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domingo, 10 de diciembre de 2017

RUTA GUIADA POR LA SIERRA DE ANDÚJAR

     Junto con Inma y con Paco, ayer pasé una gran jornada en la Sierra de Andújar. Fue un día de trabajo, para unas rutas guiadas con Iberus, pero cuado pasas el tiempo entre personas tan entusiastas con lo que hacen, el trabajo se convierte en todo un estímulo. Inma y yo recogimos a nuestros respectivos clientes en el Centro de Visitantes de las Viñas de Peñallana, y desde allí, yo detrás de ella, nos dirigimos hacia La Lancha.
     En nuestro recorrido vimos urracas y rabilargos, pero sin duda los que hacían las delicias de las observaciones de nuestros clientes eran los abundantes ungulados de los montes mediterráneos andujareños, ciervos y gamos, que exigían improvisar algunas paradas. Por el camino vimos también pinzones y un cernícalo.
     En una parada en la que nos apeamos del coche acabamos localizando un pequeño rebaño de muflones, compuesto por seis hembras y dos machos. Vimos también un discreto mochuelo, sobre unas rocas de granito, a la sombra de unas encinas, pese a la cerrada nubosidad del día. Se podían escuchar petirrojos por el entorno, mientras alguna lavandera blanca se paseaba por el carril.
     Paramos también al llegar a las curvas, apartados de las grandes concentraciones de gente, donde pudimos observar conejos. Al menos cinco ejemplares distintos. A quienes comprendemos el funcionamiento de estos ecosistemas, nos produce mayor entusiasmo contemplar a este modesto animal que a un ciervo, pues el conejo es una presa fundamental en la dieta de los depredares de este medio natural. También vimos algún mirlo que prospectaba el suelo. Se escuchaba a la curruca rabilarga, y acabamos descubriendo una moviéndose entre las ramas de un madroño cercano.

Lince Ibérico

     Poco después hicimos otra parada porque sabíamos que se estaba viendo el lince. Y nada más bajarnos del coche lo localicé, encaramado junto a unos romeros. Permaneció bastante rato echado en el suelo, dormitando, y mientras tanto se nos unió Paco con su grupo. Pero tras cesar su descanso no se incorporó inmediatamente, sino que aprovechó su amagada posición para iniciar un rececho. Y desplazándose ligeramente a cortos trechos se lanzó a por un conejo. El lance no tuvo éxito, como ocurre la mayoría de las veces en la naturaleza, del que salieron dos raudos conejos por la loma donde ocurrió, y tras la que se había ocultado el lince. Las urracas, hasta una curruca cabecinegra, parecían reprocharle su fracaso. Delataban su presencia, todavía en la zona, pese a que nosotros no podíamos verlo. Y decidimos seguir nuestra ruta.
     Nuestra siguiente parada fue para observar las cabras monteses de los alrededores del embalse del Jándula, mientras les servimos un aperitivo campero a nuestros clientes, con productos locales y ecológicos, escuchábamos los reclamos del carbonero. El aire que entraba valle arriba, venía cargado de humedad. Pero a parte de las cabras, en las rocas también había posados unos buitres leonados, más otros que pasaron en vuelo. Con estos, también venía un buitre negro. También se dejaron ver un par de chovas. De vuelta, pasado el medio día, a parte de ciervos y gamos en el camino, me fijé en un zorzal charlo posado en la rama alta de una encina, y en un macho de tarabilla en un alambre.
     Tras dejar a los clientes en el punto de encuentro, y para aprovechar el resto del día, Inma y yo nos fuimos hacia la finca privada para ayudarle a Paco con los suyos. Por el camino nos dedicamos con mayor interés a fijarnos en los pájaros. Entre una multitudinaria bandada de pinzones, Inma fue capaz de dar con un pinzón real, que yo no llegué a ver, porque no tardaron mucho en levantar el vuelo, formando una gran algarabía con sus reclamos. También buscamos entre los estorninos negros algún pinto, pero no lo encontramos. Tan sólo un avefría compartía aquellos campos, pero sin mezclarse con ellos. Pero además habíamos visto lavanderas blancas por los campos donde estaban los estorninos y los pinzones, más una lavandera cascadeña, un par de pitos reales por el camino, pardillos, a los que también oímos, y unos jilgueros.
     Entrando en la finca pude ver un verdecillo. Por el entorno del sitio que elegimos para hacer una espera se movía una lavandera blanca y un bisbita por el suelo, mientras un ruidoso y compacto bando de los estorninos cambiaba a menudo de encina donde se dejaba caer. Vimos también dos conejos. Cuando nos pusimos a almorzar, Inma no tardó en divisar dos linces que bajaban descendiendo entre las rocas de la ladera de enfrente nuestra. Avisamos a Paco, que estaba en otro punto para que estuviese atento. Y los linces, una madre con su cría del año llegaron a un prado donde estuvieron moviéndose por largo rato, antes de volver a ascender ladera arriba hacia al final de la tarde, cuando algunos rayos de sol atravesaban la cortina de nubes, y bañaban de luz algunas áreas de los montes adyacentes. Los mochuelos habían empezado a cantar con el crepúsculo. Pero la humedad atmosférica puso activos a los sapos, y de noche, cuando íbamos de regreso hacia el Centro, los encontramos. Un par de sapos corredores, y uno de espuelas, a los que nos entretuvimos haciéndoles fotos con la ayuda de una pequeña linterna, y posteriormente apartamos de la carretera para evitar que fueran atropellados.

