martes, 31 de julio de 2007

VIAJE A SOMIEDO

     Hace un par de días regresé de un magnífico viaje por tierras asturianas, acompañado por tres grandes naturalistas de la SEO. Este viaje, al que fui invitado por Esteban Ureña, me ha permitido conocer a José Rico y a Juanjo Lorite.
     A lo largo de casi cinco días hemos estado buscando al oso pardo por distintos puntos de las montañas de Somiedo, sin encontrarlo. En cambio si hemos podido observar otras especies faunísticas muy interesantes.
    Fuimos en el coche de Juanjo, y hemos estado alojados en un hostal en Pola de Somiedo. Un viaje de estas características, entre cuatro personas, resulta muy económico, y además, íbamos provistos con bastante comida, que unido al buen tiempo que hemos disfrutado estos días, ha favorecido que no interrumpiésemos nuestras jornadas camperas ni para comer.

El paisaje montañoso de Somiedo

     Salimos el día 25 por la mañana con destino a Pola de Somiedo. El punto de partida elegido fue Jaén, ya que cada uno de nosotros pertenece a municipios diferentes de la provincia. Dada la gran distancia que debíamos cubrir de trayecto, empleamos casi todo el día viajando, llegando a Pola pasada la media tarde.
     Las altas temperaturas estivales pronto empiezan a elevarse durante el día, lo que dificultó bastante que avistásemos aves durante el camino. No obstante en el sur de Madrid tuvimos ocasión de ver una gran concentración de halcones abejeros, cicleándo en el cielo, en los primeros pasos migratorios. Por los páramos leoneses pudimos ver un águila culebrera posada sobre un poste, además de varias cornejas por los campos. Justo antes de entrar en el túnel de la autopista que hay antes del puente colgante que cruza el Embalse de los Barrios de Luna, nos sobrevoló un blanquinegro alimoche. Tras pasar el túnel y cruzar el puente nos incorporamos a la carretera que nos llevaría a Pola, atravesando la Comarca de Babia. Pasado el Puerto de Somiedo, ya entre las verdes montañas del Parque Natural donde parece que no ha llegado el verano, improvisamos una parada para contemplar el paisaje de hayedos y prados que trepan por las laderas hasta perderse en las cumbres rocosas, donde, gracias al telescopio, descubrimos un rebaño de rebecos, los primeros de nuestro viaje.
     Al llegar a Pola, dejamos nuestros equipajes en las habitaciones del hostal, para reunirnos a continuación con Borja Riesgo, un amigo de Esteban que conoció durante un Voluntariado Ambiental en Andújar. Después de cenar, volvimos a quedar con él para tomar unas sidras en la terraza de un bar que sacaban las botellinas del río, donde se mantenían frescas gracias a la corriente. Borja no pudo acompañarnos en todas nuestras andanzas por su trabajo, pero nos indicó lugares a los que ir.

     Al día siguiente teníamos previsto hacer una ruta senderista desde Valle del Lago hasta el Lago del Valle. Jose ya conocía el lugar, y fuimos en coche hasta el pequeño poblado del Valle del Lago, donde aparcamos al inicio del sendero. El sendero era ascendente, aunque sin demasiada pendiente, hasta llegar al Lago del Valle. Su trazado discurre por el fondo de un valle, entre montañas, paralelo a un riachuelo con un generoso caudal.
     Al poco de empezar nuestra ruta, el azar nos brindó la oportunidad de ver a un escribano hortelano posado en el tejado de una casa, un pájaro cuya observación es más bien complicada. Un pariente suyo que si resulta más fácil de observar es el escribano montesino, especie de los que pudimos ver varios ejemplares a lo largo del camino. El colirrojo tizón se descubría en sus incesantes movimientos entre los muros de piedras. Además resultaba bastante patente la presencia de los carboneros comunes, a los cuales veíamos y oíamos con frecuencia. Sin embargo los carboneros garrapinos eran algo más discretos, aunque también llegamos a observar algunos. Avistamientos de córvidos de hábitos forestales tales como la corneja, la urraca y el arrendajo no faltaron tampoco en el recorrido, así como del montaraz cuervo. Y por supuesto las rapaces también estaban allí representadas, por algunos ratoneros y los poderosos planeos del buitre leonado, y también un alimoche que vimos al comienzo de nuestra marcha.
     Pero no solo las aves nos amenizaron el paseo. Al principio nos llamó bastante la atención las enormes babosas negras con las que nos topamos, que debido a la abundancia con la que frecuentaban el lugar, poco a poco fueron perdiendo interés en verlas. En una soleada rampa se nos cruzó una pequeña víbora cantábrica, a la que cedimos el paso, y dejamos que tranquilamente se ocultara en la grieta de una roca, a un lado de la senda. Aproximándonos al lago, entre la umbría de la vegetación y la humedad del suelo debido a la escorrentía superficial, se movían pequeñas ranas bermejas, pero también conseguimos ver un ejemplar particularmente grande.

