Quedé ayer con David y Maite en Zuheros,
para posteriormente reunirnos con Lucía y Paco en el Centro de Visitantes de
Santa Rita, de Cabra, y hacer el sendero del Río Bailón, desde la Nava de Cabra hasta Zuheros,
donde yo dejé el coche. Para recorrer este sendero, David había pedido la
autorización previa pertinente, pero el viento y el frío nos obligaron a
posponerlo.
Pero como me adelanté a la hora de
quedada, aproveché el rato para darme un paseo por el entorno de Zuheros en la
fresca mañana, donde nada más apearme del coche el griterío de las chovas
piquirrojas me daba la bienvenida a este enclave cordobés de las Sierras
Subbéticas. A pesar de disponer de algo más de una hora de tiempo, no llegué
muy lejos, pues los numerosos pájaros que se hacían notar por el barranco del
Río Bailón, sin nada de agua, por desgracia, y los alrededores de Zuheros, me
obligaban a detenerme a escucharlos, o a tratar de contemplarlos.
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Barranco del Río Bailón |
Por las paredes rocosas próximas al
aparcamiento, también llegué a oír al gorrión chillón, pero me fue imposible
detectarlo con la vista. Las currucas capirotadas y los gorriones comunes eran
frecuentes en un pequeño joven olivar a los pies del pueblo, a los que
previamente había podido escuchar. A la curruca cabecinegra también llegué a
oírla, pero no logré verla. Los mirlos se descubrían por su voz de alarma que
emiten en sus vuelos rasantes, que salían a mi paso. Los herrerillos comunes
también se dejaron ver y oír con facilidad, así como algún carbonero. Además se
oía el escribano soteño en alguna parte, pero no era capaz de descubrirlo.
Inconfundibles, en apoyados en sus respectivos posaderos, el macho de la
pequeña tarabilla sobre el tallo de una herbácea, y el macho azul del roquero
solitario en una destacada roca.
Los estorninos negros alegraban con su
presencia el Castillo de Zuheros, posados en sus almenas, desde donde emitían
su variado repertorio musical. Mis pasos me llevaron a un puente colgante por
un estrecho desfiladero entre la roca, desde donde pude ver y oír a la pareja
de cernícalos, a los que podríamos considerar los verdaderos señores que viven
en el castillo.
De vuelta al coche volví a toparme con
varias de las especies de pájaros que ya había visto. De hecho ahora eran más
visibles las currucas capirotadas y también se dejó ver mejor el carbonero
común. Pero antes de llegar al coche reconocí la silueta de un macho de cabra
montés, recortada en el cielo, sobre el roquedo. Desde el puente sobre el lecho
del Bailón, estuve observándolo más cerca y con mayor detenimiento, pues
permaneció durante largo tiempo sin apenas moverse del sitio. Tanto, que
también me dediqué a mirar al otro lado del puente, donde vi más gorriones
comunes y divisé al escribano soteño sobre la deshojada rama de una higuera.
Finalmente el macho montés se acabó yendo,
y llegaron Maite y David, cuando había aparecido en escena cuatro hembras de
cabra montés, muchos más dinámicas que el macho, desplazándose y brincando por
las rocas del cortado pétreo.
Lista
de Especies Observadas (Orden Sistemático):
- Cabra Montés
(Capra pyrenaica hispanica)
- Cernícalo
Vulgar (Falco tinnunculus)
- Tarabilla
Europea (Saxicola rubicola)
- Roquero
Solitario (Monticola solitarius)
- Mirlo Común
(Turdus merula)
- Curruca
Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
- Curruca
Capirotada (Sylvia atricapilla)
- Carbonero
Común (Parus major)
- Herrerillo
Común (Cyanistes caeruleus)
- Chova
Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
- Estornino
Negro (Sturnus unicolor)
- Gorrión
Común (Passer domesticus)
- Gorrión
Chillón (Petronia petronia)
- Escribano
Soteño (Emberiza cirlus)
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