martes, 31 de enero de 2012

SALIDA ORNITOLÓGICA POR LAS LAGUNAS DE VERA

     Igual que otras tardes, de los días que he pasado en Mojácar, el día 24 salimos David y yo a dar una vuelta, pero esta vez con la intención de pajarear por las zonas húmedas que hay entre Vera y Garrucha. Acabábamos de salir de Mojácar y pasábamos por una zona con taludes rocosos, donde no tardamos en descubrir una collalba negra. Antes de llegar al lugar que David quería enseñarme, vimos en unos campos inundados una gran concentración de gaviotas reidoras, mezcladas con varias grajillas que nos resultó muy llamativo. Nos salimos de la carretera, y paramos en la anchura de la entrada de un camino. En una primera visual, rápida, con los prismáticos también pudimos ver, que además de gaviotas y grajillas, había avefrías en aquellos campos encharcados. Con el telescopio descubrimos que junto a aquellas aves, también se encontraban otros acompañantes más menudos, los chorlitejos. Pero observando pacientemente, íbamos sumando otros limícolas que no se encontraban en tan alto número, algunos andarríos chicos y un archibebe común. La sorpresa nos la dieron un pequeño grupo de agachadizas que se encontraban en un exiguo charco, apartadas del resto de aves. También había lavanderas y mosquiteros moviéndose entre los pastos, y cuando ya nos íbamos, vimos unas pocas garcillas y una urraca volando sobre aquellos campos.

Lagunas de Vera

     Llegamos a las lagunas que David quería, y nos colocamos, sin bajarnos del coche, junto a una orilla. Sin ningún esfuerzo se podían contemplar las malvasías cabeciblancas, los porrones comunes, los ánades reales, los patos cuchara, fochas, gallinetas, gaviotas reidoras, el zampullín chico y el cuellinegro, este último exhibiendo ya un plumaje de transición. Las lavanderas y los gorriones también se acercaban bastante, pero los más abundantes eran los mosquiteros que se movían entre lo tarajes, y demás vegetación palustre, aunque también acabamos viendo algunas tarabillas y una curruca capirotada. Al ruiseñor bastardo solo llegamos a oírlo. Pero el paseriforme que más me extraño encontrar por allí fue el avión roquero, sobrevolando aquellas marismas. De la espesura del carrizal salió un aguilucho lagunero, en vuelo rasante sobre la vegetación, que pronto dejamos de ver.

Mosquitero Común

     Cambiamos de posición para ver otra zona de aquellas marismas, en apariencia de aguas más someras. Seguíamos viendo al azulón y al cuchara, así como a las fochas, pero ahora también conseguimos ver unas cercetas y un tarro blanco. También había en aquellas aguas superficiales algunas cigüeñuelas y garcillas. Entre la vegetación también seguíamos viendo los movimientos de los mosquiteros y las tarabillas, mientras que los aviones roqueros seguían surcando el aire, dando repetidas pasadas al lado nuestro. Y una vez más se descubrió el lagunero. Después de un rato allí, volvimos a aquella misma orilla donde estuvimos al principio. Además de los zampullines y de los mismos patos que la vez anterior, vimos entre el carrizo un calamón andando en la otra orilla, más allá de donde nadaban las gaviotas. También vimos un mirlo entre la espesura del carrizal. Hacia el final de la tarde, las grandes nubes de estorninos evolucionaban en el aire en miles de formas distintas, mientras acudían a su dormidero, cerca de la marisma.

