Aproveché esta mañana, en la que el calor
daba tregua, para acercarme andando a la Reserva Natural del Complejo
Lagunar de Alcázar de San Juan. Dado que en la Mancha Húmeda se
funden las lagunas con los amplios y llanos campos, es posible observar la
variada avifauna que se congrega en estos entornos, pertenecientes a ambos
mundos, al lacustre y al estepario. Mi corto paseo se limita a la Laguna de la Veguilla , y mis
observaciones se ciñen a lo que fui capaz de identificar a simple vista, debido
a que no me traído los prismáticos aquí, un error imperdonable que no se puede
permitir un naturalista.
Las manchas de agua que reflejaban el
cielo en su espejo y verdor del carrizal a su alrededor, en el horizonte, en medio
del asolado páramo manchego, me indicaban donde se hallaba el humedal que
visitaba por primera vez. Aunque yo ya me había fijado en la silueta de la
cigüeña sobre su nido situado en un poste, que destacaba en el paisaje. Puntos
negros y puntos blancos en el agua, aguardaban a ser identificados. Sobre
ellos, la oscura silueta del aguilucho lagunero contra el gris del cielo no
suponía ninguna duda.
Llegando hacia el Centro de Visitantes
había conejos entre los tarajes y golondrinas volando a ras del camino. Una
abubilla levantó el vuelo desde el suelo, donde se desplazaba una lavandera
blanca. También se movía alguna paloma torcaz, abejarucos y gorriones. Antes de
dirigirme al primer observatorio, me asome a una alberca junto al centro, donde
placidamente nadaban un par de fochas.
Desde el observatorio pude comprobar que aquellos puntos blancos que veía lo lejos eran flamencos, y los puntos negros se correspondían con fochas y ánades reales, y quizás alguna especie de pato más. Todavía estaban lejos, pero ya podía distinguirlos. Los vencejos bajaban desde las altas capas del aire donde se suelen mover, a beber a la laguna, dando pasadas sobre las mismas, recordándome a las golondrinas que volaban justo a mi espalda, sobre el terreno. Desde el observatorio podía oír a las golondrinas y a los abejarucos mientras miraba a los zampullines sumergirse, o al aguilucho lagunero sobrevolar el carrizal. Más al fondo revoloteaban, entre risotadas, un par de gaviotas reidoras.
Desde el observatorio pude comprobar que aquellos puntos blancos que veía lo lejos eran flamencos, y los puntos negros se correspondían con fochas y ánades reales, y quizás alguna especie de pato más. Todavía estaban lejos, pero ya podía distinguirlos. Los vencejos bajaban desde las altas capas del aire donde se suelen mover, a beber a la laguna, dando pasadas sobre las mismas, recordándome a las golondrinas que volaban justo a mi espalda, sobre el terreno. Desde el observatorio podía oír a las golondrinas y a los abejarucos mientras miraba a los zampullines sumergirse, o al aguilucho lagunero sobrevolar el carrizal. Más al fondo revoloteaban, entre risotadas, un par de gaviotas reidoras.
Caminando por los alrededores de la
laguna, sin saber que llegaría a un segundo observatorio, destacaban los
conejos por su número. Era fácil encontrar sus letrinas y excavaciones por el
terreno. También las urracas resultaban frecuentes en el lugar. Desde el
segundo observatorio podía ver los flamencos, los patos y las fochas más cerca.
También a un par de aguiluchos laguneros, y alguna paloma bravía. Pero el ave
que más me llamó la atención fue el morito que pasó volando. Cercanos al
observatorio, hubo un pequeño grupo de gorriones en un taray. Un par de bandos
de estorninos volaban, lejos y altos.
Se despejó la mañana, brillaba y calentaba
el sol y el cielo se tornó azul. Tras un rato, seguí el camino, que me llevó a
un tercer observatorio, donde permanecí más tiempo que en los anteriores.
Bullía la vida. Además de los flamencos, ánades y fochas, nada más llegar se
levantaron de las someras aguas las avefrías que probablemente advirtieron mi
presencia. O tal vez las inquietara el paso de tres aguiluchos laguneros. Por
las aguas cercanas a la orilla merodeaban pequeñas limícolas, que probablemente
fueran andarríos. El morito, estaba posado por allí cerca, sobre la jungla de
carrizos. Y de las entrañas de la jungla se descubrió el gallo azul, el
calamón. Una pareja de grajillas posadas en un poste, y el paso de alguna que
otra paloma, bravías y torcaces, completan el elenco de aves que fácilmente
podía reconocer, sin necesidad de prismáticos, pero con la frustración de no
poder observarlas con más detalle. Y adonde estaban las avefrías vinieron a
posarse un grupo de cigüeñuelas.