Sapo Corredor

Sapo de Espuelas



























Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Lince Ibérico (Lynx pardinus)
  • Muflón (Ovis orientalis)
  • Cabra Montés (Capra pyrenaica hispanica)
  • Ciervo Rojo (Cervus elaphus)
  • Gamo (Dama dama)
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus)
  • Buitre Negro (Aegypius monachus)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Avefría Europea (Vanellus vanellus)
  • Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalli)
  • Pito Real Ibérico (Picus sharpei)
  • Bisbita Pratense (Anthus pratensis)
  • Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
  • Lavandera Cascadeña (Motacilla cinerea)
  • Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
  • Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros)
  • Tarabilla Europea (Saxicola rubicola)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Zorzal Charlo (Turdus viscivorus)
  • Curruca Rabilarga (Sylvia undata)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
  • Verdecillo Común (Serinus serinus)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)
  • Pardillo Común (Carduelis cannabina)
  • Sapo de Espuelas (Pelobates cultripes)
  • Sapo Corredor (Epidalea calamita)

lunes, 16 de enero de 2017

EL LANCE DEL LINCE

     Inesperadamente no trabajé hace dos días, lo que me brindó la oportunidad de salir al campo en compañía de Julia, Lucía y Paquillo, que junto a otros compañeros de su promoción de Ciencias de Ambientales de Málaga, entre los que están Lola, promotora de la quedada, vinieron a pasar este fin de semana en la Sierra de Andújar. El grupo había contratado una visita guiada por Inma y Paco, y durante nuestro recorrido me encontré con Raimundo, con quien pasé la mitad de la jornada. Una jornada naturalista que además haría las delicias del más exigente de los naturalistas, en la que se dejaron ver las seis especies emblemáticas que residen permanentemente en este privilegiado enclave de Sierra Morena que es Andújar, acompañadas de un variado elenco de otras especies igualmente interesantes, siendo de entre aquellas primeras el lince el que en mejores condiciones pude observar.

