miércoles, 4 de mayo de 2016

SENDERISMO EN CONTADERO-SELLADORES Y EN EL CENTENILLO

     Con la idea de hacer senderismo y de observar un poco el área nororiental de la Sierra de Andújar, Elena, Fran y yo, nos desplazamos hace un par de días hasta aquella zona, a la finca de Contadero-Selladores, donde hace unas semanas estuve de Voluntariado, y a la aldea minera de El Centenillo, lugares a los que tenemos menos oportunidad de acudir con frecuencia.

Bosque Mediterráneo, autóctono y bien conservado, cubriendo los montes de Contadero-Selladores

     La Naturaleza en su apogeo primaveral, impregnaba de vida los lugares por los que pasamos, en los que estuvimos. Saliendo de Andújar era fácil ver estorninos y tórtolas turcas en los tendidos eléctricos que se elevan sobre los campos de cultivo aledaños al pueblo. Al pasar por la zona donde comienza el monte aparecían las urracas. Pero no es hasta donde empezamos a circular por la estrecha y bacheada carretera que nos conduciría hasta Contadero-Selladores donde se amplían nuestras observaciones de aves, y donde tenemos oportunidad de pararnos con más detenimiento a tratar de verlas con calma. Urracas, rabilargos y palomas torcaces se suceden con regularidad a lo largo del camino, intercaladas con algunas abubillas mirlos y pinzones.
     Cuando nos parábamos a ver algo, solíamos descubrir otras cosas, con lo que se alargaban nuestras detenciones. Así nos pasó donde paramos a contemplar los abejarucos, que también vimos a la abubilla, detectamos a los trigueros por su canto, posados en las alambradas, mientras se paseaban las golondrinas sobre los floridos mantos de hierba que cubrían el campo. Otras paradas más breves, y específicas, se las dedicamos a los alcaudones, tanto comunes como a un real, y a los aláudidos más montaraces, las cogujadas montesinas y a las totovías, a los cuales también escuchamos. Pararnos para ver una liebre que cruzó la pista con bastante tranquilidad para lo apresuradas que suelen ser, nos permitió ver también unas perdices. Apenas pudimos ver unos instantes, en sus huidizos vuelos al pito real, el zorzal charlo y un críalo, alejándose del camino a nuestro paso. En una zona de pastizal más abierto podían verse con facilidad las tórtolas turcas, estorninos, gorriones y trigueros, pero aquí nos detuvimos a mirar a unas lavanderas boyeras, machos de subespecie alemana que se encuentran en paso. Detenernos más adelante para mirar con los prismáticos a unos buitres de altos vuelos, nos dio la oportunidad de ver elevarse una nutrida columna de chovas piquirrojas, volando en espiral en una corriente térmica. También se dejó ver algún que otro ciervo, y paramos en la carretera para ver a un lagarto que soleaba en el asfalto.
     Paramos un rato también en el Mirador de los Pastores, desde donde vimos pasar volando vencejos, aviones y palomas sobre las dehesas de los alrededores. Después iniciamos el Sendero de los Cuatro Términos porque culmina en un punto donde se juntan los términos municipales de Andújar, Villanueva de la Reina, Baños de la Encina y El Hoyo. Jara pringosa, enebros de la miera, labiérnagos y madroños constituyen el sotobosque que circunda este sendero, del que despuntan encinas y alcornoques, y bajo cuya sombra brotan las peonías. Nos vimos envueltos en la esencia misma del Monte Mediterráneo. Carboneros, pinzones y arrendajos aportaban sonido al bosque, a los cuales llegamos a ver.

Las dehesas, vistas desde el Mirador de los Pastores

     Almorzamos en el Área Recreativa de La Aliseda, por donde pasó un águila calzada sobre el dosel del pinar. Podía oírse el canto de la tórtola común, y también se movió por allí algún que otro arrendajo. Después nos dirigimos hacia la aldea de El Centenillo, donde completamos nuestros recorridos senderistas con dos cortos itinerarios. En ambos contemplamos restos del patrimonio minero de la zona. Primero hicimos el Sendero circular de Pozo Nuevo, con espectaculares vistas a las lomas del este, nexo de unión entre la Sierra de Andújar y Despeñaperros. Se oyeron pinzones y algún carbonero durante el recorrido.

