Hace un par de días que Elena, Manu y yo
hemos vuelto a acompañar a Laura por los mismos sitios en los que estuvimos
hace unas tres semanas, para que realizara un reportaje fotográfico para el
trabajo sobre el que se estuvo documentando entonces de la Sierra de Andújar como
destino turístico. Pero esta vez completamos el recorrido, mostrándole otras
zonas, que la vez anterior, por falta de tiempo, no pudimos ir.
Iniciamos nuestra ruta por Los Cerrillos,
que ya saliendo de Andújar, antes de llegar a la zona, nos ofrecían una
angostada imagen de verano en pleno Diciembre, teñidos por oscuras tonalidades
de ocre y marrón. La causa, la total ausencia de lluvias en más de un mes,
junto a temperaturas más elevadas de lo que es (o era) habitual.
Encontramos no obstante un considerable
número avefrías asentadas en el ondulado paraje, a las que paramos a ver por la
curiosidad que despiertan en quienes solo tenemos oportunidad de observarlas en
invierno cerca de casa. Había también lavanderas blancas, “pajaritas de las
nieves”, que aunque difícilmente llegue a nevar en estas latitudes, y a tan
bajas altitudes (menos de 300
metros ), se las considera aves mensajeras del frío, aún
cuando algunas de ellas crían y viven de manera permanente en las riberas
próximas. Las tarabillas comunes, posadas en las alambradas o en los tamujos,
el colirrojo tizón, y los bisbitas pratenses, moviéndose entre la hierba,
completan el elenco de aves invernantes en el lugar, mezcladas con las
residentes como los estorninos negros, dispersos por el prado, las
blanquinegras urracas, y las cogujadas comunes, agolpadas en un pequeño grupo
más compacto. Vimos también un alcaudón real, que se alejó desde el tamujo
donde estaba apostado hasta una alambrada.
Vista panorámica de la Sierra de Andújar |
Atravesando el monte bajo de encinar
conforme ascendíamos, pasaban rabilargos sobre la carretera. Paré a ver unos
estorninos negros en las ruinas de una casa, y mientras pasó volando un zorzal
común.
Sonaban los pitidos del pico picapinos en
el umbrío pinar por el que caminábamos hacia la piscina de la vieja casa, y
acabamos viendo fugazmente el ondulante vuelo de este pájaro carpintero. La piscina
mantenía más o menos el mismo nivel de agua. Pero en esta ocasión solo
encontramos un par de gallipatos, y ningún tritón, aunque también había tres
pequeñas ranas. Manu, un gran entendido en setas, no hizo fijarnos en un par de
concentraciones de Leocarpus fragilis,
un pequeño hongo que prolifera a modo de diminutas bolitas entre las acículas
de pino caídas en el suelo, y también encontró un ejemplar de Mycena pura y un yesquero del pino (Fomitopsis pinicola). Las rúsulas que
asomaban sobre la densa capa de pinocha, estaban desecadas debido a la completa
falta de lluvia.
Un par de metamorfos de rana verde ibérica |
Siguiendo nuestro itinerario por las Viñas,
llegamos hasta otro rincón en el que se abre el paisaje a la vista, a través de
una vaguada donde en la ladera de la solana crecen los pinos piñoneros entre
grandes bolos graníticos, y en la de la umbría se elevan las encinas sobre el
matorral, y en la hondonada el otoño tardío da sus pinceladas de amarillo en
unos chopos. Al llegar, podíamos oír el canto de las perdices, que salieron
volando al asomarnos a este balcón natural. También se escuchaba al mirlo. Recogí
un poco de la mucha basura que por desgracia queda abandonada en la zona. Manu,
por su parte, nos mostró un champiñón (Agaricus sylvaticus) que encontró, de olor anisado y rubescencia (tendencia al rojo).
En vez de tirar para La Lancha , como la ocasión
anterior, nos dirigimos primero hacia la Recta de Lugar Nuevo, donde hicimos un breve
recorrido, y luego hacia el Encinarejo, con la intención de hacer más completa
la visita guiada a Laura. Momentos antes de cruzar el puente de hierro sobre el
Río Jándula, nos topamos con un joven vareto de gamo en la carretera, que no
podía huir hacia el monte por las vallas.
