martes, 28 de julio de 2015

JORNADA COMPLETA EN EL COMPLEJO LAGUNAR DE ALCÁZAR DE SAN JUAN

     En estos últimos días en Alcázar de San Juan, he tenido oportunidad de regresar por las lagunas con más tiempo, por las mañanas, y al atardecer. Especialmente destacable fue la jornada de hace un par de días, en la que no solo conseguí observar la mayor cantidad de especies, sino que también fueron avistamientos de buena calidad los que hice. Y a pesar de estar sin prismáticos, parece que me voy adaptando a ello, y mejorando mis capacidades de observación a unas especies y a un medio a los que no estoy habituado.
     En la mañana me dediqué desde las 8.00 a hacer esperas en los observatorios de la Laguna de la Veguilla. Llegando hacia el observatorio situado junto al Centro de Visitantes, escuché a los pardillos, que revoloteaban en bandos muy cerca el suelo, parándose de cuando en cuando en el mismo, o sobre algún reseco cardo. También había gorriones, moviéndose en grupos, y golondrinas, dando pasadas a ras del suelo. La cigüeña vigilaba desde su alto nido el páramo del entorno de la laguna. Los conejos eran frecuentes cerca de los tarajes, por los que también merodeaban unas urracas. Un gran bando de palomas bravías cruzó el cielo.

Laguna de la Veguilla

     Al entrar en el observatorio, despegó un macho de aguilucho lagunero que estaba posado por allí cerca. Sobre la laguna destacaban las fochas, y algo más lejos los flamencos, aunque más cercanos, nadaban y se sumergían zampullines y alguna malvasía. Entre las fochas, entre las que de vez en cuando se producía algún enfrentamiento, nadaban algunos ánades reales, y entre los flamencos, podían distinguirse cigüeñuelas y avocetas. Entre los claros del carrizal se dejó ver un conejo. Por la orilla se pasearon unos pollos crecidos de gallineta. Unas pocas palomas torcaces se posaron sobre un taray a la orilla de la laguna. Alguna que otra pagaza piconegra se dieron una vuelta junto al observatorio, pasando tan cerca y durante el suficiente tiempo como para identificarlas sin género de dudas. Un par de hembras de aguilucho lagunero también volaron cerca, sumergiéndose en la espesura del carrizal, y posteriormente saliendo al poco tiempo. Los vencejos sobrevolaban la laguna a poca altura, dando alguna pasada sobre su superficie para beber. Irrumpió un ruidoso bando de jóvenes abejarucos sobre la laguna, pasando al lado del observatorio. Se acercó nadando una hembra de pato cuchara, acompañada por un zampullín, que parecía seguirla intencionadamente. Cruzó una lavandera boyera frente a las ventanas del observatorio, que solo puede reconocer por la fugaz mancha amarilla que vi pasar.
     Fue en el primer observatorio donde más tiempo estuve. Dirigiéndome hacia el segundo, volví a ver el nutrido grupo de abejarucos, volando en torno a los chopos que hay junto a la depuradora. También pude ver el delicado vuelo del diminuto buitrón en mi corto paseo. No vi nada que no hubiese visto en el anterior observatorio el rato que estuve sentado en el segundo. Desde el último si pude ver algunas avefrías.

Repoblación de pino carrasco

     Volví rodeando la laguna. Pude ver pasar bandos de estorninos negros y palomas bravías. Escuche los graznidos de las grajillas, apostadas sobre estructuras metálicas. Algunas gaviotas reidoras y sombrías, y también unas cigüeñas, volaban dispersas sobre la laguna. Busqué las sombras del cercano pinar un rato, donde solo vi unas palomas torcaces, pero también oí por las inmediaciones a los pardillos.
     El sol azotaba con fuerza, y hacia medio día interrumpí mi jornada, para reanudarla a las 20.00 horas, cuando el calor se empieza a debilitar con la caída de la tarde.
     Un copioso bando de pardillos me daba la bienvenida al paraje lagunar con sus trinos, entre los que se mezclaba algunos jilgueros. También era destacable la cantidad de conejos. Lo primero que hice fue volver al observatorio de la Laguna de la Veguilla, junto al Centro de Visitantes. Entrando, vi la esbelta figura de una garza imperial apostada en la orilla, que a través de las ventas abiertas me vio llegar, y levantó el vuelo antes que pudiera sentarme. Pero no estaba sola. La acompañaron otras dos imperiales, más una garza real, que casi no pude diferenciar por el contraluz de la tarde que entraba en el observatorio orientado al poniente. Las gaviotas sombrías, en cambio, se mostraron más confiadas, y se quedaron nadando cerca del observatorio.
     Pero no me quedé mucho allí, y pronto salí a caminar hacía las otras dos lagunas. Quería llegar antes de que oscureciese. Rodeando la laguna me topé con un grupo de aves sobre el camino, y el campo aledaño que me recordaron a las canasteras, pero que no puedo asegurar que lo fueran. Lo mismo me pasó con otros pequeños limícolas que andaban por la orilla. Desde esos dos claros en el carrizal que se abren a la laguna estuve viendo flamencos, cigüeñas, patos, fochas, y un ingente bando de avefrías que levantaron el vuelo cuando asomé por allí, junto a las alarmadas cigüeñuelas Pasó en vuelo una garcilla bueyera, más otra que localicé caminando en un campo cercano. Pequeños grupos de estorninos, y algunos abejarucos y vencejos dispersos también volaban por las cercanías de la laguna.