Sierras orientales, a caballo entre Andújar y Despeñaperros

     Al pasar por el poblado de El Centenillo, para dirigirnos al inicio del Sendero del Cerrillo del Plomo pudimos ver gorriones y estorninos, pero nos fijamos en una lavandera boyera que se movía por sus aledaños. Al mirarla detenidamente, nos dimos cuenta que se trataba de un macho de la raza italiana, que exhibía el casco de la cabeza gris oscuro.
     El Sendero del Cerrillo del Plomo es lineal, bajando por lo más profundo en un valle, entre pinares, hasta llegar al cerro propiamente dicho, donde escuchamos al agateador y al pico picapinos. Al pájaro carpintero lo acabamos viendo cuando levantó el vuelo. De vuelta, cuando íbamos subiendo se nos cruzó una joven lagartija colilarga y vimos a una pareja de chovas, que habían llamado nuestra atención con sus voces. De los pinares circundantes a la senda también las ásperos sonidos del arrendajo.

Anochecer en la Sierra de Andújar

     En el camino de vuelta, al atardecer, se multiplicaron el número de ciervos que vimos, alguno hasta en la misma pista. Pero al poco de haber iniciado el camino nos detuvimos a contemplar el vuelo de tres águilas calzadas. Durante la marcha levantamos a nuestro paso, pinzones y totovías, así como algún mirlo que se cruzó en el camino. Además se atravesó la carretera un apresurado zorro, y al pararnos para tratar de verlo, descubrimos la silueta de una rapaz posada junto a una alberca. Cuando levantó el vuelo comprobamos que se trataba de un ratonero, Pero se siguieron sucediendo cosas, y en la alberca deparamos que nadaban una pareja de patos. Cuando salieron a tierra, y dejó de darles directamente la luz del sol, aseguramos que se trataba de azulones. Otra parada se la dedicamos a un águila culebrera que estaba posada en lo alto de una torreta metálica del tendido eléctrico. Nos paramos un rato en el Mirador de los Alarcones, a comisquear algo, mientras contemplábamos con las últimas luces el Embalse del Rumblar. En el entorno, había trigueros, estorninos, gorriones y tórtolas turcas. Al caer la oscuridad, solo vimos algunos ciervos más, de los que estaban junto a la carretera.

(*) Fotografías: gentileza de Elena Pulido.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Liebre Ibérica (Lepus granatensis)
  • Zorro Rojo (Vulpes vulpes)
  • Ciervo Rojo (Cervus elaphus)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus)
  • Busardo Ratonero (Buteo buteo)
  • Culebrera Europea (Circaetus gallicus)
  • Aguililla Calzada (Aquila pennata)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tórtola Europea (Streptopela turtur)
  • Tórtola Turca (Streptopela decaocto)
  • Críalo Europeo (Clamator glandarius)
  • Abejaruco Común (Merops apiaster)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Vencejo Común (Apus apus)
  • Pito Real Ibérico (Picus sharpei)
  • Pico Picapinos (Dendrocopos major)
  • Cogujada Montesina (Galerida theklae)
  • Totovía (Lullula arborea)
  • Golondrina Común (Hirundo rustica)
  • Avión Común (Delichon urbicum)
  • Lavandera Boyera Alemana (Motacilla flava flava)
  • Lavandera Boyera Italiana (Motacilla flava cinereocapilla)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Zorzal Charlo (Turdus viscivorus)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Agateador Común (Certhia brachydactyla)
  • Alcaudón Común (Lanius senator)
  • Alcaudón Real (Lanius meridionalis)
  • Arrendajo Común (Garrulus glandarius)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
  • Triguero (Miliaria calandra)
  • Lagartija Colilarga (Psammodromus algirus)
  • Lagarto Ocelado (Timon lepidus lepidus)

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