lunes, 29 de mayo de 2017

VOLUNTARIADO DE OLIVARES VIVOS: RUTA HACIA LA LAGUNA DE FUENTE DE PIEDRA

     La otra jornada relevante en cuanto a avistamientos de aves durante el Voluntariado de Olivares Vivos fue la tarde del jueves 25 de mayo, tras visitar las instalaciones de la Finca La Torre, donde habíamos estado trabajando por la mañana. Saliendo ya de la finca me había fijado en la cogujada montesina y el macho de la tarabilla común, ambos posados sobre una cerca paralela al camino, y además nos detuvimos a ver un lagarto ocelado que estaba en el polvoriento camino.

Sisón, en el campo de siega
     Nos dirigíamos hacia la Laguna de Fuente de Piedra, pero antes nos vimos obligados a improvisar algunas paradas. La primera y más larga fue mientras atravesábamos un campo de cereal que llevaría poco tiempo cosechado, cuando Paco escuchó al sisón. Nada más apearme del coche un macho levantó el vuelo del lado de la carretera donde habíamos aparcado, y se pasó al otro lado ocultándose entre la hierba. Tampoco tardamos mucho en escuchar los reclamos de otros machos desde distintos puntos del campo, y enseguida localizamos al primero, asomando la cabeza y el cuello sobre la hierba, engalanado con el plumaje del celo. Y conforme el tiempo avanzaba descubrimos otros sisones, aunque más lejos, y entre ellos, alguna hembra también. Todo un premio poder observar unos cuantos ejemplares del ave del presente año, cuyas poblaciones se van rarificando poco a poco por el uso de pesticidas en la agricultura y la intensificación de los cultivos.
     Pero los sisones no eran las únicas aves allí presentes. Algún que otro cernícalo prospectaba el campo, mientras se escuchaban las calandrias y se dejaban ver sobre los restos del cereal cortado.

La cabeza de un sisón macho asomando sobre la hierba

     Antes de llegar al mirador de la laguna, nos detuvimos junto a un campo de cereal sobre el que volaban unas pagazas piconegras afanadas a la captura de insectos. Al otro lado nos fue posible ver unos estorninos.

Flamencos
     En el mirador en el que paramos no estuvimos demasiado rato. Tan sólo fuimos para apreciar la gran mancha que forman los flamencos agregados en el dormidero sobre hondonada que forma la laguna, ahora seca y gris. También vimos alguna gaviota reidora volar por el entorno de la laguna.
     De camino al observatorio que hay junto al Centro de Visitantes José Antonio Valverde, vimos dos mochuelos posados cerca de la carretera, de la que levantó el vuelo algún que otro pinzón a nuestro paso, un macho de aguilucho cenizo volar sobre una parcela de olivar, y algunos conejos en los taludes.
     Desde el Centro de Visitantes, mirando hacia el lecho gris ceniza de la laguna se veían algunos flamencos dispersos, y entre ellos un tarro blanco. Desde los tarajes del borde cantó el ruiseñor. Varios conejos se movían por los alrededores, entre alguna grajilla que había posada también en el suelo, aunque el grueso de estos córvidos podían observarse cómodamente en el tejado del Centro. Y los aviones zapadores pululaban por encima de la altura del tejado a la captura de mosquitos, mientras las gaviotas reidoras surcaban el cielo. Vimos las fochas en una mancha de agua junto al Centro.

