana, y
desde allí, yo detrás de ella, nos dirigimos hacia La Lancha.
En nuestro recorrido vimos urracas y
rabilargos, pero sin duda los que hacían las delicias de las observaciones de
nuestros clientes eran los abundantes ungulados de los montes mediterráneos
andujareños, ciervos y gamos, que exigían improvisar algunas paradas. Por el
camino vimos también pinzones y un cernícalo.
En una parada en la que nos apeamos del
coche acabamos localizando un pequeño rebaño de muflones, compuesto por seis
hembras y dos machos. Vimos también un discreto mochuelo, sobre unas rocas de
granito, a la sombra de unas encinas, pese a la cerrada nubosidad del día. Se
podían escuchar petirrojos por el entorno, mientras alguna lavandera blanca se
paseaba por el carril.
Paramos también al llegar a las curvas,
apartados de las grandes concentraciones de gente, donde pudimos observar conejos.
Al menos cinco ejemplares distintos. A quienes comprendemos el funcionamiento
de estos ecosistemas, nos produce mayor entusiasmo contemplar a este modesto
animal que a un ciervo, pues el conejo es una presa fundamental en la dieta de
los depredares de este medio natural. También vimos algún mirlo que prospectaba
el suelo. Se escuchaba a la curruca rabilarga, y acabamos descubriendo una
moviéndose entre las ramas de un madroño cercano.
Poco después hicimos otra parada porque sabíamos que se estaba viendo el lince. Y nada más bajarnos del coche lo localicé, encaramado junto a unos romeros. Permaneció bastante rato echado en el suelo, dormitando, y mientras tanto se nos unió Paco con su grupo. Pero tras cesar su descanso no se incorporó inmediatamente, sino que aprovechó su amagada posición para iniciar un rececho. Y desplazándose ligeramente a cortos trechos se lanzó a por un conejo. El lance no tuvo éxito, como ocurre la mayoría de las veces en la naturaleza, del que salieron dos raudos conejos por la loma donde ocurrió, y tras la que se había ocultado el lince. Las urracas, hasta una curruca cabecinegra, parecían reprocharle su fracaso. Delataban su presencia, todavía en la zona, pese a que nosotros no podíamos verlo. Y decidimos seguir nuestra ruta.
Lince Ibérico |
Poco después hicimos otra parada porque sabíamos que se estaba viendo el lince. Y nada más bajarnos del coche lo localicé, encaramado junto a unos romeros. Permaneció bastante rato echado en el suelo, dormitando, y mientras tanto se nos unió Paco con su grupo. Pero tras cesar su descanso no se incorporó inmediatamente, sino que aprovechó su amagada posición para iniciar un rececho. Y desplazándose ligeramente a cortos trechos se lanzó a por un conejo. El lance no tuvo éxito, como ocurre la mayoría de las veces en la naturaleza, del que salieron dos raudos conejos por la loma donde ocurrió, y tras la que se había ocultado el lince. Las urracas, hasta una curruca cabecinegra, parecían reprocharle su fracaso. Delataban su presencia, todavía en la zona, pese a que nosotros no podíamos verlo. Y decidimos seguir nuestra ruta.
Nuestra siguiente parada fue para observar
las cabras monteses de los alrededores del embalse del Jándula, mientras les
servimos un aperitivo campero a nuestros clientes, con productos locales y
ecológicos, escuchábamos los reclamos del carbonero. El aire que entraba valle
arriba, venía cargado de humedad. Pero a parte de las cabras, en las rocas
también había posados unos buitres leonados, más otros que pasaron en vuelo.
Con estos, también venía un buitre negro. También se dejaron ver un par de
chovas. De vuelta, pasado el medio día, a parte de ciervos y gamos en el
camino, me fijé en un zorzal charlo posado en la rama alta de una encina, y en
un macho de tarabilla en un alambre.
Tras dejar a los clientes en el punto de
encuentro, y para aprovechar el resto del día, Inma y yo nos fuimos hacia la
finca privada para ayudarle a Paco con los suyos. Por el camino nos dedicamos
con mayor interés a fijarnos en los pájaros. Entre una multitudinaria bandada
de pinzones, Inma fue capaz de dar con un pinzón real, que yo no llegué a ver,
porque no tardaron mucho en levantar el vuelo, formando una gran algarabía con
sus reclamos. También buscamos entre los estorninos negros algún pinto, pero no
lo encontramos. Tan sólo un avefría compartía aquellos campos, pero sin
mezclarse con ellos. Pero además habíamos visto lavanderas blancas por los
campos donde estaban los estorninos y los pinzones, más una lavandera
cascadeña, un par de pitos reales por el camino, pardillos, a los que también oímos,
y unos jilgueros.
Entrando en la finca pude ver un
verdecillo. Por el entorno del sitio que elegimos para hacer una espera se
movía una lavandera blanca y un bisbita por el suelo, mientras un ruidoso y
compacto bando de los estorninos cambiaba a menudo de encina donde se dejaba
caer. Vimos también dos conejos. Cuando nos pusimos a almorzar, Inma no tardó
en divisar dos linces que bajaban descendiendo entre las rocas de la ladera de
enfrente nuestra. Avisamos a Paco, que estaba en otro punto para que estuviese
atento. Y los linces, una madre con su cría del año llegaron a un prado donde
estuvieron moviéndose por largo rato, antes de volver a ascender ladera arriba
hacia al final de la tarde, cuando algunos rayos de sol atravesaban la cortina
de nubes, y bañaban de luz algunas áreas de los montes adyacentes. Los
mochuelos habían empezado a cantar con el crepúsculo. Pero la humedad
atmosférica puso activos a los sapos, y de noche, cuando íbamos de regreso
hacia el Centro, los encontramos. Un par de sapos corredores, y uno de espuelas, a los que nos entretuvimos haciéndoles fotos con la ayuda de una pequeña linterna, y posteriormente apartamos de la carretera para evitar que fueran atropellados.
Sapo Corredor |
Sapo de Espuelas |
Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Conejo
Europeo (Oryctolagus cuniculus
algirus)
- Lince
Ibérico (Lynx pardinus)
- Muflón (Ovis orientalis)
- Cabra Montés
(Capra pyrenaica hispanica)
- Ciervo Rojo
(Cervus elaphus)
- Gamo (Dama dama)
- Buitre Leonado
(Gyps fulvus)
- Buitre Negro
(Aegypius monachus)
- Cernícalo
Vulgar (Falco tinnunculus)
- Avefría
Europea (Vanellus vanellus)
- Mochuelo
Europeo (Athene noctua vidalli)
- Pito Real
Ibérico (Picus sharpei)
- Bisbita
Pratense (Anthus pratensis)
- Lavandera
Blanca (Motacilla alba alba)
- Lavandera
Cascadeña (Motacilla cinerea)
- Petirrojo
Europeo (Erithacus rubecula)
- Colirrojo
Tizón (Phoenicurus ochruros)
- Tarabilla
Europea (Saxicola rubicola)
- Mirlo Común
(Turdus merula)
- Zorzal
Charlo (Turdus viscivorus)
- Curruca
Rabilarga (Sylvia undata)
- Curruca
Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
- Carbonero
Común (Parus major)
- Rabilargo
Ibérico (Cyanopica cooki)
- Urraca (Pica pica melanotos)
- Chova
Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
- Estornino
Negro (Sturnus unicolor)
- Pinzón
Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
- Verdecillo
Común (Serinus serinus)
- Jilguero (Carduelis carduelis)
- Pardillo
Común (Carduelis cannabina)
- Sapo de
Espuelas (Pelobates cultripes)
- Sapo
Corredor (Epidalea calamita)