Ayer asistimos David y yo a un Taller de
Anfibios de la Sierra
de Andújar, cuya parte práctica se desarrolló en la finca de Lugar Nuevo. Coincidimos
además con Leocadio Rueda, y con Merche y Roland. No fue demasiado relevante en
cuanto a la cantidad de especies observadas, pero sí que resultaron
interesantes de ver. Seguramente que no me percaté de todas las aves que había
en el entorno.
Tras la amena charla teórica, en el
Cercado del Ciprés, en la que nos fueron presentadas las diferentes especies de
anfibios, tanto en fase adulta como larvaria, que pueblan la Sierra de Andújar, salimos
hacia Lugar Nuevo para iniciar su búsqueda. Tampoco fue demasiado larga la
práctica, pues tan sólo invertimos media mañana, hasta pasado el medio día. Podían
oírse los pinzones y los trigueros por las cercanías de donde habíamos dejado
los coches. También se escuchaba al carbonero, que detectamos en una encina. Y
cuando todavía no habíamos empezado ni siquiera a caminar, en el claro cielo
azul contemplamos como un ratonero se dedicaba a tratar de expulsar a un águila
imperial con sus picados.
Íbamos prospectando las charcas y las pozas
junto al camino en las que abundaban los negros renacuajos del sapo corredor.
También encontramos con alguna que otra culebra viperina, quizás el más
especializado depredador de larvas de anfibios en estas latitudes. Además de
los renacuajos del sapo corredor, vimos también algunos de ranita meridional.
Yo encontré un macho adulto de sapo corredor.
Sapo Corredor |
Llegamos hasta un acaudalado arroyo en el
que esperábamos encontrar alguna larva de sapo partero, pero tan sólo vimos
gran número de pequeñas e inmaduras culebras viperinas lanzarse al agua, además
de alarmados mirlos que se alejaban a nuestro paso. El murmullo del agua no
conseguía apagar el potente canto del chochín, escondido entre los tamujos.
La sorpresa vino cuando en una zona en la
que esperábamos encontrar algún renacuajo de sapillo pintojo, apareció uno de
sapillo moteado. Es la primera vez que tengo consciencia de verlo, y gracias a
la identificación del experto que nos acompañaba. Esto demuestra que la
naturaleza es dinámica y cambiante, y que no se pueden establecer reglas fijas
para definir el comportamiento territorial de los animales, ni asegurar nunca
lo que se va a ver en el campo antes de salir y haberlo observado, por común
que resulte. Un buen ejemplo de ello lo constituyen los ciervos y los buitres
leonados, que pese a lo frecuentes que suelen ser en la Sierra de Andújar, no los
vimos este día. Y otra observación que me llamó bastante la atención, fue
volviendo hacia los coches, cuando vimos una pareja de chorlitejos chicos
próximos al camino, en el verde prado de la dehesa en la que habíamos estado
buscando batracios al principio. Se mostraron confiados, pues en lugar de
levantar el vuelo, se alejaron a pie. Lo más probable que sean aves en paso,
que estén provisionalmente allí antes de retomar su viaje.
(*)
Fotografías: gentileza de David Torres.
Lista
de Especies Observadas:
- Busardo
Ratonero (Buteo buteo)
- Águila
Imperial Ibérica (Aquila adalberti)
- Chorlitejo
Chico (Charadrius dubius)
- Chochín
Común (Troglodytes troglodytes)
- Mirlo Común
(Turdus merula)
- Carbonero
Común (Parus major)
- Pinzón
Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
- Triguero (Miliaria calandra)
- Culebra
Viperina (Natrix maura)
- Sapillo
Moteado Ibérico (Pelodytes ibericus)
- Sapo
Corredor (Epidalia calamita)
- Ranita
Meridional (Hyla meridionalis)
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