Joven gamo, atrapado entre la carretera y una malla cinegética |
Nuestra primera parada por el Encinarejo fue
en el mirador, donde hace unos años, por estas épocas en las que da comienzo el
celo del lince, solía haber algún naturalista en paciente espera, probando a la
suerte. Pero parece que el felino mediterráneo se ha rarificado aún más en el
lugar, que a día de hoy los naturalistas prefieren “las curvas de La Lancha ”, por lo que
estuvimos allí solos, tranquilamente un rato. Nada más llegar, un cormorán
emprendió el vuelo. Descubrimos una garza real, casi invisible, posada entre
las deshojadas ramas de los fresnos, que también se fue volando al cabo de un
tiempo. Podían oírse los arrullos de las torcaces, y alguna se vio en vuelo. Y
a lo lejos, vimos a los buitres leonados.
También estuvimos un rato por la zona de
la presa, donde desde el puente estuve viendo a los inquietos mosquiteros
revolotear entre las piedras del río y las ramas de los sauces de la orilla. Y
mientras pasaron algunos grupos de cormoranes.
El siguiente sitio al que fuimos fue a una
de las playas del Embalse del Encinarejo, donde también recogimos algo de la
basura que la gente deja abandonada en el campo. Encontramos Amanita muscaria formando un extenso
corro de brujas bajo los grandes eucaliptos. Esta especie de hongo no micorriza
con esta especie de árbol, sino con encinas, lo que nos indica que la arboleda
natural que allí debía encontrarse es el encinar. Junto a ellas también crecían Pisolithus arhizus, cuya seta no tiene la forma típica, sino que se asemeja más a una bola. Cerca
de allí, encontramos un par de parasoles (Macrolepiota
sp.), sin abrir, y que debido a la sequía, posiblemente ya no lo hagan.
Río Jándula |
Macrolepiota sp. |
Amanita muscaria |
De vuelta, paramos en el camino para mirar una altanera águila imperial que cicleaba sobre el pinar. Hicimos una última parada en el área del Encinarejo, donde están los inservibles observatorios de Doña Rosa y Los Lastrones, por su ineficaz función e incómodo diseño, y lo mal ubicados que están. Al llegar, pudimos ver como alzaba el vuelo un cormorán, golpeando el agua con las alas al despegar. Y al águila que habíamos visto viniendo, se le sumó otra más que podíamos ver desde aquí. Antes de salir de nuevo a la carretera, pudimos ver un conejo que se escondió bajo unas zarzas.
Nuestra siguiente etapa del recorrido transcurrió
por el camino de La Lancha ,
donde nada más pasar las Viñas vimos un pequeño bando de gorriones, y de ahí en
adelante no faltaron urracas, rabilargos, algunos pinzones, unos zorzales
charlos y un grupo de totovías. Pero sobre todo dedicamos nuestras paradas a
los gamos y a los ciervos. En una de esas paradas que dedicamos a los ciervos,
vimos también una abubilla. Había también bastante tráfico por el camino. Y
como si fuéramos repitiendo la misma rutina que la ocasión anterior, paramos a
almorzar cerca de la tumba que hay junto al camino, donde un petirrojo se
volvió a dejar ver, como aquella vez. Encontramos en “las curvas” bastante
concurrencia de gente ya, esperando que la suerte les sonría y se deje ver el
lince.
Paramos en La Lancha antes de bajar al
Embalse del Jándula, y anduvimos un rato por el viejo poblado. Sobre los altos
eucaliptos vimos unos picogordos, y entre las ruinas del poblado encontramos un
sapo corredor. Había también algunos estorninos, a los que podía oírseles la
variedad de voces que pueden emitir. Al asomarnos al borde de un talud desde el
que se contempla una panorámica del valle por el que discurre el Río Jándula,
asustamos a unas perdices que levantaron el vuelo dejando oír su reclamo de
alarma. Era llamativo ver en flor algunos romeros y cantuesos por el entorno. Manu encontró unas setas de cardo (Pleurotus eryngii ferulae) por las cercanías.
