La otra jornada relevante en cuanto a
avistamientos de aves durante el Voluntariado de Olivares Vivos fue la tarde
del jueves 25 de mayo, tras visitar las instalaciones de la
Finca La Torre, donde habíamos estado
trabajando por la mañana. Saliendo ya de la finca me había fijado en la
cogujada montesina y el macho de la tarabilla común, ambos posados sobre una
cerca paralela al camino, y además nos detuvimos a ver un lagarto ocelado que
estaba en el polvoriento camino.
Nos dirigíamos hacia la Laguna de Fuente de Piedra,
pero antes nos vimos obligados a improvisar algunas paradas. La primera y más
larga fue mientras atravesábamos un campo de cereal que llevaría poco tiempo
cosechado, cuando Paco escuchó al sisón. Nada más apearme del coche un macho
levantó el vuelo del lado de la carretera donde habíamos aparcado, y se pasó al
otro lado ocultándose entre la hierba. Tampoco tardamos mucho en escuchar los
reclamos de otros machos desde distintos puntos del campo, y enseguida
localizamos al primero, asomando la cabeza y el cuello sobre la hierba,
engalanado con el plumaje del celo. Y conforme el tiempo avanzaba descubrimos
otros sisones, aunque más lejos, y entre ellos, alguna hembra también. Todo un
premio poder observar unos cuantos ejemplares del ave del presente año, cuyas
poblaciones se van rarificando poco a poco por el uso de pesticidas en la
agricultura y la intensificación de los cultivos.
Pero los sisones no eran las únicas aves allí presentes. Algún que otro cernícalo prospectaba el campo, mientras se escuchaban las calandrias y se dejaban ver sobre los restos del cereal cortado.
Sisón, en el campo de siega |
Pero los sisones no eran las únicas aves allí presentes. Algún que otro cernícalo prospectaba el campo, mientras se escuchaban las calandrias y se dejaban ver sobre los restos del cereal cortado.
La cabeza de un sisón macho asomando sobre la hierba |
Antes de llegar al mirador de la laguna,
nos detuvimos junto a un campo de cereal sobre el que volaban unas pagazas
piconegras afanadas a la captura de insectos. Al otro lado nos fue posible ver
unos estorninos.
En el mirador en el que paramos no
estuvimos demasiado rato. Tan sólo fuimos para apreciar la gran mancha que
forman los flamencos agregados en el dormidero sobre hondonada que forma la
laguna, ahora seca y gris. También vimos alguna gaviota reidora volar por el
entorno de la laguna.
Flamencos |
De camino al observatorio que hay junto al
Centro de Visitantes José Antonio Valverde, vimos dos mochuelos posados cerca
de la carretera, de la que levantó el vuelo algún que otro pinzón a nuestro
paso, un macho de aguilucho cenizo volar sobre una parcela de olivar, y algunos
conejos en los taludes.
Desde el Centro de Visitantes, mirando
hacia el lecho gris ceniza de la laguna se veían algunos flamencos dispersos, y
entre ellos un tarro blanco. Desde los tarajes del borde cantó el ruiseñor.
Varios conejos se movían por los alrededores, entre alguna grajilla que había
posada también en el suelo, aunque el grueso de estos córvidos podían
observarse cómodamente en el tejado del Centro. Y los aviones zapadores
pululaban por encima de la altura del tejado a la captura de mosquitos,
mientras las gaviotas reidoras surcaban el cielo. Vimos las fochas en una
mancha de agua junto al Centro.
Atardecer en la Laguna de Fuente de Piedra |
Entramos a un observatorio desde el que
podía verse otra área encharcada donde permanecimos prácticamente hasta que la
luz se agotó. Albergaba una diversa multitud de aves acuáticas, desde los
grandes flamencos a los pequeños zampullines comunes que de vez en cuando se
desvanecían con sus inmersiones bajo el agua. El vocerío de las gaviotas
reidoras y las cigüeñuelas predominaba sobre los demás, aunque también pudimos
escuchar al avefría que pasó volando sobre el observatorio. Un alcaraván aterrizó
cerca de una orilla, pero la vegetación lo ocultaba de la vista. Además de los
zampullines chicos, también había un cuellinegro vestido con el llamativo
plumaje de verano. Las avocetas también destacaban entre las aves, aunque el
grupo más diverso lo integraban las anátidas, desde la pareja de los grandes
tarros blancos, a las tres diminutas malvasías que localizamos. Y por supuesto
no faltaban los comunes ánades reales y porrones europeos, así como algunos
patos colorados.
Como telón de fondo aparecían las afueras
del pueblo de Fuente de Piedra, donde podían verse las cigüeñas sobre su nido,
y los bandos de estorninos.
Lista
de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Conejo
Europeo (Oryctolagus cuniculus
algirus)
- Zampullín
Chico (Tachybaptus ruficollis)
- Zampullín
Cuellinegro (Podiceps negricollis)
- Cigüeña
Blanca (Ciconia ciconia)
- Flamenco
Común (Phoenicopterus roseus)
- Tarro Blanco
(Tardona tardona)
- Ánade Azulón
(Anas platyrhynchos)
- Pato
Colorado (Netta rufina)
- Porrón
Europeo (Aythya ferina)
- Malvasía
Cabeciblanca (Oxyura leucocephala)
- Aguilucho
Cenizo (Circus pygargus)
- Cernícalo
Vulgar (Falco tinnunculus)
- Focha Común
(Fulica atra)
- Sisón Común
(Tetrax tetrax)
- Cigüeñuela
Común (Himantopus himantopus)
- Avoceta
Común (Recurvirostra avosetta)
- Alcaraván
Común (Burhinus oedicnemus)
- Avefría
Europea (Vanellus vanellus)
- Gaviota
Reidora (Chroicocephalus ridibundus)
- Pagaza
Piconegra (Gelochelidon nilotica)
- Mochuelo
Europeo (Athene noctua vidalii)
- Calandria
Común (Melanocorypha calandra)
- Cogujada
Montesina (Galerida theklae)
- Avión
Zapador (Riparia riparia)
- Ruiseñor
Común (Luscinia megarhynchos)
- Tarabilla
Europea (Saxicola rubicola)
- Grajilla
Occidental (Corvus monedula)
- Estornino
Negro (Sturnus unicolor)
- Pinzón
Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
- Lagarto
Ocelado (Timon lepidus lepidus)
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