La cauta mirada del lince

     Me encontré con el grupo en El Encinarejo. Ellos ya me llevaban cierta ventaja, pues hasta que supe que ese sábado no trabajaría, ya llevaban en el campo casi un par de horas, y habían visto a la nutria. Por el camino yo había visto algunas de las aves más usuales que suelen verse al recorrer ese trayecto, estorninos, algunas urracas y al mirlo. Lamentaba no haber podido llegar antes, y haber compartido el avistamiento de la nutria, pero mientras aún esperábamos su aparición en las tranquilas aguas del río, podíamos oír a un par de gorriones chillones posados en un cable, ver a los mosquiteros y a la lavandera cascadeña pulular entre los guijarros del río y a unos cuantos estorninos sobre un eucalipto seco. Pero tan solo vimos salir de la espesura de la vegetación a un picogordo que cruzo el caudal volando de orilla a orilla, para ocultarse nuevamente entre las plantas.
     Pero con el cambio de ubicación, sí que logramos ver al mustélido acuático, delatada por sus movimientos, aunque tan sólo unos instantes. También divisamos, a pesar del fuerte contraluz, a los dos miembros de una pareja de águilas imperiales posadas en sendos postes, mientras podíamos oír al zorzal charlo y los arrullos de palomas torcaces, de las que vimos alguna que otra pasar por allí. Una familia de mitos se movía por unas encinas próximas, mientras se descubrió entre el matorral por unos momentos una curruca cabecinegra hembra, a la cual habíamos oído. También pasaron unos pocos cormoranes, y vimos a la garza real.
     Del Encinarejo no movimos hacia La Lancha. Lucía me acompañó durante todo este recorrido, lo que nos dio más tiempo para hablar sobre nuestras vidas y ponernos al día, que ya hacía más de un año que no nos habíamos visto. Por el camino vimos urracas, rabilargos, tórtolas turcas, alguna abubilla, perdices, trigueros, petirrojos y pinzones, e hicimos algunas paradas para observar el terreno en las que pudimos ver colirrojos y al andarríos grande. Sobre una redondeada roca de granito aparecían un par de mochuelos, como parte de la misma, a modo de dos pequeños bolos graníticos puestos sobre ella. Un par de madrileños que venían con un niño, que pararon junto a nosotros se entusiasmaron bastante con estos avistamientos, que además, por su entusiasmo motivado, parecían estar descubriendo estas aves por primera vez. Una satisfacción que ya es menos patente en los que nos hemos acostumbrado a ver con cierta asiduidad estos animales, pero que no debemos olvidarnos del placer que supone seguir observándolos, pese a lo comunes que puedan resultar.
     Bajando por la zona de curvas, divisamos un buitre leonado y un negro. Pero eché de menos a lo largo de todo el trayecto no haber visto ningún ciervo. Paramos en el Mirador del Jándula, desde donde vimos más buitres, aunque más lejos. El águila real, posada sobre una roca, a lo lejos, que poco después emprendió el vuelo compartiendo el espacio aéreo con los buitres. Más cerca, vimos un ejemplar damero de águila imperial alejándose. Y por las inmediaciones no nos faltaron los petirrojos, frecuentes ahora, en la invernada, y las torcaces que sobrevolaron el área. También divisamos con los telescopios un ciervo. Inma además estrenaba su “tele” ese día.
     Seguimos hacia la presa del Embalse del Jándula sobrevolada por múltiples aviones roqueros. También vimos algunos buitres planeando, y un leonado particularmente pasó volando bastante cerca. Con Paquillo rememoramos cuando él vio el lince por aquella zona en el Voluntariado en el que nos conocimos Inma, él y yo, así como la valoración del trabajo que allí acometimos con los eucaliptos. Julia, un compañero de su grupo y yo entramos un momento en el túnel a ver los murciélagos que allí reposan durante el día. Desde los aparcamientos, volvimos a levantar la mirada al cielo para ver al águila imperial volando entre los buitres.
     De camino hacia arriba fue muy propicio que me encontrara a Raimundo, con quien me quedé a comer y a echar el resto del día, puesto que el grupo tenía una visita al interior de una finca privada. El zumbido de las abejas entre los florecidos romeros era continuo. Poco antes de comer se escuchaba la curruca cabecinegra, y un macho acabó elevándose sobre el lentisco donde se ocultaba, para volver a esconderse a continuación.


















     Después de almorzar Raimundo sugirió que deberíamos darnos un paseo. Acertada proposición, pues no muy lejos un grupo de gente acababa de ver al lince. Entre ellos estaban los madrileños con los que había coincidido por la mañana. No debimos esperar demasiado rato para verlo. Aunque dada nuestra posición y la del felino resultaba difícil hacer una observación cómoda. Lo descubrimos inmóvil, contra una roca. Algo llamaba poderosamente su atención, que le atrapaba la mirada como para ignorar la expectación que había despertado entre el público que lo contemplaba. Y tras una breve pero apresurada y certera carrera el lince se precipitó sobre su presa por excelencia, un joven conejo en el que yo por lo menos, no había deparado en su presencia. Quizá porque mi atención en el lince estaba tan centrada como la del lince lo estaba en el conejo. Pero durante el tiempo que duró el acecho, me dio tiempo a suponer que podría estar haciendo lo que finalmente hizo. ¡Acabábamos de ver la secuencia de un documental, en vivo!

Es predador especialista con su presa específica

     El conejo no emitió chillido alguno al ser cazado. Pensé que pudiera haber sido silenciado por el murmullo de la gente que me rodeaba, pero lo cierto es que nadie lo escuchó. No tardó mucho en comisquearlo en el mismo sitio donde cazó al lagomorfo, junto a un lentisco, y poco a poco se fue alejando del lugar. Pero antes de largarse volvió a brincar entre las rocas, en las que estuvo un rato echado al sol, tranquilo. Tras perderse de la vista de todo el mundo, la gente volvió a dispersarse, colocándose cada cual en su posición para seguir oteando el paisaje a la espera de que la suerte les sonría de nuevo.


















