Lince Ibérico |
Tan solo el primero de los cinco días que vine a esta finca, se rompió por partida doble algo que consideraba como una racha o estadística invariable: el avistamiento de dos linces. Y es que en los tres años anteriores, solo había visto un lince por año. Nada mas llegar al sitio que elegí ese día para observar, llamó poderosamente mi atención el incesante cacareo de las urracas. No estaban muy lejos y pronto las localicé. Solo eran cuatro o cinco. Pero en medio del cerco que formaban, yacían dos linces tumbados, dormitando sobre una roca de granito. Todavía no había salido el sol, pero había suficiente luminosidad para poder observarlos con detenimiento. Estaban a unos 200 o 300 metros de mi posición, pero en ningún momento se perturbaron por mi presencia. Casi tres cuartos de hora mas tarde, cuando el sol empezaba a asomar por encima de los cerros, los gatazos se incorporaron, y sentados en la misma roca se acicalaron un poco, hasta que el más precoz se levantó, se estiró, y empezó a andar tranquilamente. El otro lo miraba al principio, sentado en la roca, pero no tardó mucho en seguir su camino, hasta juntarse de nuevo, y perderse tras la otra ladera de una colina. Aunque en los días siguientes volví por allí, los linces no se dejaron ver. En cambio frecuentaban aquella zona un grupo de cinco muflonas que sí puede ver en varias ocasiones, en distintos días.
Muflonas |
Otra de las cosas que hacía, era comprobar unas cámaras de fototrampeo colocadas junto a unos pilones, para cambiarles las tarjetas y las pilas cada pocos días. Al visitar estos puntos de agua era fácil descubrir los mitos y los herrerillos comunes. Las fotografías tomadas muestran los animales que acuden con asiduidad a estos aguaderos, entre los que no se encuentra el lince.
Temprano, antes de que amaneciese me ponía de camino, lo que me permitía ver los chotacabras en los caminos. Indistintamente del oteadero que eligiera, las palomas torcaces y las tórtolas turcas, las perdices, las urracas y los rabilargos, así como los ciervos, siempre eran fieles acompañantes de mis jornadas de campo. Los conejos no eran muy abundantes, pero alguno que otro se dejaba ver a diario. Y cuando el sol de media mañana, alto en el cielo, barría los montes, dejándolos casi sin sombras, empezaban a planear los buitres. A pesar del calor, la brisa de los últimos días parecía anunciar un cambio de tiempo, y los venados, como si también lo presagiaran, lanzaban al viento sus roncos bramidos. Algunos machos ensayaban ya los combates que tendrán lugar en la inmediata berrea.
Ciervos acompañadados en el abrevadero por urracas y un rabilargo |
Los abejarucos se concentran en grupos estos días para emprender su viaje migratorio. Además se observan algunos vencejos, aviones y golondrinas, tanto comunes como dáuricas que también migrarán pronto. Y mientras tanto, ya están de paso los papamoscas cerrojillos, que se dejan ver fácilmente entre las ramas bajas de las encinas donde se posan. Mucho menos numerosos resultan los colirrojos reales, otros visitantes pasajeros del lugar, pero que así mismo se descubren sin dificultad entre los bolos graníticos, donde las lagartijas colilargas toman el sol de la mañana. Otros inquietos pajarillos que revolotean si cesar entre las ramas de los acebuches y otros arbustos y que igualmente solo estarán aquí una corta temporada, son los mosquiteros papialbos, que aunque consigo observar unos pocos, es gracias a su canto por lo que consigo identificarlos.
Las aves sedentarias que pueblan estas serranías habitualmente, pero que solo pude ver en ocasiones son los arrendajos, los mirlos, la abubilla y el pito real. Algunos días escuchaba la voz del águila imperial, y descubría su silueta lejana, en vuelo. También se oyen los cantos de las currucas cabecinegra y rabilarga salir de entre los densos lentiscos, pero solo muy de vez en cuando se dejan ver las autoras. Y entre las copas de las esmirriadas encinas, a veces se veía el herrerillo capuchino.
Conejo y Palomas Torcaces |
El último día que visité esta finca, estuve atento a un cuantioso grupo de urracas que continuamente rodeaban una mancha de vegetación de un arroyo, al fondo de un valle. Graznaban enfurecidas, y de vez en cuando incluso penetraban en su espesura. Algo en su interior turbaba a más de una decena de blanquinegros córvidos. Tras casi una hora vigilándolas, no puedo negar que me decepcionó comprobar que el animal al que acosaban era un zorro que salió de su escondite a paso ligero, perseguido por un par de urracas.
(*) Fotografías cedidas por Iberian Lynx Land.
Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
- Zorro Rojo (Vulpes vulpes)
- Lince Ibérico (Lynx pardinus)
- Muflón (Ovis orientalis)
- Ciervo Rojo (Cervus elaphus)
- Buitre Leonado (Gyps fulvus)
- Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti)
- Perdiz Roja (Alectoris rufa)
- Paloma Torcaz (Columba palumbus)
- Tórtola Turca (Streptopelia decaocto)
- Chotacabras Cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis)
- Vencejo Común (Apus apus)
- Abejaruco Europeo (Merops apiaster)
- Abubilla (Upupa epops)
- Pito Real (Picus viridis sharpei)
- Golondrina Común (Hirundo rustica)
- Golondrina Dáurica (Cecropis daurica)
- Avión Común (Delichon urbicum)
- Colirrojo Real (Phoenicurus phoenicurus)
- Mirlo Común (Turdus merula)
- Curruca Rabilarga (Sylvia undata)
- Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
- Mosquitero Papialbo (Phylloscopus bonelli)
- Papamoscas Cerrojillo (Ficedula hypoleuca)
- Mito Común (Aegithalos caudatus irbii)
- Herrerillo Común (Cyanistes caeruleus)
- Herrerillo Capuchino (Lophophanes cristatus)
- Arrendajo Común (Garrulus glandarius)
- Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
- Urraca (Pica pica melanotos)
- Lagartija Colilarga (Psammodromus algirus)
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