domingo, 21 de octubre de 2007

CURSO DE ORNITOLOGÍA EN LA SIERRA DE CAZORLA

     Entre los días 16 y 19 he asistido a un curso sobre ornitología celebrado en el Centro de Capacitación y Experimentación Forestal de Vadillo-Castril, ubicado en la Sierra de Cazorla. No es el primero al que he ido este año, pero si ha sido el más productivo en lo que avistamientos de fauna se refiere. De hecho, el lunes por la noche, cuando casi había llegado a Vadillo-Castril, tuve la gran fortuna de cruzarme con un zorro y un gato montés en la carretera. Este curso también me ha permitido conocer a gente muy interesante, entre ellos, a los tres compañeros venidos de Málaga con los que compartí alojamiento, José Javier Aranda, Gustavo Secilla y Armando Molina, tres avezados naturalistas buenos conocedores del fascinante mundo de las aves.

Paisaje Otoñal de la Sierra de Cazorla

     Una de las actividades del curso era una visita, el miércoles por la tarde, al Centro del Guadalentín, donde se realizan actuaciones encamindas a la reintroducción del quebrantahuesos en estas sierras, y donde también tienen algunos ejemplares de alimoche. Pero no puedo considerar a estas aves en cautividad como observaciones de campo. En cambio sí que pudimos ver algunas cabras monteses por los alrededores del centro, totalmente libres. Otra actividad práctica fue hacer en dos grupos sendos transectos de aves, en los que Fani, una compañera gaditana, demostró sus grandes dotes de oído, identificando los pájaros por su canto.

Macho de Cabra Montés

     Pero el grueso de las actividades prácticas del curso fueron las jornadas de anillamiento de pájaros. Aunque ver estas aves capturadas en las redes, que incluso podíamos tener en nuestras manos, no es comparable al mérito que supone poder observarlas en plena naturaleza, al menos no estaban enjauladas como las aves carroñeras del Guadalentín, y tras anillarlas eran devueltas a la libertad que temporalmente les arrebatábamos. Estas jornadas de anillamiento, realizadas durante los dos días centrales del curso, fueron bastante fructíferas, en cuanto a la variedad de especies y la cantidad de especímenes capturados. El pájaro más curioso de todo cuanto quedó atrapado en las redes fue un escribano montesino prácticamente blanco casi en la totalidad de su cuerpo. Tan solo escapaban del leucismo algunas plumas de las alas y los ojos que poseían pigmentación. Completaron las capturas tres jóvenes martines pescadores (dos hembras y un macho), dos lúganos, dos lavanderas cascadeñas, dos hembras de curruca capirotada, un joven macho de mirlo y un acentor común. Los martines pescadores se soltaron sin anillar porque los ornitólogos carecían de anillas específicas. Además, el primer día de anillamiento tuvimos la compañía de una hembra de piquituerto que vino a comer los gálbulos de un ciprés cercano al lugar donde instalamos las redes. 

Macho de Martín Pescador
Lavandera Cascadeña



















Acentor Común


Hembra de Curruca Capirotada


Lúgano


Escribano Montesino leucistico









 

Hembra de Piquituerto

     Además, muchas de las actividades que realizábamos por nuestra cuenta en los ratos libres, estaban enfocadas a salidas campestres que tenían como objetivo la exploración del entorno natural, en las que mirlos, arrendajos y ciervos solían ser habituales acompañantes. No podía ser para menos, dado el privilegiado enclave que nos rodeaba, junto al Río Guadalquivir, a tan solo 15 Km de su nacimiento donde sus aguas todavía corren claras. Los pinos resineros y laricios predominan en los bosques que trepan por las lomas calizas de las montañas que envuelven la pequeña aldea de Vadillo-Castril. El paisaje estaba salpicado de tintes otoñales, reflejado en el amarillo anaranjado de las hojas de los arces, los robles y los álamos.

Río Guadarquivir

     La tarde del primer día nos desplazamos hasta los tejos milenarios, bajo los cuales nos refugiamos al ser sorprendidos por un chaparrón. En el recorrido a pie que hicimos desde donde aparcamos los coches hasta donde se hallaban estas espectaculares coníferas tuvimos ocasión de ver unas cornejas posadas en las ramas de un pino laricio. Y cuando volvíamos hacia Vadillo-Castril paramos en la carretera para observar a un zorro pedigüeño que estaba en la cuneta. Resulta frecuente poder ver a estos confiados raposos cerca de las carreteras e incluso de núcleos de población, acostumbrados a alimentarse con la comida que le ofrecen los muchos turistas que visitan el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, para los cuales se convierte en una atracción poder ver tan de cerca al cánido silvestre que la mayoría de las veces y en la mayoría de los sitios donde vive, normalmente se muestra huidizo.

Cornejas sobre las ramas de un pino laricio

Zorro

     Una noche, un grupo subimos andando hasta el área recreativa de Linarejos, donde gracias a las linternas, pudimos descubrir algunos gamos. Pero sin duda, la vivencia más impresionante fue escuchar la sobrecogedora llamada de un cercano cárabo poco antes de llegar al área recreativa. Al oír tan cerca los alaridos de la rapaz nocturna nos callamos, y empezamos a movernos con mayor cautela, para evitar hacer algún ruido que la asustara. Aunque adoptar estas medidas no siempre da el resultado deseado, y menos en compañía de un grupo relativamente numeroso, nosotros si tuvimos éxito, y acabamos viendo al cárabo, pero solo fugazmente volando entre las copas de los pinos desde donde cantó.

Grupo de Ciervas
 
     Y otro sendero que habitualmente hacíamos era el de la Cerrada del Utrero, por lo corto que es su recorrido circular y su proximidad a Vadillo-Castril. Desfila esta senda, en uno de sus extremos, paralela a la garganta por la que discurre el Río Guadalquivir, y desde la misma se eleva un escarpado cortado rocoso, que los buitres utilizan como pista de aterrizaje. Constituye este tramo un balcón que ofrece vistas a una cascada, frecuentemente seca, con forma de cola de caballo, de un arroyo que vierte su caudal, cuando lo tiene, al río. Por el otro el extremo, el camino se adentra en un bosque. También, en una ocasión que marchábamos por aquí, nos fue posible ver unos cernícalos.

Cacasda en forma de cola de caballo


Buitres Leonados



(*) Fotografías: gentileza de José Javier Aranda.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Zorro Rojo (Vulpes vulpes)
  • Gato Montés (Felis silvestris)
  • Cabra Montés (Capra pyrenaica hispanica)
  • Ciervo Rojo (Cervus elaphus)
  • Gamo (Dama dama)
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Cárabo Común (Strix aluco sylvatica)
  • Martín Pescador Común (Alcedo atthis)
  • Lavandera Cascadeña (Motacilla cinerea)
  • Acentor Común (Prunella modularis)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Curruca Capirotada (Sylvia atricapilla)
  • Arrendajo Común (Garrulus glandarius)
  • Corneja Común (Corvus corone corone)
  • Lúgano (Carduelis spinus)
  • Piquituerto Común (Loxia curvirostra)
  • Escribano Montesino (Emberiza cia)

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