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lunes, 19 de septiembre de 2016

SEGUIMIENTO DE LA MIGRACIÓN POSTNUPCIAL DE RAPACES EN CABO DE GATA

     El pasado sábado participé en un Voluntariado organizado por la Asociación SERBAL, que de manera similar al de los Pirineos, consistía en el censo de rapaces en migración, a su paso por Cabo de Gata. Y más allá de mis intereses ornitológicos, me apetecía asistir para volver a encontrarme con amigos como Fran, José Luis Molina, con quien quedé para viajar hasta Almería desde Jaén, y con Alberto, una vez más, y compartir con ellos un día de campo. Además pude conocer a otros pajareros almerienses bastante avezados en la materia.
     De camino hacia el punto de encuentro ya iba fijándome en los estorninos, tórtolas turcas y golondrinas por la carretera. Desde la terraza del bar donde desayunamos podíamos ver a los gorriones por la playa, y el paso en vuelo de algunas gaviotas patiamarillas. De las que había posadas en la playa, una era una gaviota de Audouin.

Cabo de Gata

     Para realizar el seguimiento del paso migratorio de rapaces se había acordado hacerlo de 9.00 a 14.00, divididos en dos grupos, aunque no muy separados, en Vela Blanca. Participamos un total de 16 personas. Hubo más bien poco paso, pero nos entreteníamos con las aves residentes. Al poco de llegar localizamos una pareja de cuervos, y no tardaron mucho en aparecer los cernícalos, que estuvieron dando vueltas por la zona, dejándose ver en repetidas ocasiones. También divisamos un halcón peregrino que permaneció apostado en unas rocas, a la sombra. Después de un rato desde que empezara a darle el sol, salió volando, y como una centella, se lanzó en picado tras un acantilado donde lo perdimos. Más tarde, volvió a dejarse ver, o quizás fuese el otro miembro de la pareja, a saber.
     El paso migratorio estuvo marcado por la presencia de gavilanes. Primero vimos un par de ellos, que venían costeando y pasaron cerca de donde estábamos. Más tarde aparecieron otros tres haciendo lo mismo, y casi a la vez un grupo de más de diez que pasaron muy altos. Entre unos y otros, nos entreteníamos con los movimientos de un par collalbas negras por la zona, con las cogujadas montesinas, o mirando las gaviotas. Desde una ladera se dejaron caer en vuelo dos perdices.
     De vuelta adonde habíamos dejado el coche, vimos moverse una curruca entre el esparto, que reconocimos como cabecinegra por su reclamo, ya no nos dejó observarla posada en campo abierto en ningún momento. Y cuando nos íbamos a ir, pasaron los aguiluchos. Primero una hembra de lagunero, cerca de la cual volaba también un cernícalo, y poco después fue un joven cenizo. Rai, que se quedó más tiempo mientras los demás nos fuimos a comer, pudo ver además tres halcones abejeros y algún gavilán más.

Gaviotas Patiamarillas

     Después de comer, unos se marcharon, y otros nos quedamos a seguir pajareando. Para ello nos acercamos a uno de los observatorios de las salinas. Todavía hacía bastante calor, pero era fácil localizar a los flamencos, y a las avocetas, que se encontraban en mayor número que las cigüeñuelas. Las gaviotas sobrevolaban las salinas, pero las que nadaban en el agua resultaban más fáciles de observar. Entre las patiamrillas, que se encontraban en mayor cuantía, también había alguna gaviota de Audouin. Entre las gaviotas amerizaron y nadaban junto a ellas jóvenes tarros blancos, que a menudo solo mostraban la popa, cuando sumergían la parte anterior de su cuerpo en busca de alimento. También vimos algunos tarros adultos en otra zona de la lámina de agua. Por las orillas correteaban chorlitejos, que de no ser por la ayuda de los telescopios, y las indicaciones de Sergio y José Luis, difícilmente habría llegado a averiguar que eran grandes. También había agujas colinegras compartiendo las orillas y las aguas someras con los chorlitejos, pero Fran, que se dedicó a observar concienzudamente una aguja en particular, la más cercana, sembró la duda sobre su identidad. Y efectivamente resultó ser una aguja colipinta.

Aguja Colipinta

     A la salida del observatorio vimos a una golondrina que daba vueltas por los alrededores, barriendo la zona volando cercana al suelo. Entre los tarajes se movió un carricero común. Nos dirigíamos ahora hacia la desembocadura de Rambla Morales. De camino vimos unos vencejos, que no identificamos.

