lunes, 9 de mayo de 2016

RECORRIENDO EN ENTORNO DE LAS TABLAS DE DAIMIEL

     Fin de semana de lluvia en Daimiel. He estado allí gracias a otro Voluntariado en el que he participado, esta vez organizado por WWF/Adena, de la mano de Carlos y María como monitores. Ello me ha permitido conocer a nueva gente, como a Marina, Juan o Alejo, entre otros, y reencontrarme con compañeros de otros Voluntariados tales como Alex, compañero de Punta Entinas-Sabinar en 2012 y con quien hice el viaje, con Cata, compañera de Monfragüe, y Julio, compañero de Daimiel, ambos del año pasado, y también con Ángel y Antonio, a quienes conocí hace menos de un mes en un reciente Voluntariado, también de WWF, en Contadero-Selladores.
     A pesar de la lluvia, las Tablas y su entorno no decepcionan. Siempre hay algo especialmente emotivo para el naturalista, que merece la pena recordar. Y ese destacado día fue el sábado. Por la mañana, antes de comer, nos dedicamos a construir un par de vivares para conejos con rocas, y la tarde la empleamos en desbrozar y repasar los alcorques en una plantación, para la restauración vegetal del entorno de las Tablas, en el que se intercambiaban diferentes especies de árboles y arbustos mediterráneos, y no seguía un marco de plantación definido, con el objetivo de dar un aspecto más natural al futuro bosque que logre allí crecer.

Río Guadiana, desde el Molino de Molemocho

     En camino hacia el lugar de trabajo por la mañana, cruzamos el puente del Molino del Molemocho, donde multitud de fochas compartían las aguas del Río Guadiana con algún somormujo, y se divisaban las cigüeñas en los viejos chopos donde tienen sus nidos. Pero lo más llamativo era una garcilla cangrejera, que teñida por su anaranjada librea nupcial, resaltaba contra el verde de la higuera que la sostenía.
     Dirigiéndonos hacia el sitio del trabajo pudimos ver algún cernícalo, estorninos, así como cogujadas apartarse del camino que recorríamos. Antes de empezar el trabajo, nos llevaron adonde Julio y yo habíamos estado con el resto de nuestros compañeros en Septiembre del año pasado. Y comprobamos con satisfacción que el amor propio con el levantamos aquellos majanos con cepas de parras había dado sus frutos, pues encontramos claros signos de ocupación por los conejos. Allí, pudimos observar un rato una garcilla bueyera que caminaba por el prado, pero lo que más me llamaba la atención no lo percibía por la vista, sino por los oídos, el canto de la codorniz.

Amapolas y avena silvestre,
integrantes de los herbazales aledaños a las Tablas de Daimiel

     Con el frenético vuelo de los vencejos sobre nuestras cabezas, acompañado por sus incesantes pitidos, surcando un cielo ennegrecido que constantemente amenazaba con desatarse en lluvia, construimos los majanos para los conejos, en medio de prados de verde avena silvestre, entre las que resaltaban las flores de las amapolas. Además del sonido de los vencejos, que estaba como telón de fondo, se repetía con frecuencia la codorniz, agazapada en aquel prado, a nuestro lado, pero a la que nunca llegamos a ver. De vez en cuando también oíamos al buitrón, a la cogujada, al triguero o al alcaraván, o chorlito como lo llaman en Ciudad Real, según me dijo Carlos. Salvo el alcaraván, nos fue posible ver a los otros tres pájaros mencionados, así como un macho de tarabilla posado durante un rato sobre la flor de un cardo. Además de los vencejos, también volaban por allí aviones y golondrinas, estas últimas dando pasadas a ras de la avena y las amapolas.

Hembra de Micrommata sp.

Esta llamativa araña verde es una de los invertebrados que nos salió
removiendo rocas para la construción de vivares de conejo.




























     Casi acabando empezó a llover. A comer nos fuimos al Área Recreativa que hay junto a las Oficinas del Parque Nacional y el Centro de Visitantes. Por las inmediaciones podían verse con facilidad tórtolas turcas, urracas, gorriones y jilgueros. Pasando en vuelo, seguía viéndose golondrinas, aviones y alguna torcaz.