Rana Bermeja

     El Lago del Valle ofrecía una vista sin igual. Se trataba de un precioso lago de aguas cristalinas, con un islote en medio, rodeado por altas cumbres. Carecía de arboleda a su alrededor, sustituida por un cinturón no muy denso de retamas, interrumpido por afloramientos rocosos, y por coladas de guijarros de piedra que caían ladera abajo desde las montañas hasta el lago.

Lago del Valle

     En sus aguas abundaban los cardúmenes de piscardos. Las escandalosas chovas piquirrojas dominaban aquellas montañas, y junto a ellas convivían las piquigualdas, cuyo canto difería mucho de la anterior especie de chova, así como del graznido del resto de los córvidos ibéricos. Precisamente fue su canto lo que las delató, y nos permitió localizarlas en el cielo. Los cuervos, aunque menos numerosos, también se veían por las cercanías. También descubrimos la silueta de otro alimoche sobrevolando las inmediaciones del lago, y algo después, un ratonero.
     Jose decidió quedarse a la sombra una retama, y barrer con el telescopio las faldas de las montañas que bordean el lago, mientras los demás nos decantamos por hacer un recorrido perimetral. Mientras él pudo observar varios rebecos, nosotros pudimos contar hasta una decena de pequeños sapos parteros en los canchales próximos a la orilla, en la primera parte del paseo. Más adelante, también muy cerca del borde del lago, encontramos cuatro tritones alpinos, y próximo a ellos, un lución en un minúsculo prado.
     Al regreso, antes de llegar a la pequeña villa donde dejamos el coche, paramos en un rústico bar donde probamos unos chupitos de licor de miel y de orujo de hierbas. Antes de entrar, nos percatamos de un rebeco que pastaba tranquilamente, monte arriba, relativamente cerca del bar. Se trataba de un individuo que se había acostumbrado a la presencia humana.
     De vuelta en Pola, quedamos con Borja, quien nos llevó al Mirador del Presidente, en Caunedo. Pero antes de marcharnos tuvimos oportunidad de darnos un pequeño paseo, y de asomarnos al río que pasa por el pueblo, donde descubrimos al mirlo acuático.
     Nada más llegar al mirador, tuvimos ocasión de ver un corzo bastante cerca, que pronto se quitó de nuestra vista. Allí apuramos hasta la última luz de la tarde, buscando al oso, sin resultado. Todo cuanto conseguimos observar a lo largo de esta espera fueron rebecos, y un ratonero.