Carricero Común

     Con tan solo bajarnos del coche cuando aparcamos, ya podíamos observar los ánades reales y las fochas en el agua, y sobrevolando el lugar se encontraban cuatro de las cinco especies habituales de los hirúndidos ibéricos, golondrinas comunes y dáuricas, aviones comunes y zapadores. Tan solo nos faltó asegurar el avión roquero. En sendas flores de pitas, no muy distantes entre sí, se encontraban posados un alcaudón real y un cernícalo. Y el ruiseñor bastardo entonaba su característica estrofa desde su escondite en la espesura del carrizal.
     Hicimos un breve recorrido hacia la playa. La masa de agua se abría más, permitiéndonos observar además de patos y fochas, a los flamencos. Y además de los azulones, había también con ellos una pequeña cerceta común. Y a parte de las fochas, también vimos una gallineta vadear las aguas cercanas a la orilla. Mirando al otro lado, a los secos espartos que crecen en las arenas litorales, localizamos un par de lavanderas boyeras.

Flamenco joven, apunto de despegar

     Al final de la rambla, donde se junta con la playa y las aguas parecían formar una laguna, se agrupaban los flamencos, y delante de ellos nadaban una pareja de malvasías cabeciblancas. Tres andarríos chicos se dieron un par de vueltas en busca de alguna orilla despejada de vegetación en la que pararse. También pasó un vuelvepiedras, volando a ras del agua, en dirección a la playa. Y entre la jungla de carrizos que circunda la rambla, se descubría a ratos un carricero.
     Volviendo hacia los coches vimos un fumarel dar pasadas sobre la masa de agua, que de no ser por la entrenada capacidad de observación de José Luis, para fijarse en los mínimos detalles, no creo que hubiese sacado que se trataba de un común, en plumaje de invierno ya. Llegando adonde estaban los coches, pasó en vuelo un macho de aguilucho lagunero, y vimos también a una abubilla que fue a posarse a las pitas donde habían estado el alcaudón y el cernícalo. La noche se nos echó encima haciendo una última espera en las Amoladeras.

(*) Fotografías: gentileza de Francisco Silva.


Lista de Aves Observadas (Orden Sistemático):

  • Flamenco Común (Phoenicopterus roseus)
  • Tarro Blanco (Tardona tardona)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Cerceta Común (Anas crecca)
  • Malvasía Cabeciblanca (Oxyura leucocephala)
  • Aguilucho Lagunero Occidental (Circus aeruginosus)
  • Aguilucho Cenizo (Circus pygargus)
  • Gavilán Común (Accipiter nissus)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Halcón Peregrino (Falco peregrinus brookei)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Gallineta Común (Gallinula chloropus)
  • Focha Común (Fulica atra)
  • Cigüeñuela Común (Himantopus himantopus)
  • Avoceta Común (Recurvirostra avosetta)
  • Chorlitejo Grande (Charadrius hiaticula)
  • Aguja Colinegra (Limosa limosa)
  • Aguja Colipinta (Limosa lapponica)
  • Andarríos Chico (Actitis hypoleucos)
  • Vuelvepiedras Común (Arenaria interpres)
  • Gaviota Reidora (Chroicocephalus ridibundus)
  • Gaviota de Audouin (Larus audouinii)
  • Gaviota Patiamarilla (Larus michahellis)
  • Fumarel Común (Chlidonias niger)
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Cogujada Montesina (Galerida theklae)
  • Golondrina Común (Hirundo rustica)
  • Golondrina Dáurica (Cecropis daurica)
  • Avión Común (Delichon urbicum)
  • Avión Zapador (Riparia riparia)
  • Lavandera Boyera (Motacilla flava iberiae)
  • Collalba Negra (Oenanthe leucura)
  • Ruiseñor Bastardo (Cettia cetti)
  • Carricero Común (Acrocephalus scirpaceus)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Alcaudón Real (Lanius meridionalis)
  • Cuervo Grande (Corvus corax)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)