Vivar para conejos, hecho con piedras y disimulado con pasto

     Retomamos el trabajo por la tarde en la plantación, realizando labores de mantenimiento que consistían en acondicionar los alcorques y en retirar los tubos protectores cuando, por el desarrollo de la planta, se les habían quedado estrechos y podía asfixiarla. Al igual que por la mañana, oímos a la codorniz, y alguna vez también al alcaraván, pero sin llegar a verlos, mientras aviones, golondrinas y vencejos nos sobrevolaban.
     A media tarde dejamos el trabajo, y comenzamos una interesante visita guiada por el entorno del Parque Nacional. En primer lugar nos dirigimos a la Torre de Prado Ancho, desde donde contemplamos la tabla que lleva el mismo nombre del mencionado observatorio. A primer golpe de vista no había gran cosa. Algunos ánades reales y alguna gallineta que nadaban por la tabla, o el aguilucho lagunero dando pasadas sobre la espesura de las eneas verdes. Afinando la vista, entre esta densa formación vegetal y la mala luz, llegamos a ver a la garza real en una orilla, bastante disimulada.
     Moviéndonos por el mosaico de campos de vides, de olivos y de pastizales que configuran el paisaje estepario que circunda las Tablas de Daimiel, llegamos a ver aves tales como el alcaraván, trigueros y cogujadas, de vocación tan terrestre como lo es la liebre dentro los mamíferos, a la cual también vimos. Así mismo también contemplamos el vuelo de una de las rapaces asociadas al suelo por excelencia, el aguilucho cenizo. No faltaron las aves de vivos y llamativos colores como los abejarucos, la abubilla, y hasta una carraca que descubrimos sobre el tejado de una vieja casa. Lástima que por la luz, no pudiésemos apreciar el azul de su plumaje en todo su esplendor. Urracas, palomas torcaces, cernícalos y estorninos completan las aves del páramo manchego que pudimos ver. La guinda fue a una casa a la que nos llevaron, de cuyo tejado despegó un cernícalo al acercarnos. También había estorninos en el tejado, y bajo la repisa del mismo anidaban las golondrinas. Pero lo mejor fue que vimos salir a la lechuza por un agujero de la pared. Muy pocas veces se puede observar a la blanca dama de la noche volar bajo una luz, todavía intensa.
     Culminamos nuestro recorrido con una visita a la Laguna de Navaseca, donde el rato que allí estuvimos costaba concentrarse en algo específico debido a la explosión de vida que allí se concentra. Los flamencos, los gigantes entre las aves acuáticas, son llamativos además de por su tamaño, por su esbelta figura y los colores que los adornan. Las fochas y las gallinetas destacaban por su número, y entre ellas era posible descubrir a los pequeños zampullines comunes, vestidos con sus galas de cortejo. Las ruidosas cigüeñuelas, le hacían la competencia con sus griteríos a las gaviotas reidoras. Menos numerosas, y también más discretas eran las avocetas, las gaviotas sombrías y los fumareles cariblancos. Entre la constante algarabía formada por gaviotas y cigüeñuelas, se le sumaba el ruiseñor bastardo. Además de los ánades reales y patos cuchara, que resultaban las anátidas abundantes, localizamos algunas malvasías cabeciblancas, porrones comunes y patos colorados, además de un par de tarros blancos. Y tampoco faltaban aquí las garzas, representadas por las blancas garcetas comunes y las garcillas bueyeras.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Liebre Ibérica (Lepus granatensis)
  • Zampullín Chico (Tachybaptus ruficollis)
  • Somormujo Lavanco (Podiceps cristatus)
  • Garcilla Cangrejera (Ardeola ralloides)
  • Garcilla Bueyera (Bubulcus ibis)
  • Garceta Común (Egretta alba)
  • Garza Real (Ardea cinerea)
  • Cigüeña Blanca (Ciconia ciconia)
  • Flamenco Común (Phoenicopterus roseus)
  • Tarro Blanco (Tardona tardona)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Cuchara Común (Anas clypeata)
  • Pato Colorado (Netta rufina)
  • Porrón Europeo (Aythya ferina)
  • Malvasía Cabeciblanca (Oxyura lecocephala)
  • Aguilucho Cenizo (Circus pygargus)
  • Aguilucho Lagunero Occidental (Circus aeruginosus)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Codorniz Común (Coturnix coturnix)
  • Gallineta Común (Gallinula chloropus)
  • Focha Común (Fulica atra)
  • Cigüeñuela Común (Himantopus himantopus)
  • Avoceta Común (Recurvirostra avosetta)
  • Alcaraván Común (Burhinus oedicnemus)
  • Gaviota Reidora (Chroicocephalus ridibundus)
  • Gaviota Sombría (Larus fuscus)
  • Fumarel Cariblanco (Chlidonias hybrida)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto)
  • Lechuza Común (Tyto alba alba)
  • Vencejo Común (Apus apus)
  • Abejaruco Europeo (Merops apiaster)
  • Carraca Europea (Coracias garrulus)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Cogujada Común (Galerida cristata)
  • Golondrina Común (Hirundo rustica)
  • Avión Común (Delichon urbicum)
  • Tarabilla Europea (Saxicola rubicola)
  • Ruiseñor Bastardo (Cettia cetti)
  • Buitrón (Cisticola  juncidis)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)
  • Triguero (Miliaria calandra)

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