miércoles, 4 de julio de 2012

UNA MAÑANA DE VERANO EN LA ROPERA

     Ayer por la mañana fuimos David y yo a dar una vuelta por La Ropera, donde a pesar de las pocas horas que estuvimos, y del calor, vivimos una intensa jornada de observación de animales.
     Bajando por la pedregosa cuesta que nos acercaría al río se movían los rabilargos entre los olivos y los ciruelos, y nada más aparcar en el cruce de caminos, se cruzó un zorro por el camino, un poco más adelante. Empezamos a andar por ese mismo camino, aunque pronto nos salimos del mismo, para tratar de asomarnos al río, entre las eneas donde se descubría y desaparecía el carricero común a su antojo. De vez en cuando sonaba el canto del ruiseñor bastardo, y los pitidos de la gallineta. Logramos ver una caminado por la orilla opuesta, por el borde donde las verdes eneas emergen del agua. Y una garceta común pasa en vuelo sobre el cauce.
    Siguiendo nuestro paseo, era fácil ver los mirlos y ruiseñores que atravesaban el camino de lado a lado, a los que también se les oía cantar desde el interior de la enmarañada vegetación que los cobijaba. Acompañaban también las estrofas del carricero tordal en un tramo de la senda. Al llegar a la pequeña laguna, se escucha el chapoteo de los galápagos al sumergirse en las turbias aguas donde se ocultaban. Desde bosque de ribera que nos rodea, llegan a nuestros oídos los arrullos de palomas torcaces y tórtolas comunes. También se oye el tamborileo que produce el pico picapinos al golpear seguidamente los troncos, al que también oímos emitir sus notas monosilábicas, y que tras buscarlo, conseguimos ver por unos instantes.
    Nos adentramos entre los sauces ribereños para asomarnos al río, donde permanecimos un rato de espera, sentados a la sombra. Tenemos como telón de fondo el canto del verderón. De vez en cuando se ve algún mirlo entre la vegetación de la otra orilla, o alguna paloma volar sobre las copas de los árboles. A nuestras espaldas vemos unos jilgueros, y bajo las mismas sombras donde improvisamos nuestro escondite aparece algún que otro joven herrerillo. En medio del río hay una pequeña isleta en la que vemos unos cuantos picos de coral. Ya los vimos en enero de este año, por lo que es posible que se hayan establecido en el lugar de forma permanente.
     De vuelta hacia el coche, se nos vuelven a cruzar algunos mirlos y ruiseñores, mientras el carricero tordal prosigue cantando por el mismo sitio, aunque no conseguimos observarlo. Cogemos el coche para ir hasta el puente. Antes de llegar descubrimos en los calvos del olivar unos conejos que pronto se ocultan bajo las zarzas. Un pequeño bando de verdecillos pasa por allí.
     Cuando llegamos al puente nos detenemos en medio del mismo, y desde el coche nos dedicamos a esperar, por no estar al sol. A lo lejos, en el río, vemos varios ánades reales, y por las orillas próximas por donde los patos nadan, descubrimos algunas gallinetas. Delante de nosotros, donde acaba el puente, se mueven unos gorriones. Las golondrinas vuelan a ras de la superficie del agua. Pasa un grupo de abejarucos, a los que previamente habíamos escuchado. Al buscar a los coloridos pájaros africanos en el aire, también vemos el rápido vuelo de los vencejos. A pesar del estío, el río baja crecido, debido a los desembalses. Con satisfacción contemplamos el vuelo de una garza imperial, que tras algunos años sin verla en La Ropera, parece haber vuelto por allí. Conseguimos ver al martín pescador dar varias pasadas, río abajo, río arriba, traspasando el puente por los ojos en sus idas y venidas. Siguiendo el vuelo del pájaro ictiófago, con el fin de observarlo en algún posadero, David descubre por su lado del río a un discreto martinete posado bajo la sombra de un sauce. La garza imperial, o tal vez otra diferente, vuelve a sobrevolar el puente, siguiendo su camino sobre el río. Y desde mi lago, se oye al avetorillo, desde lo más profundo de las espadañas.
     A pesar del calor, la vida bullía en torno al río, pero a nosotros empezaba a fatigarnos. Terminamos de cruzar el puente, para cambiar de sentido, y al volver cruzar el puente vemos una rata corriendo por el borde, en nuestra dirección, pero que pronto se echó a un lado, suponemos en introduciéndose por una grieta o agujero de los pilares del puente. Y al girar en el camino, por el tramo que va paralelo al cauce, paramos por última vez, para observar desde otra perspectiva al martinete.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Rata Parda (Rattus norvegicus)
  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Zorro Rojo (Vulpes vulpes)
  • Avetorillo Común (Ixobrychus minutus)
  • Martinete Común (Nycticorax nycticorax)
  • Garceta Común (Egretta garzetta)
  • Garza Imperial (Ardea purpurea)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Gallineta Común (Gallinula chloropus)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tórtola Europea (Streptopelia turtur)
  • Vencejo Común (Apus apus)
  • Martín Pescador Común (Alcedo atthis)
  • Abejaruco Europeo (Merops apiaster)
  • Pico Picapinos (Dendrocopos major)
  • Golondrina Común (Hirundo rustica)
  • Ruiseñor Común (Luscinia megarhynchos)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Ruiseñor Bastardo (Cettia cetti)
  • Carricero Común (Acrocephalus scirpaceus)
  • Carricero Tordal (Acrocephalus arundinaceus)
  • Herrerillo Común (Cyanistes caeruleus)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Pico de Coral Común (Estrilda astrild)
  • Verdecillo Común (Serinus serinus)
  • Verderón Común (Chloris chloris)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)
  • Galápago Leproso (Mauremys leprosa)

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