     Prologando la espera tan solo divisábamos las urracas sobre el terreno por que cruzaban palomas de vez en cuando, más algún que otro lejano ciervo que descubríamos. Y unas horas más tarde, cuando estábamos apunto de marcharnos, de nuevo se dejó ver el punteado gato. Había vuelto de su campeo a la misma área donde anteriormente había cazado. Costaba seguirle sus movimientos entre rocas, lentiscos y acebuches. De hecho yo dejé de verle pronto. Pero Raimundo, que volvió a estar acertado, supo posicionarse mejor y consiguió verle durante más tiempo y más cerca. Volvió a tener éxito al cazar de nuevo, otro joven conejo, y tras comérselo consiguió cruzar la pista, y recuperar su intimidad, penetrando en el monte que lo apartaba de curiosas miradas y objetivos fotográficos. No todos los días se puede presenciar al felino mediterráneo en acción, ejerciendo su papel de depredador. Ya podíamos irnos más que satisfechos. A parte de los ciervos, de regreso, con la luz del atardecer, pude ver también algún gamo.

(*) Fotografías: gentileza de Raimundo Gómez.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Nutria Paleártica (Lutra lutra)
  • Lince Ibérico (Lynx pardinus)
  • Ciervo Rojo (Cervus elaphus)
  • Gamo (Dama dama)
  • Cormorán Grande (Phalacrocorax carbo)
  • Garza Real (Ardea cinerea)
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus)
  • Buitre Negro (Aegypius monachus)
  • Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti)
  • Águila Real (Aquila chrysaetos)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Andarríos Grande (Tringa ochropus)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto)
  • Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalii)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Avión Roquero (Ptyonoprogne rupestris)
  • Lavandera Cascadeña (Motacilla cinerea)
  • Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
  • Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Zorzal Charlo (Turdus viscivorus)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Mosquitero Común (Phylloscopus collybita)
  • Mito Común (Aegithalos caudatus irbii)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Chillón (Petronia petronia)
  • Pinzón Común (Fringilla coelebs coelebs)
  • Picogordo (Coccothraustes coccothraustes)
  • Triguero (Miliaria calandra)