Bosque de Hermo
     En el día central de nuestro viaje fuimos al Bosque de Hermo, donde también había estado antes ya Jose. Salimos por la mañana dirección sur, hacía el Puerto de Somiedo, para incorporarnos a la carretera que va a Villablino. Pasado este pueblo leonés, nos desviamos en Caboalles de Abajo por la carretera que conduce a Degaña. Cuando pasamos Caboalles de Arriba, hicimos una parada en el Puerto Cerredo que ofrecía unas espectaculares vistas de las montañas. Después de Degaña seguimos dirección a Ventanueva, pasando por el Puerto del Rañodoiro. En este tramo el paisaje estaba compuesto por frondosos bosques, donde improvisamos una breve parada, sin bajarnos del coche, para identificar un halcón abejero que cicleaba a cielo descubierto, sobre el techo del bosque. Poco antes de Ventanueva, tomamos la carretera hacía Gedrez, y desde allí nos dirigimos a nuestro objetivo: el Bosque de Hermo.
     Aparcamos el coche, y empezamos a ascender por un camino envuelto por un túnel de exuberante vegetación. Entre las viejas hayas, que conforman el maduro bosque, crecen algunos servales o mostajos. Y sobre el suelo, tapizado por la hojarasca, los helechos y las arandaneras salen adelante aprovechando los resquicios de luz que las espesas copas de los árboles dejan penetrar. Las babosas negras abundaban por doquier. También pudimos encontrar a lo largo del camino tres pequeñas salamandras, y más adelante, una cuarta de mayor tamaño. El entrenado oído de Juanjo captó el canto del chochín procedente del corazón del hayedo.

Salamandra Común

     A cierta altura, llegamos a un pequeño claro del bosque, que se abría a un mirador, ofreciéndonos un balcón desde el que contemplar toda la ladera de una montaña. Al llegar sorprendimos a un zorro que merodeaba por los alrededores. Aquí permanecimos, esperando en vano a que apareciera el oso, hasta la puesta de sol. En cambio los rebecos resultaban fáciles de ver. La espera también nos dio la oportunidad de ver pasar algunos ratoneros y milanos negros. Los gritos del halcón peregrino llamaron nuestra atención, y escudriñando con el telescopio el farallón rocoso que teníamos en frente, acabamos por descubrir a los dos miembros de la pareja que tenía allí su territorio.
     A media tarde abandonamos un rato nuestra larga espera para estirar un poco las piernas. Salimos los cuatro a dar un paseo, siguiendo hacía adelante, el camino por donde habíamos venido. Los griteríos de los arrendajos se escuchaban en las profundidades del bosque, y de vez en cuando, surgía alguno entre la espesura para volver a perderse rápidamente en lo más intrincado de la densa vegetación. En un claro entre las copas de las hayas, llegamos a descubrir un gavilán. En el barro de la pista por la que andábamos, encontramos dos rastros paralelos de huellas de lobo, que estuvimos siguiendo un rato, hasta encontrar un excremento.

Uno de los caminos que surcan el Bosque de Hermo

     Volvimos al mirador, donde reanudamos nuestra paciente espera, hasta que con la caída de la tarde, empezaron a escucharse los alaridos de los cárabos, procedentes de diversos rincones de las entrañas del bosque. Incluso una de estas rapaces nocturnas se atrevió a emitir su sobrecogedora llamada muy cerca del mirador, a nuestro lado.
     Antes de que terminase de oscurecer, volvimos al coche, pero nuestra jornada aún no finalizó. Emprendimos la Ruta de la Puertos, de noche. Realizar tan largo recorrido, nos llevó casi toda la noche y nos dejó agotados, pero mereció la pena por los avistamientos de animales que tuvimos, por lo que también nos dejó muy satisfechos. Volvimos a Ventanueva, y de allí fuimos hasta Moal, donde tomamos la carretera que sube al Puerto del Connio, pasando por Centenales y llegando casi hasta Cecos, desde donde regresamos a Degaña por la carretera que pasa por Busante, Tormaleo, Sisterna y Rebollar.
     Los sapos comunes fueron los animales con los que más veces nos topamos a lo largo del camino, pero no fueron los únicos. También nos encontramos con tres erizos en la carretera y hasta una pequeña musaraña cruzó la calzada a toda prisa delante del coche. Bajando una pequeña cuesta se nos cruzaron un grupo de tres corzos, que probablemente se tratara de una corza acompañada por dos corcinos ya crecidos. Los faros del coche nos permitieron descubrir fuera de la carretera a un ciervo y a un zorro, por el brillo de sus ojos al reflejar la luz. Bajando una cuesta sorprendimos a un cárabo, de plumaje gris, posado en una baliza para la nieve, que al acercarnos voló a un pino cercano, donde también lo veíamos. Y hasta tres cárabos más, otro más grisáceo y dos de plumaje rojizo, llegamos a ver posados en postes en distintos puntos del recorrido; además de un búho chico que volaba a baja altura sobre la carretera.