Cigüeñuela

     Volvíamos sobre nuestros pasos, pero todavía no íbamos de regreso al apartamento. Antes de llegar a las lagunas de Vera y después de haber estado observando las agachadizas, también habíamos visto otra zona encharcada. Al pasar cerca de ella, no nos dio tiempo a ver nada con detenimiento, donde solo resaltaba el blanco de algunas cigüeñuelas y garcillas. Teníamos intención de hacer una exploración más profunda de aquella zona, ya que sabemos por experiencia propia que podemos tener un avistamiento interesante donde menos esperemos. Y así fue. Nos desviamos por un camino, para apartarnos de la carretera y poder observar aquellos parajes con calma. Vimos algunos ánades reales y patos cucharas, y entre las cigüeñuelas conseguimos ver un andarríos grande y un archibebe claro. Por aquel camino también vimos colirrojo tizón, y volviendo hacia Mojácar, distinguimos sobre un poste la silueta del mochuelo.

Bando de estorninos evolucionando en el cielo del atardecer
sobre las marismas de Vera

(*) Fotografías: gentileza de David Torres.


Lista de Aves Observadas (Orden Sistemático):

  • Zampullín Chico (Tachybaptus ruficollis)
  • Zampullín Cuellinegro (Podiceps negricollis)
  • Garcilla Bueyera (Bubulcus ibis)
  • Tarro Blanco (Tardona tardona)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Cuchara Europeo (Anas clypeata)
  • Cerceta Común (Anas crecca)
  • Porrón Europeo (Aythya ferina)
  • Malvasía Cabeciblanca (Oxyura leucocephala)
  • Aguilucho Lagunero Occidental (Circus aeruginosus)
  • Calamón Común (Porphyrio porphyrio)
  • Gallineta Común (Gallinula chloropus)
  • Focha Común (Fulica atra)
  • Cigüeñuela Común (Himantopus himantopus)
  • Chorlitejo Chico (Charadrius dubius)
  • Avefría Europea (Vanellus vanellus)
  • Agachadiza Común (Gallinago gallinago)
  • Archibebe Común (Tringa totanus)
  • Archibebe Claro (Tringa nebularia)
  • Andarríos Grande (Tringa ochropus)
  • Andarríos Chico (Actitis hypoleucos)
  • Gaviota Reidora (Chroicocephalus ridibundus)
  • Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalii)
  • Avión Roquero (Ptyonoprogne rupestris)
  • Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
  • Colirrojo Tizón (Phoenicurus phoenicurus)
  • Tarabilla Común (Saxicola torquatus rubicola)
  • Collalba Negra (Oenanthe leucura)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Ruiseñor Bastardo (Cettia cetti)
  • Curruca Capirotada (Sylvia atricapilla)
  • Mosquitero Común (Phylloscopus collybita)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Grajilla Común (Corvus monedula)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)

domingo, 29 de enero de 2012

JORNADA CAMPERA EN LA SIERRA DE LAS ESTANCIAS

     El fin de semana pasado estuve con Fran Silva en su pueblo, Olula del Río. La tarde del viernes 20 me llevó a conocer una parte de la Sierra de las Estancias cercana a su pueblo, concretamente el Peñón del Fraile. A pesar de las pocas horas de las que dispusimos para campear, antes de que anocheciese, tuvimos una jornada bastante fructífera, con interesantes avistamientos.
     Saliendo de Olula debíamos pasar por un polígono industrial, en las afueras, por donde se movían algunos bandos de gorriones, y alguna que otra lavandera blanca. Pero su ubicación en un páramo, inmediato a los abruptos montes de la sierra, también nos permitió ver alguna cogujada e incluso una collalba negra. Saliendo del polígono, la carretera empezaba a ascender, y en esta subida nos acompañaron unos jilgueros.
     Llegamos a un área recreativa, donde aparcamos el coche. Esta área recreativa estaba en la umbría de una montaña, y en frente teníamos el lugar al que nos dirigíamos a pie, el Peñón del Fraile, en la solana. En medio había un valle excavado por las aguas torrenciales, y al mismo tiempo estacionales de un cauce, ahora totalmente seco, de una característica rambla del levante almeriense. En ambas laderas crecían los pinos carrascos, y de sus copas emanaban las notas del carbonero garrapinos. Con un poco de paciencia acabamos viendo algunos, en sus revoloteos entre las ramas. Antes de descender a la rambla descubrimos en un paredón rocoso, al macho azul del roquero solitario. Mientras bajábamos entre el pinar se escuchaban a pinzones y carboneros comunes.
     Caminábamos por el lecho de la rambla, donde crecen adelfas y tarajes, cuando Fran descubrió en un promontorio cercano tres hembras de cabra montés. Enseguida cesamos de andar para no ahuyentarlas. Casi simultáneamente atrajo nuestra atención las voces de las chovas piquirrojas, que muy altas volaban sobre nosotros. Y a su lado una joven águila real planeaba tranquilamente en el aire, hasta que empezó a ser increpada por las molestas chovas. Finalmente el águila fue expulsada, y abandonó el lugar lanzándose en vuelo rectilíneo, hasta que la perdimos de vista, por encima de la línea de cumbres.

