Con el objetivo de darle un acelerón a las
plantaciones, antes de que avance la primavera, que se están llevando a cabo
dentro del proyecto de Olivares Vivos con el propósito de restaurar con
especies vegetales mediterráneas áreas improductivas, lindes o corregir
cárcavas de arroyos y torrentes, se contrató una cuadrilla a tal efecto de la
que he formado parte. Pese a la dureza del trabajo de campo, pocas cosas
gratifican tanto como saber que estoy siendo participe de una acción que
mejorará la naturaleza, en este caso el cultivo del olivar, contribuyendo a
incrementar su biodiversidad. Y si además realizas estas labores junto a
personas con las que compartes las mismas motivaciones conservacionistas como
lo son el equipo humano de Iberus Medio Ambiente, un día de trabajo puede
acabar pareciendo que más bien has salido para tratar de disfrutar con la
observación de fauna y la contemplación de la naturaleza, como de hecho nos
pasó ayer.
Sin descuidar el trabajo, acudimos por segundo día consecutivo a la misma finca que el día anterior, de la campiña suroccidental de Jaén, donde se mantienen todavía algunos campos de cereal, diversificando el paisaje, e interrumpiendo la fiebre del monocultivo del olivo. Los aguiluchos cenizos se entregaban a sus paradas nupciales, ejecutando en el aire acrobáticas cabriolas y picados, acompasados al ritmo de sus silbidos. También las golondrinas daban continuas pasadas sobre el sembrado cerealista, del que no podíamos ignorar la procedencia del reclamo de los sisones, que ocultos entre las verdes espigas, dejaban oír a menudo sus leves ventosidades. Algo más tarde escuchamos también el característico siseo que producen al volar, cuando un macho se levantó para interceptar a otro en el aire, al pasar por su territorio.
Sin descuidar el trabajo, acudimos por segundo día consecutivo a la misma finca que el día anterior, de la campiña suroccidental de Jaén, donde se mantienen todavía algunos campos de cereal, diversificando el paisaje, e interrumpiendo la fiebre del monocultivo del olivo. Los aguiluchos cenizos se entregaban a sus paradas nupciales, ejecutando en el aire acrobáticas cabriolas y picados, acompasados al ritmo de sus silbidos. También las golondrinas daban continuas pasadas sobre el sembrado cerealista, del que no podíamos ignorar la procedencia del reclamo de los sisones, que ocultos entre las verdes espigas, dejaban oír a menudo sus leves ventosidades. Algo más tarde escuchamos también el característico siseo que producen al volar, cuando un macho se levantó para interceptar a otro en el aire, al pasar por su territorio.
Gallipato |
Del olivar se llegó a escuchar la silbante
voz del alcaraván, pero lo que más se solía oír eran los jilgueros y los
verdecillos. Tampoco faltaban en estos medios agrarios las cogujadas. Pasó
también por la zona un ánade real, y algo más tarde un ratonero. Y además de
las aves, mientras nos dedicábamos a plantar, nos encontramos también con un
gallipato, no muy grande, y poco después apareció una culebra de escalera, un
ejemplar subadulto.
Al finalizar la jornada laboral, en lugar
de irnos directamente, aprovechamos un rato más para dedicarnos ahora en
exclusiva a mirar a las aves de los espacios abiertos y las zonas agrícolas,
especialmente a los aguiluchos. Por el carril vimos también una abubilla.
Aunque también atrajo mucho nuestra atención la avutarda, un macho que se
paseaba por un barbecho. Y al irnos vimos unos cuervos.
Lista
de Especies Observadas:
- Ánade Azulón
(Anas platyrhynchos)
- Busardo
Ratonero (Buteo buteo)
- Aguilucho
Cenizo (Circus pygargus)
- Sisón Común
(Tetrax tetrax)
- Avutarda
Común (Otis tarda)
- Alcaraván
Común (Burhinus oedicnemus)
- Abubilla (Upupa epops)
- Cogujada
Común (Galerida cristata)
- Golondrina
Común (Hirundo rustica)
- Cuervo
Grande (Corvus corax)
- Verdecillo
Común (Serinus serinus)
- Jilguero (Carduelis carduelis)
- Culebra de
Escalera (Rhinechis scalaris)
- Gallipato (Pleurodeles waltl)
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