jueves, 10 de marzo de 2016

CENSO DE MIRLOS EN EL CERCADO DEL CIPRÉS

     Un día más, acompañé a Elena esta mañana en su trabajo para una asignatura de Biología, un censo de mirlos que está realizando en el Cercado del Ciprés. Además de los mirlos, aprovechamos para fijarnos en otras especies, y aunque nunca coincide que se repitan todas en un mismo día, cada vez que hemos ido allí nos ha servido para engrosar nuestra lista de observaciones en las dos horas (habitualmente de 10 a 12) que dedicamos a recorrer las 11’5 Ha que tiene el parque de superficie, y para ubicar por zonas algunas especies en el interior del recinto.
     Las tórtolas turcas, los estorninos, los verderones y los verdecillos se encuentran casi por doquier en el parque. Si no se ven, se delatan con sus cantos. Abundan también los gorriones comunes, y algo menos los morunos, que como en días anteriores, no han faltado tampoco hoy en nuestro recorrido. Las garcillas bueyeras las solemos observar en un campo de siembra contiguo al parque, sobre el que hoy paso en vuelo el cernícalo. Los mirlos aparecen en los puntos donde hay cubierta arbustiva. A menudo los localizamos de oído. Los rabilargos se suelen mover por el pinar y su entorno. Hoy hemos podido presenciar como un valiente mirlo encaraba a un rabilargo para expulsarlo de su territorio. El ruiseñor bastardo tardó en manifestar su voz algo más tarde que de costumbre. Pueden verse a las golondrinas dando pasadas a baja altura en las áreas más despejadas
     Esta mañana se le unió al áspero reclamo del verderón, el triguero cantando, desde lo alto de un sauce donde estaba posado. Tres currucas cabecinegras nos entretuvieron un rato en sus inquietas persecuciones, que vimos con bastante claridad dado que elegían para posarse unos arbustos caducifolios, todavía desprovistos de hoja. Elena descubrió un jilguero que yo tan solo pude ver en vuelo. Lo mismo me pasó con un conejo que ella localizó, y yo solo pude ver a la carrera. Pasó rápidamente una lavandera blanca en vuelo, que pude identificar por su canto. Pude ver apenas un instante un picogordo posado en la horquilla de un árbol aún deshojado. Se soleaban en una piedra cuatro oscuras salamanquesas bien entrada la mañana.
     Por las sendas que separan los parterres del parque se dejaron ver un par de petirrojos y una hembra de colirrojo tizón. Un mosquitero común se movía entre la maraña de ramas de una encina, bajo la cual, se escuchaba el melódico canto que la curruca capirotada entonaba desde los lentiscos donde se ocultaba. Casi terminando, Elena vio descolgarse de las ramas de un seto una rata. Nos quedamos quietos, esperando ver cual era la reacción del roedor, que también se había quedado inmóvil en la repisa. Tras unos instantes de incertidumbre se aventuró a cruzar el camino, permitiéndome reconocerla por sus proporciones y características como una rata común. El carbonero suma su canto más tarde al repertorio sonoro que puede oírse en el Cercado del Ciprés.
     A pesar de tratarse de un parque urbano, que aunque está a las afueras, está bastante concurrido, y de haber desaparecido las gallinetas a causa de la presión predadora ejercida por los gatos domésticos, la razón por la que este espacio de modesto tamaño alberga estas especies, y otras más que escaparon a nuestra observación, o bien no se encuentran estacionalmente, la encontramos en su vegetación, pues reproduce un pequeño mosaico de la diversidad paisajística y formaciones vegetales que podemos encontrar en la Sierra de Andújar.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Rata Parda (Rattus norvegicus)
  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Garcilla Bueyera (Bubulcus ibis)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto)
  • Golondrina Común (Hirundo rustica)
  • Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
  • Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
  • Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Ruiseñor Bastardo (Cettia cetti)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Curruca Capirotada (Sylvia atricapilla)
  • Mosquitero Común (Phylloscopus collybita)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Gorrión Moruno (Passer hispaniolensis)
  • Verdecillo Común (Serinus serinus)
  • Verderón Común (Chloris chloris)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)
  • Picogordo (Coccothraustes coccothraustes)
  • Triguero (Miliaria calandra)
  • Salamanquesa Común (Tarentola mauritanica)

lunes, 18 de noviembre de 2013

DOS DÍAS DE CAMPO: UNO DE TRABAJO Y OTRO DE OCIO

     Dos días atrás, he pasado un par de días seguidos de campo en la Sierra de Andújar. Aunque uno fue por motivos de trabajo y el siguiente por ocio, no suponen diferencia en cuanto a observaciones de fauna se refiere.

     Junto a José Manuel y Rafa, nos desplazamos hasta una finca para transportar los hides a otra finca más cercana a Andújar donde esperamos poder sacarle más partido. Durante el recorrido podían verse ciervos a ambos lados de la carretera en algunos puntos, así como urracas, rabilargos y palomas. Algún que otro pito real voló cerca de la carretera, desde los postes de madera donde a veces se instalan. Mientras cargábamos los hides en el remolque, éramos sobrevolados por buitres de ambas especies, que como casi siempre los leonados eran más numerosos que los negros. En el camino de vuelta, vimos más de lo mismo, sin detenernos a mirarlos detenidamente.
     Algunas perdices correteaban mientras pasábamos por la finca adonde íbamos a colocar los hides. Poco después de nuestra llegada, vino José Luis para ayudarnos. No nos llevo mucho tiempo esta labor y pasamos el resto del día en la finca, haciendo trabajo de campo. Mientras nos dedicamos a ello podían oírse las urracas, pero no emitiendo alarma, las repetitivas notas del pito real, la aguda voz del petirrojo que emanaba de los lentiscos circundantes, y los reclamos de los carboneros.
     Más buitres cicleaban por la zona, y más ciervos podíamos ver al movernos por los carriles. Vimos unas pocas totovías al emprender el vuelo cuando pasamos por su lado, pero habían pasado completamente desapercibidas mientras estaban posadas en el suelo. Una abubilla despegó de la pista para quitarse de nuestro camino. En un pequeño paseo nos topamos con un par de culebras de herradura, muy activas por el calor de la soleada tarde. La última hora de luz la aprovechamos para hacer una espera desde dos oteaderos diferentes. Yo me quedé con José Manuel. Con el tiempo se dejaron ver ciervos que empezaban a moverse, y acabamos por sorprender a un azor elevándose a cielo descubierto. Los sapos parteros empezaron a cantar desde la vaguada que quedaba debajo de nosotros, a los que de vez en cuando se le unían los mochuelos. Cuando íbamos saliendo de la finca, con las últimas luces, sobre una roca localizamos un mochuelo.