lunes, 15 de julio de 2013

SINGLADURA POR LA BAHÍA DE SAN MIGUEL

     Con una idea clara en mi mente, y que a la vez me suponía un enorme entusiasmo, una salida en barco que tal vez me diera la posibilidad de contemplar cetáceos en libertad, en su medio natural, que es el mar, me desplacé a El Ejido hace un par de días. Participé, una vez más, en calidad de voluntario para el campo de trabajo local organizado por la asociación de Moisés Palmero, El Árbol de las Piruletas, dentro del Proyecto Alborán. La ocasión me brindó la oportunidad de reencontrarme con Moi, con Fran Silva, con José Luis Sánchez y José Luis Molina, apreciados compañeros con los que ya he compartido otros voluntariados.
     Comenzamos con un breve curso impartido por Paco Toledano, miembro de PROMAR, en el que nos dieron a conocer las especies de cetáceos y de tortugas marinas que pueblan el Mar de Alborán, así como las amenazas, casi siempre de origen antrópico, que ponen en peligro su conservación, y las estadísticas sobre varamientos. Continuamos durante las siguientes horas empapándonos de historia a bordo de la embarcación “Blancazul”, navegando por la Bahía de San Miguel. No conseguimos avistar ningún mamífero marino como esperaba, pero disfruté del equipo humano del barco, y de aves que no estoy habituado a ver en compañía de los pajareros José Luis Molina y Fran.


Mar de Alborán

     Nada más salir del Puerto de Almerimar, José Luis Molina y yo no fijamos en un par de charranes comunes que reposaban sobre una boya. A pesar de pasar el barco a su lado, las aves permanecieron tranquilas en su sitio en todo momento. Pero la gran expectación vino algo más adelante, con las otras dos aves las que descubrimos volando a baja altura y que José Luis identificó sin vacilar. Se trataba de alcatraces subadultos. Resultaba complicado poder fijar los prismáticos en las aves con el movimiento del barco. También vimos una joven gaviota patiamarilla, ave que no falta cerca de la costa. Y en cierto modo, comparables a los chotacabras por su comportamiento, me recordaron las pardelas cenicientas, que invisibles sobre la superficie del mar en la que nadaban, no las descubríamos hasta que alzaban el vuelo cuando el barco casi se les había echado encima durante la travesía. Hasta tres pardelas llegué a contar que volando rasantes sobre el mar, se perdían de vista enseguida en el horizonte.
     Hicimos un par de altos en mitad de la ruta. Una fue debido a una falsa alarma ocasionada por un banco de bonitos que de lejos parecía que podía tratarse de un grupo de delfines. En la siguiente, ya de vuelta y más cercana a tierra, fue aprovechada para darnos un baño sobre la pradera la pradera de posidonia. Con el snorker contemplamos la multitud de peces que encuentran el hábitat idóneo para vivir en la formación de esta planta marina. También, desde el sitio donde estábamos parados, pudimos ver pasar un págalo, que a pesar de las deliberaciones no nos atrevimos a identificar. Nos hallábamos en un privilegiado lugar donde convergían diversos espacios naturales protegidos del poniente almeriense. Se podían divisar las cumbres de Sierra Nevada, protegidas bajo la figura de Parque Nacional, y cuyo entorno está envuelto por el cinturón de amortiguación al impacto humano del Parque Natural. Así mismo era posible ver la Sierra de Gádor. Al frente, se encontraba el espacio natural de Punta Entinas-Sabinar, protegida una zona como Reserva Natural, la otra como Paraje Natural. A nuestros pies, bajo la propia embarcación, teníamos el LIC (Lugar de Interés Comunitario) de la pradera de Posidonia oceanica. Y aunque no estaban visibles, no demasiado lejos también se encuentran la Reserva Natural de la Albufera de Adra y el Paraje Natural de la Isla de Alborán. Toda esta riqueza natural constituye el verdadero tesoro del Mar de Alborán.

Gaviota de Audouin

     Rumbo al puerto, una gaviota de Audouin sobrevoló la embarcación, dando varias pasadas a baja altura. Y ponen punto final a nuestras observaciones de avifauna marítima una pareja de charranes patinegros que volaban cerca del puerto.

(*) Fotografías: gentileza de Moisés Palmero y Francisco Silva (Orden Alfabético).


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Pardela Cenicienta (Calonectris diomedea)
  • Alcatraz Atlántico (Morus bassanus)
  • Gaviota de Audouin (Larus audouinii)
  • Gaviota Patiamarilla (Larus michahellis)
  • Charrán Común (Sterna hirundo)
  • Charrán Patinegro (Thalaseus sandvicensis)
  • Bonito (Sarda sarda)