Tras una minuciosa visita al Centro de Visitantes Puerta de Andalucía, nos dirigimos a Miranda del Rey, donde nos disponíamos a hacer el reconocimiento de uno de los tres senderos que de allí parten: El Empedraillo. Los otros dos son el del Molino del Batán y el del Río de la Campana. Este último, también debíamos recorrerlo, además del de la Cueva de los Muñecos (Monumento Natural de Los Órganos), pero la falta de tiempo nos obligo a posponerlo para otro día.
Invertimos buena parte de la mañana y primeras horas de la tarde en recorrer todo el trazado del sendero. El Empedraillo no solo nos ofrece diversas formaciones vegetales, si no que además tiene un gran interés histórico y cultural, del que la semana anterior nos habíamos empapado visitando el Museo de la Batalla de las Navas de Tolosa y participando en una ruta guida sobre la misma.
Sendero del Empedraillo |
Al comienzo del sendero, el fresco aroma a tierra inunda nuestras pituitarias, y los petirrojos nos anuncian con su canto que ya han llegado a sus cuarteles de invernada. Se abre camino el sendero entre pinares de pino piñonero y resinero, procedentes de repoblaciones forestales, que se mezcla con bosque primigenio de encinas, alcornoques y quejigos. De sus profundidades emanan las gárrulas discusiones de los arrendajos, que también se dejan ver con facilidad en sus vuelos. Mas discretos resultan los pájaros carpinteros, el pico picapinos, al que de vez en cuando se oye emitiendo su característico pitido monosilábico. De vez en cuando se ve alguna que otra torcaz sobrevolando el dosel forestal. Pero son los pinzones los pájaros que mas se dejan ver a lo largo del camino. Un tramo de la primera parte discurre paralelo al Arroyo del Hornillo donde observamos algunos alisos y tamujos. Durante el recorrido recibimos una buena noticia, también nos han adjudicado Sierra Mágina para trabajar allí.
Llegamos a un punto en el que abandonamos
provisionalmente el sendero para asomarnos al cortijo del Hornillo, donde entre
sus ruinas nos fijamos en las balsas que se utilizaban para la obtención del ládano
de las jaras. En sus inmediaciones aún se conservan algunos nogales plantados
en terrazas.
Alcornoque muerto |
Proseguimos nuestro camino que asciende
hacia el Empedraillo propiamente dicho, tramo empedrado que suele pensarse que
es una antigua calzada romana, aunque según revelan ciertas investigaciones,
más bien se trataría de un camino medieval. Poco antes, pasamos por una pequeña
mancha forestal de quejigos y alcornoques donde nos detenemos para contemplar
la escalada del pequeño agateador por un tronco. Esta parada nos permite
deparar en un grupo de mitos que revolotean por allí. Y mientras también pasa
un herrerillo común, mientras que a su pariente el capuchino se le escucha en
la espesura.
El camino empedrado nos conduce a un
balcón natural desde el que contemplar el escarpado paisaje que ofrece el Salto
del Fraile o de la Graja. Pero
a pesar de que las lluvias de los últimos días han sido cuantiosas, no pudimos
ver la cascada del Arroyo del Rey. Las cumbres eran coronadas por el planeo de
los buitres, casi sumergidos en las bajas nubes que cubrían el cielo plomizo.
También pudimos observar la silueta de una pareja de águilas reales en otro punto
del cielo. Cuando se perdieron de vista, volvemos a centrar la atención en
aquellos buitres, y entre ellos descubrimos los asombrosos picados de un par de
chovas.
La recta final del camino baja entre un
denso y monótono jaral. Pero por aquí nos acercamos a la Mesa del Rey, donde estuvo
asentado el campamento cristiano antes de la Batalla de las Navas de Tolosa (16 de Julio de
1212), meseta ahora ocupada por pinos.
Mesa del Rey |
Después de almorzar, nos dirigimos hacia
el Ecomuseo El Apriso, donde se inicia el sendero de la Cueva de los Muñecos. Por la
estrecha carretera de Aldeaquemada podíamos ver buitres. La tarde empezaba a
despejarse. Actualmente el museo permanece cerrado, pero Merche había quedado
con el alcalde de Santa Elena en abrirlo para que pudiéramos informarnos sobre
los recursos que ofrece el lugar. Pero resulta que las llaves estaban en posesión
de una partida de monteros, los cuales disponían del centro para su uso y
disfrute durante el fin de semana. En fin, parece que la caza es un tema
prioritario sobre la Educación Ambiental.
Esperamos un rato en las inmediaciones del museo, pero nadie llego, a pesar de
lo que nos había asegurado el dueño de la casa rural cercana, quien era responsable
de las llaves del centro. El tiempo que allí estuvimos me permitió ver una
cogujada montesina, que cantó desde un cable del tendido eléctrico, y unas
lavanderas blancas que pasaron volando.
(*)
Fotografías: gentileza de Merche Coco.
Lista
de Aves Observadas (Orden Sistemático):
- Buitre Leonado (Gyps fulvus)
- Águila Real (Aquila chrysaetos)
- Paloma Torcaz (Columba palumbus)
- Pico Picapinos (Dendrocopos major)
- Cogujada Montesina (Galerida theklae)
- Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
- Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
- Mito Común (Aegithalos caudatus irbii)
- Herrerillo Capuchino (Lophophanes cristatus)
- Herrerillo Común (Cyanistes caeruleus)
- Agateador Común (Certhia brachydactyla)
- Arrendajo Común (Garrulus glandarius)
- Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
- Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
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