Hembra de Cabra Montés

     Culminamos el Peñón del Fraile ascendiendo por su interior, a través de una grieta que conocía Fran, y en su parte superior nos quedamos tranquilamente, dejando pasar el tiempo, deleitándonos con las hermosas vistas del paisaje. Cuando llegamos a lo más alto vimos otra vez a las tres cabras, que cruzaron la rambla mientras nosotros estábamos en el interior de la grieta del peñón. Ahora veíamos a la chovas más cerca, volando por los alrededores de las cimas rocosas, y también a los aviones roqueros, que pasaban repetidamente cerca de nosotros. Durante esta espera pudimos ver el paso de varias torcaces. De cuando en cuando se escuchaban los chirridos de la curruca rabilarga, provenientes de las laderas ocupadas por matorrales casi rastreros. También pasaron algunos piquituertos, y algunos pequeños bandos de verdecillos, a los que localizamos por su canto. Igualmente oímos al herrerillo capuchino. Entre tanto, cerca de la escandalosa comunidad de las chovas, surgió la silueta de un halcón peregrino. Esperábamos algún pique entre ambas aves, pero quizás las chovas no vieran al halcón, o tal vez le temieran demasiado, pero finalmente la falcónida siguió su camino sin ningún tipo de percance con los córvidos.
     Mientras la luz de la tarde se atenuaba volvimos al área recreativa, pero antes de marcharnos nos sentamos un rato en unos bancos. Lejos, se oía la voz de alarma del mirlo, pero a nuestro alrededor pululaba entre la espesura de un acebuche la curruca cabecinegra. Y en las repisas de los muros de piedra, que sostienen las terrazas que configuran el área recreativa, podían verse algunos petirrojos y colirrojos.
     Cuando nos marchábamos, Fran decidió subir por un carril, para enseñarme unos bebederos para jabalíes, donde también seguramente también acuden otros animales. No vimos nada en ninguna de las pozas a las que nos asomamos, pero por la pista forestal se nos cruzaron unas perdices.

(*) Fotografía: gentileza de Francisco Silva.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Cabra Montés (Capra pyrenaica hispanica)
  • Águila Real (Aquila chrysaetos)
  • Halcón Peregrino (Falco peregrinus brookei)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Cogujada Común (Galerida cristata)
  • Avión Roquero (Ptyonoprogne rupestris)
  • Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
  • Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
  • Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros)
  • Collalba Negra (Oenanthe leucura)
  • Roquero Solitario (Monticola solitarius)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Curruca Rabilarga (Sylvia undata)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Carbonero Garrapinos (Periparus ater)
  • Herrerillo Capuchino (Lophophanes cristatus)
  • Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
  • Verdecillo Común (Serinus serinus)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)
  • Piquituerto Común (Loxia curvirostra)