Atardecer en la Laguna de Fuente de Piedra

     Entramos a un observatorio desde el que podía verse otra área encharcada donde permanecimos prácticamente hasta que la luz se agotó. Albergaba una diversa multitud de aves acuáticas, desde los grandes flamencos a los pequeños zampullines comunes que de vez en cuando se desvanecían con sus inmersiones bajo el agua. El vocerío de las gaviotas reidoras y las cigüeñuelas predominaba sobre los demás, aunque también pudimos escuchar al avefría que pasó volando sobre el observatorio. Un alcaraván aterrizó cerca de una orilla, pero la vegetación lo ocultaba de la vista. Además de los zampullines chicos, también había un cuellinegro vestido con el llamativo plumaje de verano. Las avocetas también destacaban entre las aves, aunque el grupo más diverso lo integraban las anátidas, desde la pareja de los grandes tarros blancos, a las tres diminutas malvasías que localizamos. Y por supuesto no faltaban los comunes ánades reales y porrones europeos, así como algunos patos colorados.
     Como telón de fondo aparecían las afueras del pueblo de Fuente de Piedra, donde podían verse las cigüeñas sobre su nido, y los bandos de estorninos.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Zampullín Chico (Tachybaptus ruficollis)
  • Zampullín Cuellinegro (Podiceps negricollis)
  • Cigüeña Blanca (Ciconia ciconia)
  • Flamenco Común (Phoenicopterus roseus)
  • Tarro Blanco (Tardona tardona)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Pato Colorado (Netta rufina)
  • Porrón Europeo (Aythya ferina)
  • Malvasía Cabeciblanca (Oxyura leucocephala)
  • Aguilucho Cenizo (Circus pygargus)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Focha Común (Fulica atra)
  • Sisón Común (Tetrax tetrax)
  • Cigüeñuela Común (Himantopus himantopus)
  • Avoceta Común (Recurvirostra avosetta)
  • Alcaraván Común (Burhinus oedicnemus)
  • Avefría Europea (Vanellus vanellus)
  • Gaviota Reidora (Chroicocephalus ridibundus)
  • Pagaza Piconegra (Gelochelidon nilotica)
  • Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalii)
  • Calandria Común (Melanocorypha calandra)
  • Cogujada Montesina (Galerida theklae)
  • Avión Zapador (Riparia riparia)
  • Ruiseñor Común (Luscinia megarhynchos)
  • Tarabilla Europea (Saxicola rubicola)
  • Grajilla Occidental (Corvus monedula)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
  • Lagarto Ocelado (Timon lepidus lepidus)

domingo, 28 de mayo de 2017

VOLUNTARIADO DE OLIVARES VIVOS: OBSERVACIONES EN LA CAMPIÑA SUR DE SEVILLA

     Olivares Vivos es un Proyecto Life que pretende recuperar la biodiversidad en el cultivo del olivar mediante diferentes actuaciones tales como la plantación de especies vegetales mediterráneas en lindes y zonas de escorrentía, por un lado para frenar la erosión, y la colocación de cajas-nido para murciélagos, paseriformes insectívoros y lechuzas que contribuyan al control biológico de las poblaciones de insectos y roedores que podrían perjudicar los campos. Por su parte, las 20 fincas colaboradoras en este proyecto, distribuidas por casi toda Andalucía, obtienen un certificado que garantiza al consumidor de sus productos (aceite, esencialmente), la contribución de las mismas al restablecimiento de la biodiversidad.
     Una de las formas de llevar a cabo estas actividades es a través del Voluntariado. Entre el 21 y el 26 de mayo he podido participar en un Voluntariado que se ha desarrollado en dos fincas de la campiña sur de Sevilla y otra en Antequera. Con María Cano y Paco Martín como monitores del grupo y el reencuentro con Cata en el que fue el tercer voluntariado en el que coincidimos, he conocido a Alegría, Edu, Zarine, Miguel, Rebe y Manu, integrando un gran equipo y compartiendo una intensa vivencia durante los cinco días, y un par de significativas jornadas camperas.
     Durante nuestros dos primeros días de trabajo, el 22 y 23 de mayo, en la misma finca, realizamos interesantes observaciones de algunas de las especies de aves esteparias más singulares de la Campiña Sur de Sevilla. Nos dedicamos, además de a la plantación y a la colocación de cajas-nido, a la instalación de un bebedero para aves. Para la plantación, a modo experimental, se utilizó terracote, una sustancia granular que contiene abono y una sustancia que retiene el agua y la va liberando progresivamente según la demanda la planta, dado que el mes de mayo no es propicio para plantar.