     Cuando finalizamos la Ruta de los Puertos, en Degaña, aún nos quedaba un buen rato hasta volver a Pola de Somiedo. Prácticamente estuvimos toda la noche desplazándonos con el coche. Faltaba poco para que amaneciese cuando estábamos cruzando el Puerto de Somiedo. Pero en lugar de llegar hasta el hostal, fuimos hacia La Peral, donde en el mismo coche, estuvimos durmiendo unas pocas horas.
     Al despertarnos con la luz de la fresca mañana, teníamos un par de cuervos rondando al lado del coche. Cuando se marcharon, fue cuando nos bajamos del coche y subimos hasta el Mirador del Príncipe. En el entorno de la pequeña aldea vimos bisbitas ribereños alpinos, carboneros, pardillos y colirrojos, además de un escribano cerillo. El cansancio acumulado hizo que solo estuviésemos unas cuantas horas en el mirador. Desde allí localizamos ciervos en los altos prados, y rebecos en las altas rocas, así como un huidizo corzo en las profundidades del valle que se abre a los pies del mirador. También llegamos a ver en ese rato el veloz vuelo del halcón peregrino, y algún tiempo después, la silueta de un águila culebrera. Sin embargo ni rastro de nuestro ansiado objetivo: el oso.
     A pesar de que la mañana se presentaba prometedora, debíamos regresar al hostal a descansar. Estuvimos durmiendo hasta pasado el medio día, cuando, tras almorzar, volvimos a reanudar nuestra jornada campera. Esta vez teníamos previsto dirigirnos a los Lagos de Saliencia, zona que también conocía Jose.
     De camino hacía los Lagos de Saliencia, podíamos observar a las descaradas tarabillas, siempre posadas en oteaderos bien visibles. Poco antes de llegar al Alto de la Farrapona, donde aparcamos el coche, para iniciar una marcha a pie que nos llevaría al primero de los lagos, descubrimos un camachuelo común moviéndose entre un arbusto en la linde de la carretera. Se trataba de un macho, inconfundible, en el que destaca su pecho y vientre de color rojo que contrasta con el casco negro que cubre su cabeza.
     El camino hacia el Lago de la Cueva desfilaba entre roquedos por los que se movían algunos colirrojos, y que eran sobrevolados por los aviones. Al llegar a las proximidades del lago pudimos observar cinco cuervos, y los acrobáticos vuelos de las chovas piquirrojas. El Lago de la Cueva se hallaba en las profundidades de una oquedad del terreno, donde resonaba la tenue voz del sapo patero. Al bajar por el talud vimos algunas ranas bermejas, pero al acercarnos a la orilla tan solo encontramos un sapo partero. Y aunque hubiésemos querido llegar hasta el siguiente lago, ya no nos quedaban suficientes horas de luz. De regreso al coche, un vistazo atrás para contemplar por última vez el paisaje montano del entorno del lago, nos descubrió la silueta de un acentor posado sobre una roca.
     Una vez en que llegamos al coche, emprendimos un breve recorrido nocturno, bajando hasta Torrestío por una pista forestal. Como la noche anterior, se nos cruzaron sapos, aunque no tantos. Entre aquellas soledades nocturnas que envolvían las montañas, transitamos con mucha tranquilidad por la pista, a nuestro ritmo, gracias a la ausencia de tráfico. Pero aún así no se movía ningún animal silvestre por aquellos parajes desarbolados. Ya llegando a Torrestío, en la parte baja y llana del recorrido donde algunos árboles crecían al borde del camino, vimos el fugaz paso de un búho chico. Llegamos al pueblo y dimos la vuelta. Subiendo la cuesta hasta el Alto de la Farrapona no vimos nada, pero bajando hacía Pola se nos cruzó un corzo, y oímos las risotadas de un lejano cárabo en una parada que hicimos. 