Sapo Corredor |
Flor de cantueso |
Cuando llegamos al pantano, dejamos el coche, cruzamos andando la presa, y atravesamos el túnel. Pude ver algún que otro colirrojo en el entorno de la presa, sobre la que estaban concentrados en gran número los aviones roqueros.
Paseando hacia el Mirador del Rey, en las
últimas horas de la tarde, podían verse pasar algunos cormoranes. Se oyeron los
graznidos de la chova piquirroja, y pude localizarla volando sobre la presa. En
la orilla del otro lado, de nuevo nos faltaron las cabras en la inmensa pared
de granito. Ladera arriba por donde discurre el sendero, las cornicabras,
salpicadas como manchas amarillas, naranjas o rojas entre los siempre verdes
acebuches, labiérnagos, y sus primos los lentiscos, nos indican que estamos ya
a finales del otoño. No así la temperatura, que resultaba agradable incluso
para estar apunto de oscurecer. De vuelta al coche empezó a ulular el búho
real, al que estuvimos un rato escuchando mientras las últimas luces de la
tarde se iban disipando.
Embalse del Jándula |
A la vuelta, paramos por última vez un
rato en la zona de “las curvas”, donde estuvimos escuchando berrear con fuerza
a algún ciervo. Pero nuestra atención estaba puesta en el cielo. Le explicamos
a Laura que toda Sierra Morena, fue declarada Reserva Starlight, la más extensa
del planeta, lo que significa que es un lugar idóneo para la observación
astronómica por la calidad de su cielo, en el que afortunadamente hay muy poca
contaminación lumínica. Y sin que todavía hubiese oscurecido completamente, ya
se apreciaba la Vía Láctea.
Además podía verse con claridad Casiopea, el Cisne y el Delfín.
Y de nuevo nos volvimos a encontrar con el
molesto obstáculo que suponen las vallas a los grandes animales de interés
cinegético. Acorralado en el camino por las vallas que hay a ambos lados, nos
topamos con un ciervo que trataba de huir desesperadamente del coche, al que
solo pude dejar atrás, cuando se apartó lo bastante de la pista.
Fotografías:
gentileza de Laura Plaza.
Lista
de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Conejo
Europeo (Oryctolagus cuniculus
algirus)
- Ciervo Rojo
(Cervus elaphus)
- Gamo (Dama dama)
- Cormorán
Grande (Phalacrocorax carbo)
- Garza Real (Ardea cinerea)
- Buitre
Leonado (Gyps fulvus)
- Águila
Imperial Ibérica (Aquila adalberti)
- Perdiz Roja
(Alectoris rufa)
- Avefría
Europea (Vanellus vanellus)
- Paloma
Torcaz (Columba palumbus)
- Búho Real (Bubo bubo)
- Abubilla (Upupa epops)
- Pico
Picapinos (Dendrocopos major)
- Cogujada
Común (Galerida cristata)
- Totovía (Lullula arborea)
- Avión
Roquero (Ptyonoprogne rupestris)
- Bisbita
Común (Anthus pratensis)
- Lavandera
Blanca (Motacilla alba alba)
- Petirrojo
Europeo (Erithacus rubecula)
- Colirrojo
Tizón (Phoenicurus ochruros)
- Tarabilla
Común (Saxicola torquatus)
- Mirlo Común
(Turdus merula)
- Zorzal Común
(Turdus philomelos)
- Zorzal
Charlo (Turdus viscivorus)
- Mosquitero
Común (Phylloscopus collybita)
- Alcaudón
Real (Lanius meridionalis)
- Rabilargo
Ibérico (Cyanopica cooki)
- Urraca (Pica pica melanotos)
- Chova
Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
- Estornino
Negro (Sturnus unicolor)
- Gorrión
Común (Passer domesticus)
- Pinzón
Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
- Picogordo (Coccothraustes coccothraustes)
- Gallipato (Pleurodeles waltl)
- Sapo
Corredor (Epidalea calamita)
- Rana Verde
Ibérica (Pelophylax perezi)
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