Milano Negro
     No era difícil observar el vuelo de los vencejos y los milanos negros por el entorno mientras nos dedicábamos a nuestra labor. Al oído de Paco no pasaron desapercibidos los cantos del zarcero común, de la curruca mirlona y de la terrera común, que nos indicó de quien era cada cual. A la terrera la llegamos a localizar en vuelo, mientras cantaba, y también echarse a tierra. Además llegué a ver un zarcero entre los tarajes que atestiguan el paso de un arroyo, ahora seco. Por el camino de vez en cuando andaban las cogujadas, a las cuales también escuchamos, y entre los olivos corría alguna liebre. Además también se llegó a escuchar el reclamo de la curruca cabecinegra, la estrofa del carbonero y la repetitiva nota del buitrón. Irrumpieron en el espacio aéreo unos buitres leonados, compartiéndolo con milanos. Vimos además algún que otro ratonero, y el paso de una carraca que desapareció sobre los olivos.
     El paisaje agrario en el que nos hallábamos trabajando, entre el olivar, el cereal y hasta un campo de espárragos, encierra ya de por si un enorme potencial de vida. Aunque quizás no fueran las aves los animales que más atención acapararon, sino las garrapatas, que con su presencia sembraron la inquietud entre algunos componentes del grupo. Pero nada hicieron estos arácnidos que tuviéramos que lamentar.
     Pero fue la tarde del lunes 22, acompañados por dos anilladores de la zona que conocían María y Manu, cuando nos dedicamos con mayor exclusividad a movernos por el entorno de Lantejuela en busca de aves que observar. El sol todavía atizaba con fuerza sobre la campiña, pero al poco de habernos incorporado a un carril, divisamos unos cernícalos primillas posados en un tendido eléctrico, en compañía de un par de cuervos, y casi simultáneamente teníamos a una pareja de aguiluchos cenizos realizando cabriolas a un lado del camino, sobre el campo de cereal, lo que nos obligó a hacer una parada. Entre tanto se podía oír a las calandrias, y a lo lejos pasaron en vuelo unas garcillas bueyeras. Las cogujadas casi pasaban inadvertidas entre los terrones y los surcos en un campo, en el que descubrimos un pollo volantón de triguero.

Dehesa al anochecer

     Algún tiempo después nos desplazamos al territorio del elanio azul, donde no tardamos en ver aparecer a ambos miembros de la pareja en repetidas ocasiones. Incluso se llegaron a posar en lo más alto de alguna de encinas que salpicaban el campo de alrededor. Con el telescopio descubrimos también una perdiz posada en las ramas de la encina. Y mientras caía la tarde, entretenidos con los elanios, o las liebres que salían de entre los girasoles, pasaron también por el lugar un cuco que se perdió sobre el dosel del olivar cercano, la abubilla por un cortijo cercano, un sisón volando a bastante altura, un alcaraván aterrizar por la zona, y una carraca que llegó a posarse en una encina próxima, aunque fuera de nuestra vista. La silbante voz del alcaraván y el maullido del mochuelo le ponían voz a las últimas horas vespertinas.
     Apurando las últimas luces alargamos un poco más la jornada, en búsqueda de mochuelos. Pero tan sólo conseguimos oírlos. Así como al alcaraván y al chotacabras pardo, del que sí logramos ver un ejemplar en la zona en la que estuvimos esperando.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Liebre Europea (Lepus granatensis)
  • Garcilla Bueyera (Bubulcus ibis)
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus)
  • Milano Negro (Milvus migrans)
  • Elanio Común (Elanus caeruleus)
  • Aguilucho Cenizo (Circus pygargus)
  • Busardo Ratonero (Buteo buteo)
  • Cernícalo Primilla (Falco naumanni)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Sisón Común (Tetrax tetrax)
  • Alcaraván Común (Burhinus oedicnemus)
  • Cuco Común (Cuculus canorus)
  • Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalii)
  • Chotacabras Cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis)
  • Vencejo Común (Apus apus)
  • Carraca Europea (Coracias garrulus)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Calandria Común (Melanocorypha calandra)
  • Terrera Común (Calandrella brachydactyla)
  • Cogujada Común (Galerida cristata)
  • Buitrón (Cisticola juncidis)
  • Zarcero Común (Hippolais polyglotta)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Curruca Mirlona (Sylvia hortensis)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Cuervo Grande (Corvus corax)
  • Triguero (Miliaria calandra)