El fin de semana pasado estuve con Fran Silva en su pueblo, Olula del Río. La tarde del viernes 20 me llevó a conocer una parte de la Sierra de las Estancias cercana a su pueblo, concretamente el Peñón del Fraile. A pesar de las pocas horas de las que dispusimos para campear, antes de que anocheciese, tuvimos una jornada bastante fructífera, con interesantes avistamientos.
Saliendo de Olula debíamos pasar por un polígono industrial, en las afueras, por donde se movían algunos bandos de gorriones, y alguna que otra lavandera blanca. Pero su ubicación en un páramo, inmediato a los abruptos montes de la sierra, también nos permitió ver alguna cogujada e incluso una collalba negra. Saliendo del polígono, la carretera empezaba a ascender, y en esta subida nos acompañaron unos jilgueros.
Llegamos a un área recreativa, donde aparcamos el coche. Esta área recreativa estaba en la umbría de una montaña, y en frente teníamos el lugar al que nos dirigíamos a pie, el Peñón del Fraile, en la solana. En medio había un valle excavado por las aguas torrenciales, y al mismo tiempo estacionales de un cauce, ahora totalmente seco, de una característica rambla del levante almeriense. En ambas laderas crecían los pinos carrascos, y de sus copas emanaban las notas del carbonero garrapinos. Con un poco de paciencia acabamos viendo algunos, en sus revoloteos entre las ramas. Antes de descender a la rambla descubrimos en un paredón rocoso, al macho azul del roquero solitario. Mientras bajábamos entre el pinar se escuchaban a pinzones y carboneros comunes.
Caminábamos por el lecho de la rambla, donde crecen adelfas y tarajes, cuando Fran descubrió en un promontorio cercano tres hembras de cabra montés. Enseguida cesamos de andar para no ahuyentarlas. Casi simultáneamente atrajo nuestra atención las voces de las chovas piquirrojas, que muy altas volaban sobre nosotros. Y a su lado una joven águila real planeaba tranquilamente en el aire, hasta que empezó a ser increpada por las molestas chovas. Finalmente el águila fue expulsada, y abandonó el lugar lanzándose en vuelo rectilíneo, hasta que la perdimos de vista, por encima de la línea de cumbres.
Hembra de Cabra Montés |
Culminamos el Peñón del Fraile ascendiendo por su interior, a través de una grieta que conocía Fran, y en su parte superior nos quedamos tranquilamente, dejando pasar el tiempo, deleitándonos con las hermosas vistas del paisaje. Cuando llegamos a lo más alto vimos otra vez a las tres cabras, que cruzaron la rambla mientras nosotros estábamos en el interior de la grieta del peñón. Ahora veíamos a la chovas más cerca, volando por los alrededores de las cimas rocosas, y también a los aviones roqueros, que pasaban repetidamente cerca de nosotros. Durante esta espera pudimos ver el paso de varias torcaces. De cuando en cuando se escuchaban los chirridos de la curruca rabilarga, provenientes de las laderas ocupadas por matorrales casi rastreros. También pasaron algunos piquituertos, y algunos pequeños bandos de verdecillos, a los que localizamos por su canto. Igualmente oímos al herrerillo capuchino. Entre tanto, cerca de la escandalosa comunidad de las chovas, surgió la silueta de un halcón peregrino. Esperábamos algún pique entre ambas aves, pero quizás las chovas no vieran al halcón, o tal vez le temieran demasiado, pero finalmente la falcónida siguió su camino sin ningún tipo de percance con los córvidos.
Mientras la luz de la tarde se atenuaba volvimos al área recreativa, pero antes de marcharnos nos sentamos un rato en unos bancos. Lejos, se oía la voz de alarma del mirlo, pero a nuestro alrededor pululaba entre la espesura de un acebuche la curruca cabecinegra. Y en las repisas de los muros de piedra, que sostienen las terrazas que configuran el área recreativa, podían verse algunos petirrojos y colirrojos.
Cuando nos marchábamos, Fran decidió subir por un carril, para enseñarme unos bebederos para jabalíes, donde también seguramente también acuden otros animales. No vimos nada en ninguna de las pozas a las que nos asomamos, pero por la pista forestal se nos cruzaron unas perdices.
(*) Fotografía: gentileza de Francisco Silva.
Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Cabra Montés (Capra pyrenaica hispanica)
- Águila Real (Aquila chrysaetos)
- Halcón Peregrino (Falco peregrinus brookei)
- Perdiz Roja (Alectoris rufa)
- Paloma Torcaz (Columba palumbus)
- Cogujada Común (Galerida cristata)
- Avión Roquero (Ptyonoprogne rupestris)
- Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
- Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
- Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros)
- Collalba Negra (Oenanthe leucura)
- Roquero Solitario (Monticola solitarius)
- Mirlo Común (Turdus merula)
- Curruca Rabilarga (Sylvia undata)
- Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
- Carbonero Común (Parus major)
- Carbonero Garrapinos (Periparus ater)
- Herrerillo Capuchino (Lophophanes cristatus)
- Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
- Gorrión Común (Passer domesticus)
- Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
- Verdecillo Común (Serinus serinus)
- Jilguero (Carduelis carduelis)
- Piquituerto Común (Loxia curvirostra)
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