     Al día siguiente quedé con Raimundo para salir al campo. Habiendo pedido el pertinente permiso para entrar, durante la primera mitad del día estuvimos en la finca donde había estado el día anterior, y por la tarde fuimos hasta La Lancha.
     Podían verse los estorninos posados en los tendidos eléctricos paralelos a la carretera de camino a la sierra, pero fue a un gavilán al ave que dedicamos una breve parada. Las perdices se movían a la entrada de la finca, y de camino adonde estaban los hides vimos algún ciervo y urracas, pero atraía más nuestra atención el gran número de buitres leonados, entre los que se mezclaba algún negro, que surcaban el despejado cielo azul. Y entre los grandes carroñeros alados, también volaba alta una joven águila real. Pasamos un rato sentados sobre unas grandes rocas, de donde podíamos ver cómodamente la gran columna de buitres que poco a poco de fue alejando. Seguidamente escuchamos al águila imperial, y no tardamos en ver una pareja de adultos que iban persiguiéndose. Entre tanto, a nuestro alrededor, se oían los petirrojos, de los que también acabamos viendo alguno.


Ciervo macho

     Después de un rato cambiamos de sitio. Nos movíamos con calma y parando a menudo para mirar los ciervos. También íbamos viendo al paso las urracas, palomas torcaces y algún pito real. Desde el sitio que habíamos elegimos como observatorio pudimos ver además de ciervos, unos cuantos gamos y siete muflones que descansaban a la sombra de unas encinas. Así mismo, durante la espera, pasaron palomas y unas grajillas. Los rabilargos también se movían por la zona, y el pito real iba de tronco en tronco con su vuelo ondulante a la vez que lanzaba al aire sus pitidos.
    Bajamos a almorzar a una vaguada por la que debería estar corriendo un pequeño arroyo por estas fechas, pero apenas si contenía agua estancada en charcos en algunos puntos más hondos, recogida de las escasas lluvias caídas hasta ahora. En estas pequeñas pozas era fácil ver los renacuajos del sapo partero.
     Nos fuimos después de comer hasta las curvas de La Lancha para observar desde allí. Durante el recorrido se nos cruzaron rabilargos, urracas y algún mirlo. Algunas perdices que andaban por la pista, se echaban a un lado en vuelo cuando nos acercábamos a ellas. Las tórtolas turcas solían acompañar a los estorninos posadas en los cables de los tendidos eléctricos. Los ciervos y los gamos aparecían en algunos tramos, y un punto junto al camino vimos una tarabilla hembra. Poco antes de llegar a las primeras curvas, un arrendajo se apresuró a esconderse entre el ramaje de las encinas.


Ciervos

     Con el tiempo de espera en diferentes curvas localizamos ciervos, y a lo largo de la tarde fueron pasando algunos buitres leonados. También hubo paso de palomas torcaces. Entre los romeros del entorno se escuchaban los reclamos de las currucas rabilargas, mientras que la cabecinegra parecía preferir los lentiscos, que compartía con los petirrojos. Se mostró una hembra de curruca rabilarga, y también se dejaron ver unas cabecinegras y los petirrojos. Valle abajo se movían los mirlos volando a ras de suelo, a veces alarmados, ocultándose entre la vegetación que cubría la ladera. Un par de conejos aparecieron tranquilamente en un claro entre la vegetación y las rocas. Un alcaudón real se descubrió en su posadero a través de su fuerte canto. Pasó una pareja de chovas, a las que antes verlas, escuchamos. Y las urracas, aunque de vez en cuando graznaban, parecía que no había nada que las inquietase en las cercanías.


(*) Fotografías: gentileza de Raimundo Gómez.

