domingo, 28 de enero de 2018

PASEO POR LOS ALREDEDORES DE ZUHEROS

     Quedé ayer con David y Maite en Zuheros, para posteriormente reunirnos con Lucía y Paco en el Centro de Visitantes de Santa Rita, de Cabra, y hacer el sendero del Río Bailón, desde la Nava de Cabra hasta Zuheros, donde yo dejé el coche. Para recorrer este sendero, David había pedido la autorización previa pertinente, pero el viento y el frío nos obligaron a posponerlo.
     Pero como me adelanté a la hora de quedada, aproveché el rato para darme un paseo por el entorno de Zuheros en la fresca mañana, donde nada más apearme del coche el griterío de las chovas piquirrojas me daba la bienvenida a este enclave cordobés de las Sierras Subbéticas. A pesar de disponer de algo más de una hora de tiempo, no llegué muy lejos, pues los numerosos pájaros que se hacían notar por el barranco del Río Bailón, sin nada de agua, por desgracia, y los alrededores de Zuheros, me obligaban a detenerme a escucharlos, o a tratar de contemplarlos.

Barranco del Río Bailón

     Por las paredes rocosas próximas al aparcamiento, también llegué a oír al gorrión chillón, pero me fue imposible detectarlo con la vista. Las currucas capirotadas y los gorriones comunes eran frecuentes en un pequeño joven olivar a los pies del pueblo, a los que previamente había podido escuchar. A la curruca cabecinegra también llegué a oírla, pero no logré verla. Los mirlos se descubrían por su voz de alarma que emiten en sus vuelos rasantes, que salían a mi paso. Los herrerillos comunes también se dejaron ver y oír con facilidad, así como algún carbonero. Además se oía el escribano soteño en alguna parte, pero no era capaz de descubrirlo. Inconfundibles, en apoyados en sus respectivos posaderos, el macho de la pequeña tarabilla sobre el tallo de una herbácea, y el macho azul del roquero solitario en una destacada roca.
     Los estorninos negros alegraban con su presencia el Castillo de Zuheros, posados en sus almenas, desde donde emitían su variado repertorio musical. Mis pasos me llevaron a un puente colgante por un estrecho desfiladero entre la roca, desde donde pude ver y oír a la pareja de cernícalos, a los que podríamos considerar los verdaderos señores que viven en el castillo.
     De vuelta al coche volví a toparme con varias de las especies de pájaros que ya había visto. De hecho ahora eran más visibles las currucas capirotadas y también se dejó ver mejor el carbonero común. Pero antes de llegar al coche reconocí la silueta de un macho de cabra montés, recortada en el cielo, sobre el roquedo. Desde el puente sobre el lecho del Bailón, estuve observándolo más cerca y con mayor detenimiento, pues permaneció durante largo tiempo sin apenas moverse del sitio. Tanto, que también me dediqué a mirar al otro lado del puente, donde vi más gorriones comunes y divisé al escribano soteño sobre la deshojada rama de una higuera.
     Finalmente el macho montés se acabó yendo, y llegaron Maite y David, cuando había aparecido en escena cuatro hembras de cabra montés, muchos más dinámicas que el macho, desplazándose y brincando por las rocas del cortado pétreo.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Cabra Montés (Capra pyrenaica hispanica)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Tarabilla Europea (Saxicola rubicola)
  • Roquero Solitario (Monticola solitarius)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Curruca Capirotada (Sylvia atricapilla)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Herrerillo Común (Cyanistes caeruleus)
  • Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Gorrión Chillón (Petronia petronia)
  • Escribano Soteño (Emberiza cirlus)

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