Un teito, típica cabaña asturiana

     El último día, sin demorarnos demasiado y tras despedirnos de Borja, hicimos el equipaje y emprendimos el viaje de regreso. Invertimos casi todo el día en el camino de vuelta a casa, y de nuevo nos tocó sufrir los rigores veraniegos sureños cuando llegamos, casi de noche.
     Al cruzar el Puerto de Somiedo pudimos contemplar un cernícalo, y un poco más adelante, una pareja de alimoches que cierran la lista de tantas especies cuantas observamos en este viaje.


(*) Fotografías: gentileza de José Rico.

FECHA
LUGAR
ESPECIE
OBSERVACIÓN
25/07/2007
Somiedo
Rebeco
(Rupicapra rupicapra parva)
Algunos
25/07/2007
Prov. León (Babia)
Alimoche Común
(Neophron percnopterus)
Un ind. (adulto)
25/07/2007
Prov. Madrid (sur)
Abejero Europeo
(Pernis apivorus)
Varios
25/07/2007
Prov. León
Culebrera Europea
(Circaetus gallicus)
Un ind.
25/07/2007
Prov. León
Corneja Común
(Corvus corone corone)
Algunas
26/07/2007
Lago del Valle. Caunedo (Mirador del Presidente)
Rebeco
(Rupicapra rupicapra parva)
Bastantes
26/07/2007
Caunedo (Mirador del Presidente)
Corzo
(Capreolus capreolus)
Un ind.
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Alimoche Común
(Neophron percnopterus)
2 inds. (adultos)
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Buitre Leonado
(Gyps fulvus)
Algunos
26/07/2007
Lago del Valle. Caunedo (Mirador del Presidente)
Busardo Ratonero
(Buteo buteo)
Varios
26/07/2007
Pola de Somiedo
Mirlo Acuático Europeo
(Cinclus cinclus)
Un ind.
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Colirrojo Tizón
(Phoenicurus ochruros)
Algunos
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Carbonero Común
(Parus major)
Varios. Oído
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Carbonero Garrapinos
(Parus ater)
Pocos. Oído
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Arrendajo Común
(Garrulus glandarius)
Varios
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Urraca
(Pica pica melanotos)
Varias
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Corneja Común
(Corvus corone corone)
Varias
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Cuervo Común
(Corvus corax)
Varios
26/07/2007
Lago del Valle
Chova Piquirroja
(Pyrrhocorax pyrrhocorax)
Bastantes. Oída
26/07/2007
Lago del Valle
Chova Piquigualda
(Pyrrhocorax graculus)
Varias. Oída
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Escribano Montesino
(Emberiza cia)
Varios
26/07/2007
Valle del Lago
Escribano Hortelano
(Emberiza hortulana)
Un ind.
26/07/2007
Lago del Valle
Lución
(Anguis fragilis)
Un ind.
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Víbora Cantábrica
(Vipera seoanei)
Un ind.
26/07/2007
Lago del Valle
Tritón Alpino
(Triturus alpestris)
4 inds.
26/07/2007
Lago del Valle
Sapo Partero Común
(Alytes obstetricans)
10 inds.
26/07/2007
Valle del Lago - Lago del Valle
Rana Bermeja
(Rana temporaria)
Varias
26/07/2007
Lago del Valle
Foxino
(Phoxinus bigerri)
Bastantes
27/07/2007
Ruta de los Puertos (Moal - Rebollar)
Erizo Europeo
(Erinaceus europaeus)
3 inds.
27/07/2007
Bosque de Hermo. Ruta de los Puertos (Moal - Rebollar)
Zorro Rojo
(Vulpes vulpes)
2 inds. total
27/07/2007
Bosque de Hermo
Rebeco
(Rupicapra rupicapra parva)