lunes, 9 de enero de 2012

AVES INVERNATES E INVASORAS EN LA DESEMBOCADURA DEL RÍO JÁNDULA

     El paraje de La Ropera es un lugar que nunca deja de sorprendernos a los que amamos la Naturaleza, aunque a veces también nos depare algún disgusto, casi siempre de la mano del ser humano. Esta vez ha acogido, como cuartel de invernada, a unas cuantas cercetas y agachadizas comunes, además de unas pocas garcetas grandes. O tal vez solo suponga un área de paso, ya que estamos soportando un invierno de sequía y temperaturas diurnas más bien altas. Este fue el motivo por el cual David y yo visitamos ayer el lugar, y conseguimos ver a estas especies poco habituales por la zona. Pero también nos topamos con una numerosa bandada de picos de coral, especie exótica e invasora introducida por el hombre, que pululaban entre la vegetación palustre y se posaban en las deshojadas ramas de los árboles de la ribera.
     Saliendo de Andújar, nos pasaron en vuelo un par de grajillas, y al desviarnos al carril vimos unas garcillas bueyeras entre los olivos. Poco antes de llegar también vimos unos bisbitas y unos jilgueros. Como otras veces, dejamos el coche aparcado en el cruce, y fuimos caminando paralelos al cauce, río abajo. Y como casi siempre, al bajarnos del coche observamos entre las ramas de los cercanos olmos alguna curruca capirotada y también al petirrojo. Los rabilargos también estaban allí presentes.
     No andamos mucho, e hicimos una primera parada para asomarnos a la orilla del río. Mientras nos acercábamos se escuchaba alguna gallineta. Las aguas de este tramo de río, como es habitual, eran turbias, pero bajaba muy poco caudal, nada que ver con los dos últimos inviernos. Teníamos la luz en contra pero no tardamos en descubrir una garceta grande, aguas abajo, en medio del lecho del río, y a continuación encontramos a las agachadizas en una playa. También había por allí unas cigüeñuelas, y pasó volando una garceta común. Antes de cambiar nuestro sitio de observación, descubrimos por casualidad al martín pescador posado en un tendido eléctrico.
     En el segundo sitio de observación que elegimos, teníamos una mejor perspectiva, por lo que estuvimos más tiempo. La luz no nos daba de frente, pero había demasiada distancia para que David pudiese sacar alguna foto. No tardó en aparecer el bullicioso bando de picos de coral, que por las imprudencias humanas, acaban viviendo donde no les corresponde, perjudicando así, a las especies locales. También pudimos observar muy próximas a las agachadizas, nadando en el agua, un grupo de cercetas comunes. Así mismo era posible ver algún andarríos y alguna lavandera por aquella cenagosa orilla. El martín pescador no tardó en volver a aparecer, posándose frente a nosotros, en la otra orilla, y más tarde volvió a pasar volando sobre el río. Cerca de donde estuvo posado el martín, también se paró un mirlo, que raudo se escondió entre la vegetación. Entre las secas eneas también se movía de vez cuando algún mosquitero. Un buitrón pasó fugazmente cerca de nosotros. Al ruiseñor bastardo solo se le pudo escuchar. También se escuchaban los verdecillos y algún verderón, a los cuales llegamos a ver. Un carbonero que también cantaba, se le veía fácilmente entre las ramas desnudas de los alisos y los sauces. Unas inquietas avefrías también acompañaron un rato a las agachadizas, pero no tardaron mucho en marcharse. Y poco antes de cambiásemos nuestro punto de observación, se dejó ver una hembra de aguilucho lagunero planeando.

Picos de Coral

     Previamente habíamos visto más abajo un segundo grupo de cercetas, y con ellas, unas cuantas gallinetas moviéndose en otra playa. Pero antes de que nos acercásemos, emprendieron el vuelo, huyendo. Desde este tercer punto veíamos de nuevo a la garceta grande en medio del río, y cerca de ella vino a posarse una garza real. También pasaba algún azulón disperso por allí. De vuelta hasta el coche pudimos ver a la curruca capirotada y una pareja de pinzones, y paramos en medio del camino para mirar a la garceta grande por última vez.

(*) Fotografía: gentileza de David Torres.