Pero distintos espectáculos se sucedieron
mientras aguardaba allí. Una limícola estuvo hostigando insistentemente con
gritos y picados a un aguilucho lagunero que cicleaba en el cielo. Otro
aguilucho lagunero se bañaba en la laguna. Junto a las cigüeñuelas volvieron
las avefrías, que volvieron a alzar el vuelo un par de veces más, junto con las
pequeñas limícolas de la orilla, cada vez que el aguilucho lagunero aparecía
por las inmediaciones. Salieron de la espesura del carrizal un par de
calamones, que pronto se quitaron de mi vista. Varias cigüeñas cicleaban sobre
la laguna. Escuché en un par de ocasiones al ruiseñor bastardo, y multitud de
sonidos más que llegaban a mis oídos que no sabía ponerles nombre del ave que
los emitía.
Aparentemente el camino no seguía más
adelante. Volví sobre mis pasos, y volví a parar un rato en el segundo
observatorio. Poco después hice lo mismo, dirigiéndome al primero. Nada nuevo
que añadir en ninguna de ambas paradas.
Tras el rato que pasé en el observatorio
donde estuve al principio, decidí moverme por el lado opuesto a los
observatorios, por la otra orilla, tratando de bordear la laguna, explorar un
poco, y quizás llegar a encontrar el camino que me llevara a la segunda laguna,
de las tres que forman este humedal. Descubrí otro pequeño observatorio
bastante alejado del agua, miré a mis pies, y concluí que seguramente
funcionaría cuando el nivel del agua subiera. También encontré un par de calvas
en el carrizal que abrían la vista a la laguna. El cielo que surcaban las
gaviotas sombrías había vuelto a nublarse, a descolorarse entre el gris y el
blanco.
Durante mi andanza pude oír los monótonos
arrullos de la tórtola común y a las urracas alarmadas. Pude ver a los
flamencos, las cigüeñuelas y a las menudas limícolas de las aguas superficiales
allí donde me lo permitían los carrizos. Como no encontré la forma de seguir
adelante, bien para rodear la laguna, bien para el encontrar el camino hacia la
próxima, volví para atrás. Los crotoreos de las cigüeñas, que ahora planeaban
sobre mí, me hicieron alzar la vista para contemplarlas. La melódica estrofa de
una cogujada me permitió descubrirla en el suelo.
Volví a sentarme un rato en el primer
observatorio donde estuve cuando llegué. Por una ventana lateral pude ver a un
grupo de golondrinas posadas sobre las secas ramas de un taray. Los flamencos
se habían acercado ahora a la masa de agua que desde aquí se vislumbraba en
primera línea. En esta ocasión me fue posible ver una pareja de malvasías
cabeciblancas. Pude identificar a estos pequeños patos gracias a la cabeza
blanca y al pico azul del macho. Y junto al observatorio empezó a caminar un
andarríos chico, que por la cercanía, pude ver con total claridad. Y ya de
regreso a Alcázar escuché unos reclamos entre unas piedras que asocié con
collalbas. No tardé en ver que se trataban de una pareja de collalbas grises.
Lista
de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Conejo
Europeo (Oryctolagus cuniculus
algirus)
- Zampullín
Chico (Tachybaptus ruficollis)
- Cigüeña
Blanca (Ciconia ciconia)
- Morito (Plegadis falcinellus)
- Flamenco
Común (Phoenicopterus roseus)
- Ánade Azulón
(Anas platyrhynchos)
- Malvasía
Cabeciblanca (Oxyura leucocephala)
- Aguilucho Lagunero Occidental (Circus aeruginosus)
- Calamón Común (Porphyrio porphyrio)
- Focha Común (Fulica atra)
- Cigüeñuela
Común (Himantopus himantopus)
- Avefría
Europea (Vanellus vanellus)
- Andarríos
Chico (Actitis hypoleucos)
- Gaviota
Reidora (Chroicocephalus ridibundus)
- Gaviota
Sombría (Larus fuscus)
- Paloma
Torcaz (Columba palumbus)
- Paloma
Bravía (Columba livia)
- Tórtola
Europea (Streptopelia turtur)
- Tórtola
Turca (Streptopelia decaocto)
- Vencejo
Común (Apus apus)
- Abejaruco
Europeo (Merops apiaster)
- Abubilla (Upupa epops)
- Cogujada
Común (Galerida cristata)
- Golondrina
Común (Hirundo rustica)
- Lavandera
Blanca (Motacilla alba alba)
- Collalba
Gris (Oenanthe oenanthe)
- Ruiseñor
Bastardo (Cettia cetti)
- Urraca (Pica pica melanotos)
- Grajilla Occidental (Corvus monedula)
- Estornino Negro (Sturnus unicolor)
- Gorrión Común (Passer domesticus)
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