FECHA
LUGAR
ESPECIE
OBSERVACIÓN
15/11/2013
Sierra de Andújar
Ciervo Rojo
(Cervus elaphus)
Varios
15/11/2013
Sierra de Andújar
Buitre Leonado
(Gyps fulvus)
Bastantes
15/11/2013
Sierra de Andújar
Buitre Negro
(Agypius monachus)
Pocos
15/11/2013
Sierra de Andújar
Azor Común
(Accipiter gentilis)
Un ind.
15/11/2013
Sierra de Andújar
Perdiz Roja
(Alectoris rufa)
Algunas
15/11/2013
Sierra de Andújar
Paloma Torcaz
(Columbia palumbus)
Algunas
15/11/2013
Sierra de Andújar
Mochuelo Europeo
(Athene noctua vidalii)
Un ind. Oído
15/11/2013
Sierra de Andújar
Abubilla
(Upupa epops)
Un ind.
15/11/2013
Sierra de Andújar
Pito Real
(Picus viridis sharpei)
Pocos. Oído
15/11/2013
Sierra de Andújar
Totovía
(Lullula arborea)
Pocas
15/11/2013
Sierra de Andújar
Petirrojo Europeo
(Erithacus rubecula)
Oído
15/11/2013
Sierra de Andújar
Carbonero Común
(Parus major)
Oído
15/11/2013
Sierra de Andújar
Rabilargo Ibérico
(Cyanopica cooki)
Pocos
15/11/2013
Sierra de Andújar
Urraca
(Pica pica melanotos)
Algunas. Oída
15/11/2013
Sierra de Andújar
Culebra de Herradura
(Hemorrhois hippocrepis)
2 inds.
15/11/2013
Sierra de Andújar
Sapo Partero Ibérico
(Alytes cisternasii)
Oído
16/11/2013
Sierra de Andújar
Conejo Europeo
(Oryctolagus cuniculus algirus)
2 inds.
16/11/2013
Sierra de Andújar
Muflón
(Ovis orientalis)
7 inds.
16/11/2013
Sierra de Andújar
Ciervo Rojo
(Cervus elaphus)
Varios
16/11/2013
Sierra de Andújar
Gamo
(Dama dama)
Algunos
16/11/2013
Sierra de Andújar
Buitre Leonado
(Gyps fulvus)
Varios
16/11/2013
Sierra de Andújar
Buitre Negro
(Agypius monachus)
Pocos
16/11/2013
Sierra de Andújar
Gavilán Común
(Accipiter nisus)
Un ind.
16/11/2013
Sierra de Andújar
Águila Real
(Aquila chrysaetos)
Un joven
16/11/2013
Sierra de Andújar
Águila Imperial Ibérica
(Aquila adalberti)
2 adultos. Oída
16/11/2013
Sierra de Andújar
Perdiz Roja
(Alectoris rufa)
Algunas
16/11/2013
Sierra de Andújar
Paloma Torcaz
(Columbia palumbus)
Algunas
16/11/2013
Sierra de Andújar
Tórtola Turca
(Streptopelia decaocto)
Algunas
16/11/2013
Sierra de Andújar
Pito Real
(Picus viridis sharpei)
Pocos. Oído
16/11/2013
Sierra de Andújar
Petirrojo Europeo
(Erithacus rubecula)
Pocos. Oído
16/11/2013
Sierra de Andújar
Tarabilla Común
(Saxicola torquatus rubicola)
Una hembra
16/11/2013
Sierra de Andújar
Mirlo Común
(Turdus merula)
Pocos. Oído
16/11/2013
Sierra de Andújar
Curruca Rabilarga
(Sylvia undata)
Una hembra. Oída
16/11/2013
Sierra de Andújar
Curruca Cabecinegra
(Sylvia melanocephala)
Pocas. Oída
16/11/2013
Sierra de Andújar
Alcaudón Real
(Lanius meridionalis)
Un ind. Oído
16/11/2013
Sierra de Andújar
Arrendajo Común
(Garrulus glandarius)
Un ind.
16/11/2013
Sierra de Andújar
Rabilargo Ibérico
(Cyanopica cooki)
Pocos. Oído
16/11/2013
Sierra de Andújar
Urraca
(Pica pica melanotos)
Varias. Oída
16/11/2013
Sierra de Andújar
Grajilla Común
(Corvus monedula)
Pocas
16/11/2013
Sierra de Andújar
Chova Piquirroja
(Pyrrhocorax pyrrhocorax)
2 inds. Oída
16/11/2013
Sierra de Andújar
Estornino Negro
(Sturnus unicolor)
Algunos
16/11/2013
Sierra de Andújar
Sapo Partero Ibérico
(Alytes cisternasii)
Pocos (larvas)