Lista de Aves Observadas (Orden Sistemático):

  • Garcilla Bueyera (Bubulcus ibis)
  • Garceta Común (Egretta garzetta)
  • Garceta Grande (Casmerodius albus)
  • Garza Real (Ardea cinerea)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Cerceta Común (Anas crecca)
  • Aguilucho Lagunero Occidental (Circus aeruginosus)
  • Gallineta Común (Gallinula chloropus)
  • Cigüeñuela Común (Himantopus himantopus)
  • Avefría Europea (Vanellus vanellus)
  • Agachadiza Común (Gallinago gallinago)
  • Andarríos Chico (Actitis hypoleucos)
  • Martín Pescador Común (Alcedo atthis)
  • Bisbita Pratense (Anthus pratensis)
  • Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
  • Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Ruiseñor Bastardo (Cettia cetti)
  • Buitrón (Cisticola juncidis)
  • Curruca Capirotada (Sylvia atricapilla)
  • Mosquitero Común (Phylloscopus collybita)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Arrendajo Común (Garrulus glandarius)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Grajilla Común (Corvus monedula)
  • Pico de Coral Común (Estrilda astrild)
  • Pinzón Vulgar (Frigilla coelebs coelebs)
  • Verdecillo Común (Serinus serinus)
  • Verderón común (Chloris chloris)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)

