jueves, 29 de marzo de 2012

SALIDA POR LA CAMPIÑA DEL SUROESTE JIENNENSE

     Esta mañana hemos estado Raimundo y yo recorriendo los campos suroccidentales de Jaén. La jornada no ha podido ser mejor. En algo de más de tres horas hemos tenido avistamientos muy interesantes de aves esteparias.
     Al salir de Andújar y cruzar el Guadalquivir, pasaron volando sobre la carretera tres ánades reales, y una cigüeña. A medio camino me topé con unos cuervos y ya no tuve ningún avistamiento hasta casi llegar a Torre del Campo, donde vi un ratonero apostado en las ruinas de un cortijo. Tras recoger a Raimundo, salimos en dirección a Santiago de Calatrava. Además de un cernícalo posado en un poste, resultaba fácil descubrir entre los olivos conejos, mirlos y perdices. También pudimos ver tres golondrinas dáuricas y algunas tórtolas turcas posadas en los tendidos eléctricos. Y desde el asfalto despegaban las cogujadas para aterrizar en los campos conforme avanzábamos.
     Nos detuvimos junto a un cortado rocoso prospectado por grajillas y palomas bravías. No tardamos en descubrir a unos conejos que también se movían en sus inmediaciones. Afinando más la búsqueda, logré ver unas currucas capirotadas en un olivo próximo, pero Raimundo localizó un objetivo más llamativo. Se trataba de un búho real que dormitaba en una repisa, en la parte más sombría del talud rocoso. No nos acercamos, para evitar molestarlo. Durante el rato que permanecimos observándolo, pasó un cernícalo.
     Seguimos nuestro recorrido, viendo algunos verderones cantando desde lo alto de los olivos, y algunos pequeños bandos de los coloridos jilgueros. Al pasar por un verde campo de cereal no tarda en aparecer una hembra de aguilucho cenizo, sobrevolando los verdes pero mermados tallos del cereal, debido a la escasez de lluvia.
     Dejamos la carretera, para meternos por un carril que se adentraba en los campos entre estos campos de cereales, rodeados por olivares. El primer objetivo en el que fijamos los prismáticos fue un ratonero, pero no tardamos en descubrir a una pareja de aguiluchos cenizos. Poco después, varios de ejemplares de este aguilucho volando altos en el cielo, más dos cuervos. Cuando reanudamos la marcha, paramos en seguida, pues aunque algo lejos, entre las esmirriadas briznas del cereal, descubro un macho de avutarda, engalanado con el plumaje nupcial. Aunque más mérito tuvo Raimundo al ver a la hembra, más discreta, caminando sobre el terrizo suelo del olivar inmediato con el que lindaba el sembrado de cereal. Entre los olivos cercanos también vimos una perdiz, y una abubilla que se nos cruzó por delante.
     Después fuimos en dirección hacia Escañuela. Hicimos nuestra última parada junto a un viejo cortijo rodeado por unos eucaliptos para dar un breve paseo. Enseguida nos llamó la atención las impresionantes acrobacias aéreas de los cenizos, acompañadas por un agudo silbido que casi recuerdan más a un limícola, que a una rapaz. También escuchábamos el canto de verdecillos, gorriones y carboneros. Entre los altos y densos pastos secos de un barbecho cercano, fue fácil descubrir a un macho de tarabilla posado en lo más alto del tallo de una herbácea. Algo más lejos, pero con la misma facilidad, se dejó ver un alcaudón común. De entre los olivos levantó el vuelo un pequeño grupo de palomas torcaces. Por el tejado del cortijo se movían unos cuantos gorriones y estorninos, y entre las ramas de los eucaliptos lo hacían unos pocos carboneros.
     Al acercarnos a la sombra de estos árboles, salió de entre el ramaje un búho chico que fue a posarse a la rama baja de otro eucalipto contiguo. Con sumo cuidado nos acercamos hasta poder observarlo, pero no tardó mucho en volver a levantar el vuelo, esta vez buscando un árbol más alejado en el que ocultarse. El vuelo del búho, al descubierto y en pleno día, atrajo sobre si mismo el ataque combinado de una pareja de cernícalos, por lo que pronto hubo de volver a ocultarse entre la espesura de otro árbol. Aunque no deja de ser llamativa la escena que representaron los dos cernícalos picando contra el búho, decidimos no buscar su nuevo escondite para no seguir molestándolo. Los cernícalos también dejaron de acosarlo en cuanto se ocultó, y abandonaron el lugar.

Búho Chico

(*) Fotografía: gentileza de Raimundo Gómez.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Cigüeña Blanca (Ciconia ciconia)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Aguilucho Cenizo (Circus pygargus)
  • Busardo Ratonero (Buteo buteo)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Avutarda Común (Otis tarda)
  • Paloma Bravía (Columba livia)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tortola Turca (Streptopelia decaocto)
  • Búho Real (Bubo bubo)
  • Búho Chico (Asio otus)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Cogujada Común (Galerida cristata)
  • Golondrina Dáurica (Cecropis daurica)
  • Tarabilla Común (Saxicola torquatus rubicola)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Curruca Capirotada (Sylvia atricapilla)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Alcaudón Común (Lanius senator)
  • Cuervo Común (Corvus corax)
  • Grajilla Común (Corvus monedula)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Verdecillo Común (Serinus serinus)
  • Verderón Común (Chloris chloris)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)

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