Varios
27/07/2007
Ruta de los Puertos (Moal - Rebollar)
Ciervo Rojo
(Cervus elaphus)
Un ind.
27/07/2007
Ruta de los Puertos (Moal - Rebollar)
Corzo
(Capreolus capreolus)
3 inds.
27/07/2007
Bosque de Hermo
Milano Negro
(Milvus migrans)
Pocos
27/07/2007
Bosque de Hermo
Gavilán Común
(Accipiter gentilis)
Un ind.
27/07/2007
Bosque de Hermo
Busardo Ratonero
(Buteo buteo)
Pocos
27/07/2007
Bosque de Hermo
Abejero Europeo
(Pernis apivorus)
Un ind.
27/07/2007
Bosque de Hermo
Halcón Peregrino
(Falco peregrinus brookei)
2 inds. (adultos)
27/07/2007
Bosque de Hermo. Ruta de los Puertos (Moal - Rebollar)
Cárabo Común
(Strix aluco sylvatica)
Oído. 4 inds.
27/07/2007
Ruta de los Puertos (Moal - Rebollar)
Búho Chico
(Asio otus)
Un ind.
27/07/2007
Bosque de Hermo
Chochín Común
(Troglodytes troglodytes)
Oído
27/07/2007
Bosque de Hermo
Arrendajo Común
(Garrulus glandarius)
Algunos
27/07/2007
Bosque de Hermo
Salamandra Común
(Salamandra salamandra bernardezi)
4 inds.
27/07/2007
Ruta de los Puertos (Moal - Rebollar)
Sapo Común
(Bufo bufo spinosus)
Bastantes
28/07/2007
La Peral (Mirador del Príncipe)
Rebeco
(Rupicapra rupicapra parva)
Bastantes
28/07/2007
La Peral (Mirador del Príncipe)
Ciervo Rojo
(Cervus elaphus)
Varios
28/07/2007
La Peral. Lagos de Saliencia - Torrestío
Corzo
(Capreolus capreolus)
Un ind.
28/07/2007
La Peral (Mirador del Príncipe)
Culebrera Europea
(Circaetus gallicus)
Un ind.
28/07/2007
La Peral (Mirador del Príncipe)
Halcón Peregrino
(Falco peregrinus brookei)
Un ind.
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Cárabo Común
(Strix aluco sylvatica)
Oído
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Búho Chico
(Asio otus)
Un ind.
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Avión Común
(Delichon urbicum)
Varios
28/07/2007
La Peral (Mirador del Príncipe)
Bisbita Alpino
(Anthus spinoletta)
Varios
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Acentor Común
(Prunella modularis)
Un ind.
28/07/2007
La Peral. Lagos de Saliencia - Torrestío
Colirrojo Tizón
(Phoenicurus ochruros)
Algunos
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Tarabilla Común
(Saxicola torquatus rubicola)
Pocas
28/07/2007
La Peral (Mirador del Príncipe)
Carbonero Común
(Parus major)
Pocos
28/07/2007
La Peral. Lagos de Saliencia - Torrestío
Cuervo Común
(Corvus corax)
7 inds. total
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Chova Piquirroja
(Pyrrhocorax pyrrhocorax)
Varias
28/07/2007
La Peral (Mirador del Príncipe)
Pardillo Común
(Carduelis cannabina)
Algunos. Oído
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Camachuelo Común
(Pyrrhula pyrrhula)
Un macho
28/07/2007
La Peral (Mirador del Príncipe)
Escribano Cerillo
(Emberiza citrinella)
Un ind.
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Sapo Partero Común
(Alytes obstetricans)
Un ind. Oído
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Sapo Común
(Bufo bufo spinosus)
Pocos
28/07/2007
Lagos de Saliencia - Torrestío
Rana Bermeja
(Rana temporaria)
Algunas
29/07/2007
Puerto de Somiedo
Alimoche Común
(Neophron percnopterus)
Una pareja adulta
29/07/2007
Puerto de Somiedo
Cernícalo Vulgar
(Falco tinnunculus)
Un ind.

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