viernes, 6 de enero de 2012

BUSCANDO AL LINCE

     Aprovechando el celo del lince, época en la que se mueve más y se le puede escuchar maullar y ronronear, Raimundo y yo salimos ayer a probar suerte. El azar nos brindó la oportunidad de ver un ejemplar de esta especie, a mucha distancia y durante poco tiempo, solo algo más de 15 minutos, pero era un lince al fin y al cabo. También habíamos salido hacía tres días, con la misma idea, pero entonces no tuvimos éxito. El inusual invierno, seco y relativamente cálido, no ha favorecido un celo especialmente intenso en el gran gato manchado, por lo que no se le ha oído demasiado, pero tampoco ha impedido que acuda un gran número de naturalistas, fieles a su cita, para intentar presenciarlo. Igualmente tampoco se está dejando ver con facilidad, o al menos eso nos contaban algunos de los que llevan días pateando la sierra en su busca. No cabe duda que este felino genera una enorme expectación, pero conviene ser un poco autocrítico, y reconocer que a veces nosotros mismos, presionamos y acosamos demasiado a los animales, aunque no sea esa nuestra intención, en nuestro afán de llegar a observarlos, firmarlos o fotografiarlos. Demasiado turismo, atraído por un determinado valor, ejercerá una excesiva presión sobre el mismo, y puede acabar afectándole negativamente, y más aún tratándose de algo tan frágil como lo es un valor natural, que en el caso del lince, podría llegar a abandonar ciertos territorios, como parece ser que ya lo ha hecho puntualmente en algunas de sus zonas de paso, que ha dejado de transitar. Igualmente hay letrinas en las que ya no se encuentran excrementos nuevos, que pueden indicar que han dejado de usarse, sustituidas por otras en lugares más tranquilos donde no se les moleste. 
     Pero además del lince, en nuestra excursión naturalista hubo otros muchos avistamientos interesantes que bien merecen ser destacados, y que desde luego justifican por si solos salir al campo. Saliendo de Andújar vimos unos estorninos, y a lo largo de la carretera algunas tórtolas turcas. Por el camino deliberábamos adonde ir primero, si a La Lancha o al Encinarejo. Al final fuimos a echar un vistazo rápido al Encinarejo por la mañana, y luego nos fuimos a La Lancha, donde estuvimos hasta pasado el medio día, para luego volver al Encinarejo por la tarde y quedarnos allí hasta que empezó a oscurecer.
      Pasadas las viñas y antes de llegar al Encinarejo vimos un ciervo, y varias urracas por las inmediaciones de la carretera. En el entorno del puente había algunas grajillas posadas en los chopos. Antes de llegar al mirador vimos tres garzas reales, la primera volando sobre el río, las otras dos posadas en fresnos, una al lado de la otra. Por la mañana la luz está en contra en el mirador del lince, pero no impidió que viésemos el paso de algunos cormoranes. Mientras que Raimundo se quedó allí esperando, junto con unos sorianos que llevaban varios días en la sierra sin haber visto ni oído al lince, yo bajé dando un paseo hacia la presa, aunque no llegué hasta allí. Solo vi unos pinzones, mosquiteros y un escribano montesino. A los ciervos se les escuchaba berrear. No tardé en volver, y nos fuimos hacia La Lancha. Al cruzar el puente nos encontramos con algunas grajillas posadas sobre el mismo.
     De camino hacia La Lancha, se nos cruzó una perdiz, y pasadas las últimas viñas, paramos un momento junto a las primeras dehesas para observar unas pocas avefrías que andaban en los pastos, entre las vacas. En la alambrada que cercaba la finca había una pareja de tarabillas. En otras dehesas, más adelante, destacaba la figura de los zorzales charlos entre la escasa hierba o sobre bolos graníticos. Los rabilargos, los pinzones y alguna tórtola turca también se dejaron ver de camino hacia las conocidas “curvas de La Lancha”, y poco antes de llegar a la primera, observamos un águila imperial volando sobre el monte de encinas hasta posarse en una copa.
     Nos detuvimos en una pequeña recta del primer tramo de la sucesión de curvas, donde estuvimos haciendo una espera casi hasta la hora de comer. Desde allí teníamos una perspectiva del camino. Prácticamente no había un tramo donde no hubiera alguien con prismáticos o telescopio vigilando cada rincón de la finca. Naturalistas (y algún curioso) de toda España, y de fuera de nuestras fronteras, que vienen en busca del lince.
     La mañana discurrió tranquila, sin demasiada actividad. Escuchábamos en ocasiones los cacareos de las urracas y los rabilargos, y observábamos sus desplazamientos, pero nunca delataban al lince. También vimos pasar alguna que otra paloma torcaz. Oímos cantar al carbonero y también al mochuelo. Entre tanto pasaba el rato observando a los aviones roqueros que volaron por allí, y a las currucas cabecinegras que se movían entre los lentiscos y las aulagas cercanas. El soleado día permitió que un par de lagartijas colilargas estuviesen activas. Se escuchaba el reclamo de la curruca rabilarga, y conseguí ver una un momento posada en la ramita seca de un cantueso. También algún petirrojo se dejaba ver de vez en cuando. Los zorzales comunes volaban rápidos por las laderas de los montes, bajos, a ras de suelo, de arbusto en arbusto. Los mirlos se manifestaban acústicamente y se descubrían al volar. También vimos un conejo, y un par de ciervos en las colinas cercanas.
