Con la idea de revisar el sendero del
Pinar de Cánava previamente a la actividad de Educación Ambiental que en unos días
realizaremos, ayer Azu y yo nos desplazamos hasta allí en su furgo. Además de comprobar su
estado, queríamos ver las posibilidades que ofrece para el desempeño de las
actividades previstas, y el tiempo que se tarda en llegar hasta la Caldera de los Caracoles,
el fin del sendero.
Tanto el camino hasta llegar a
Jimena, donde da inicio el sendero, pasando por la campiña olivarera, de vez en
cuando interrumpida por algún sembrado de cereal, como el camino del propio
sendero, nos dieron la posibilidad de observar diversas aves. Fuimos a la ida
dirección Úbeda, y de allí hasta Jimena, pasando por Jódar. Los cernícalos comunes
volaban acercándonos a Linares, y pasada esta ciudad lo hacía algún que otro
aguilucho cenizo sobre los campos de cereal. Posadas en los tendidos eléctricos
aparecían algunas palomas torcaces, y en un número bastante más reducido unas
pocas tórtolas comunes, pero entre ellas fue la azul carraca el ave que más
interés suscitó poder ver, por desgracia solo de pasada, sin tener la
posibilidad de parar a contemplarla por ir por una carretera nacional. Más
adelante, vimos el águila culebrera planeando sobre el olivar.
En cuanto llegamos a Jimena, empezamos a
recorrer el sendero, deteniéndonos a observar el variado mosaico de plantas con
flores que circundan la pista, las cascadas y las cárcavas por las que corre la
abundante agua caída este mes de mayo, y por supuesto los pájaros. Así, al
comienzo de nuestro paseo, en el cercano roquedo podíamos ver revolotear el
pequeño bando de palomas bravías, junto a sus vecinas, las grajillas. Altos
volaban los vencejos bajo el cielo grisáceo, con su incesante griterío. Se
puede decir que intercambiamos nuestros conocimientos. Azu me mostraba y me
explicaba sobre las plantas que aparecían en nuestro recorrido, y yo le
enseñaba lo que sabía sobre los pájaros que íbamos viendo.
Pastizal |
Roquedo |
Subiendo, nos detuvimos un rato a ver el
pastizal mecido por la brisa, que producía verdes olas que ascendían por la
ladera hasta romperse donde afloraban las rocas. Pronto empezamos a escuchar
los cantos de los carboneros y los pinzones al adentrarnos en el pequeño bosque
de grandes y torturados pinos carrascos, y que al esperarnos un poco,
conseguíamos descubrir moviéndose entre las ramas. Los arrullos de la paloma
torcaz también resonaban en el pinar. Un alarmado mirlo voló bajo, entre las
coscojas.
Más arriba del pinar vuelve a aparecer una
plantación de olivar, que hay que atravesar para llegar a Los Caracoles,
construcciones de piedra que moraron los antiguos canteros del lugar,
levantadas con los guijarros de roca que allí mismo encontraban. Podíamos
escuchar cantar a los verdecillos, mientras un azul macho de roquero solitario
se dejaba ver claramente posado en unas rocas del entorno.
Dilatamos el tiempo todo lo posible en
nuestro entretenido paseo de reconocimiento, pero debíamos volver. Aunque ello
tampoco evitó que nos dedicásemos el tiempo que consideráramos oportuno en
cualquier otra parada que improvisáramos. Así lo hicimos al volver a pasar por
el pinar, donde nos entretuvimos un rato observando a placer a unos escribanos
montesinos. También volvimos a ver a los pinzones.
Así mismo, el camino de regreso a Andújar
nos dio muchas posibilidades de ver más aves, algunas ya vistas, más otras
nuevas especies. Cambiamos ahora la ruta, y fuimos dirección Jaén. Además de
palomas, antes de llegar a Mancha Real pudimos ver una abubilla, cuervos y un
milano negro. Pero el grueso de nuestros avistamientos está entre Jaén y
Andújar. Pasar junto a una laguna en medio del olivar, que a pesar de su
marcada estacionalidad se encuentra ahora llena de agua gracias a las generosas
lluvias, nos permitió ver, aunque en reducido número, ánades reales,
cigüeñuelas y avocetas. No muy lejos, y en corto trecho vimos al ratonero sobre
un poste, unos cuantos cernícalos primillas volando sobre unas despejadas
colinas, y el paso migratorio prenupcial de unos pocos halcones abejeros.
(*)
Fotografías: gentileza de Azucena Roa.
Lista
de Aves Observadas (Orden Sistemático):
- Ánade Azulón
(Anas platyrhynchos)
- Milano Negro
(Milvus migrans)
- Aguilucho
Cenizo (Circus pygargus)
- Abejero
Europeo (Pernis apivorus)
- Busardo
Ratonero (Buteo buteo)
- Culebrera
Europea (Circaetus gallicus)
- Cernícalo
Vulgar (Falco tinnunculus)
- Cernícalo
Primilla (Falco naumanni)
- Cigüeñuela
Común (Himantopus himantopus)
- Avoceta
Común (Recurvirostra avosetta)
- Paloma
Bravía (Columba livia)
- Paloma
Torcaz (Columba palumbus)
- Tórtola
Europea (Streptopelia turtur)
- Vencejo
Común (Apus apus)
- Carraca
Europea (Coracias garrulus)
- Abubilla (Upupa epops)
- Roquero
Solitario (Monticola solitarius)
- Mirlo Común
(Turdus merula)
- Carbonero
Común (Parus major)
- Cuervo Común
(Corvus corax)
- Grajilla Común (Corvus monedula)
- Pinzón
Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
- Verdecillo
Común (Serinus serinus)
- Escribano Montesino (Emberiza cia)
Pero que lindo escribes Pedrito, sigue haciéndolo así de bien.
ResponderEliminarTu ecolokita amiga