Salicornia

     Caminaba con el sol de frente, por lo que me costaba mirar hacia delante. Me era más fácil localizar los animales mirando a izquierda o derecha, o para arriba. Conejos a los lados, y alguna que otra urraca, y gaviotas sombrías y palomas bravías volando sobre mí. Y bastantes grajillas en el suelo, hacía donde avanzaba, que formaron gran revuelo, cuando me acercaba.
     Numerosos conejos, fáciles de ver, corrían por los campos arados y entre los espartos de los áridos páramos circundantes a la Laguna del Camino de Villafranca. Entre ellos, llegué a ver tres apresuradas liebres en sendos momentos. Libélulas coloreadas de forma diferente volaban por el entorno. Era difícil ver a la cogujada entre los terrones de tierra desde donde cantaba. Escuché en un par de ocasiones el canto del alcaraván, hasta que pude ver uno tomar tierra. Oí también el sonido de la ganga. Alcé la vista, y pude localizar una, volando alta y rápida.

Espartales

     Al llegar a la Laguna de las Yeguas no proseguí mucho más mi andanza. Me senté en un montículo a ver la puesta de sol en la horizontalidad casi perfecta de la meseta manchega. Aunque he de confesar que mi atención se distraía fácilmente con las manifestaciones de vida. El mochuelo ya había comenzado su actividad. Una abubilla salió volando desde el taray donde estaba posada. Destacaba la cantidad de conejos. Otra vez el canto de las gangas, y a lo lejos pude ver como un grupo se disgregaba en dos. Y de nuevo volvieron a cantar, pero sin llegar a verlas.

Atardecer, en un lugar de La Mancha

     En la penumbra casi, con el sol ya oculto en el horizonte, pero en esa frontera entre la claridad y la oscuridad, escuché los siseos de la lechuza provenir de alguna parte, por lo que decidí aguardar un poco más. La estridente llamada de la lechuza no tardó en repetirse. Y de repente, me vi sorprendido por la silueta de un gran ave, que aleteaba en silencio, muy próxima al suelo, que venía hacia donde yo estaba. Mis movimientos se congelaron automáticamente, a pesar de la temperatura más bien cálida que me envolvía. Y a pocos metros de mí se posó la dama de la noche, permitiéndome admirarla durante un rato. Pasó una segunda lechuza, muy cerca de mí, girando su acorazonado rostro hacía mí, dedicándome una mirada de sus ojos negros. Ello propició que se levantara la que estaba posada. Y juntas, se desvanecieron como fantasmas en la oscuridad.
     Con las últimas luces del día apagándose, emprendí la marcha de retorno, bajo el resplandor de la luna, casi llena, que iluminaba el camino y los campos aledaños. Y al incesante canto del grillo, acompañó dos veces el del alcaraván.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Liebre Ibérica (Lepus granatensis)
  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Zampullín Chico (Tachybaptus ruficollis)
  • Garcilla Bueyera (Bubulcus ibis)
  • Garza Real (Ardea cinerea)
  • Garza Imperial (Ardea purpurea)
  • Cigüeña Blanca (Ciconia ciconia)
  • Flamenco Común (Phoenicopterus roseus)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Cuchara Europeo (Anas clypeata)
  • Malvasía Cabeciblanca (Oxyura leucocephala)
  • Aguilucho Lagunero Occidental (Circus aeruginosus)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Gallineta Común (Gallinula chloropus)
  • Focha Común (Fulica atra)
  • Cigüeñuela Común (Himantopus himantopus)
  • Avoceta Común (Recurvirostra avosetta)
  • Alcaraván Común (Burhinus oedicnemus)
  • Avefría Europea (Vanellus vanellus)
  • Gaviota Reidora (Chroicocephalus ridibundus)
  • Gaviota Sombría (Larus fuscus)
  • Pagaza Piconegra (Gelochelidon nilotica)
  • Ganga Ibérica (Pterocles alchata)
  • Paloma Bravía (Columba livia)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Lechuza Común (Tyto alba alba)
  • Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalii)
  • Vencejo Común (Apus apus)
  • Abejaruco Europeo (Merops apiaster)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Cogujada Común (Galerida cristata)
  • Golondrina Común (Hirundo rustica)
  • Lavandera Boyera (Motacilla flava iberiae)
  • Buitrón (Cisticola juncidis)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Grajilla Occidental (Corvus monedula)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)
  • Pardillo Común (Carduelis carduelis)

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