     Cambiamos de sitio, yéndonos más abajo. No tardamos entonces en ver un par de buitres negros pasar, y siguiendo con los prismáticos su trayectoria, descubrimos en la lejanía una gran espiral ascendente de buitres leonados. Poco después apareció en el cielo un águila imperial volando a baja altura, que nos permitió contemplarla con todo lujo de detalle. No se mostró desconfiada, ni hizo ningún viraje brusco a pesar de la gente que estábamos observándola desde el carril. Por el contrario, se puede decir que se exhibió ante el público, volando suavemente en círculos hasta ponerse a la altura del sol, donde era imposible verla, y desde donde acabó tomando un rumbo rectilíneo. Tres días antes también estuvimos allí mismo, y también vimos a estas tres especies de rapaces, pero entonces fueron un par de buitres negros los que volaron a tan baja altura, que casi no hacía falta ni prismáticos para contemplarlos.
     Mientras comíamos a la sombra de una encina, ¡resguardándonos del calor de enero!, fueron tres buitres leonados los que estuvieron planeando sobre nuestras cabezas. Después de comer, todo estaba muy tranquilo, no se detectaba ningún movimiento. Estábamos pensando en irnos cuando volvimos a ver a la pareja de buitres negros volando sobre los barrancos en los que buscábamos al lince. Y sobre ellos un águila imperial. De los montes que teníamos a nuestras espaldas, apareció una segunda. El águila que volaba con los buitres vino a juntarse con la que volaba sobre los cerros, y cada pareja de rapaces se fue en una dirección.
     De nuevo se hizo la calma, y para aprovechar estas horas muertas decidimos irnos al Encinarejo, pero antes quise acercarme a echarle un vistazo al embalse. Solo bajamos hasta el viejo poblado, donde vimos en sus inmediaciones una lavandera cascadeña. Subiendo, volvimos a ver unos pocos buitres leonados, antes de llegar a la zona de las curvas. Muchos de los observadores que habían echado allí la mañana ya no estaban. Ningún animal se cruzó en el camino. Volvimos a parar un rato para ver a las avefrías, y con ellas había también un zorzal charlo y una lavandera blanca. Por la carretera solo vimos un conejo, y una garza real en el río cuando tomamos el carril del Encinarejo.
     Cuando llegamos al mirador, nos encontramos con muchos de los que habían estado en La Lancha. Fue aquí, después de esperar un tiempo, donde vimos al lince, gracias a que alguien lo encontró con el telescopio. Estaba tan lejos que apenas se veía con prismáticos, y desde luego era imposible identificarlo. Estaba moviéndose, y tras avistarlo desapareció rápidamente, pero era posible seguir su pista. Un bando de palomas que levantó el vuelo bruscamente y las urracas que acudían a hostigarlo, nos indicaban donde estaba. Al poco rato reapareció y se tumbó sobre unas piedras en las que estuvo acicalándose. Su presencia seguía perturbando a las urracas, y alguna llegó a posarse en las mismas rocas donde se hallaba el lince. Después de algo más de un cuarto de hora se fue, y ya no volvimos a verlo más.
     Mientras la mayoría estaban con su vista fijada en el lince, yo me dediqué por un momento a observar una garceta grande que pasó en vuelo frente al mirador. También pasó un andarríos chico, así como pequeños grupos de cormoranes. Por un momento se oyó croar a una ranita. En cambio se escuchaban con frecuencia los pitidos del pito real, y uno pasó con su ondulante vuelo entre los árboles de la ribera. Los ciervos lanzaban sus berridos al aire con fuerza. Los petirrojos revoloteaban por las inmediaciones del mirador. Hacia el final de la tarde se dejó oír un cárabo. Dos garzas reales que vimos en el río, cuando ya volvíamos para Andújar, pusieron fin a nuestra sesión campera.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Lince Ibérico (Lynx pardinus)
  • Ciervo Rojo (Cervus elaphus)
  • Cormorán Grande (Phalacrocorax carbo)
  • Garceta Grande (Casmerodius albus)
  • Garza Real (Ardea cinerea)
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus)
  • Buitre Negro (Aegypius monachus)
  • Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Avefría Europea (Vanellus vanellus)
  • Andarríos Chico (Actitis hypoleucos)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto)
  • Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalii)
  • Cárabo Común (Strix aluco sylvatica)
  • Pito Real (Picus viridis sharpei)
  • Avión Roquero (Ptyonoprogne rupestris)
  • Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
  • Lavandera Cascadeña (Motacilla cinerea)
  • Petirrojo Europeo (Erythacus rubecula)
  • Tarabilla Común (Saxicola torquatus rubicola)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Zorzal Común (Turdus philomelos)
  • Zorzal Charlo (Turdus viscivorus)
  • Curruca Rabilarga (Sylvia undata)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Mosquitero Común (Phylloscopus collybita)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
  • Escribano Montesino (Emberiza cia)
  • Lagartija Colilarga (Psammodromus algirus)
  • Ranita Meridional (Hyla meridionalis)