lunes, 28 de noviembre de 2016

NOCHE DE LLUVIA, MAÑANA DE SETAS Y ESPÁRRAGOS

     Estuvo lloviendo el sábado pasado casi todo el día, así que era la noche ideal para salir a buscar anfibios. Fue lo que le propuse a David la tarde de hace dos días, salir con la furgoneta de noche para encontrar a estos animales que tan solo se pueden ver en bajo esas condiciones meteorológicas, dormir en algún sitio de la sierra, y la mañana del domingo ir a buscar setas.
     Tras recoger la furgo en el cortijo de Javi, nos dirigimos en primer lugar al área de la Alcaparrosa. No vimos nada a lo largo de toda la carretera hasta llegar, y tras un breve recorrido circular, también fallido, por la zona, nos asomamos a una piscina abandonada. El agua cubría todo fondo, pero permitía verlo en su parte menos honda así que nos limitamos a explorarla desde el borde. Según adaptamos nuestra visión a la luz del frontal, pasamos de ver a los grandes gallipatos, algunos en la misma superficie del agua, a descubrir a los más pequeños y miméticos tritones pigmeos, nadando entre dos aguas, o bien reposando en el fondo de la piscina, sobre el lecho de hojarasca. Mientras tanto, bajo la llovizna, podíamos oír con fuerza la llamada de un cárabo por las cercanías.

     A continuación miramos por unas charcas no muy lejanas, esperando descubrir algún sapo, pero nada. No había puestas, ni oímos ningún reclamo, y desde luego tampoco encontramos ningún ejemplar. Repetimos esta acción en un prado encharcado, junto a un arroyo, y tampoco conseguimos nada, hasta que no miramos junto a un borde con piedras, donde por fin encontramos un sapo corredor, poco activo, bajo una de ellas. Además de algunos insectos y miriápodos, también descubrimos una salamanquesa común. Es muy importante recordar que tras levantar una piedra hay que volver dejarla igual que estaba, y en caso de haber algún animal de cierto tamaño debajo, dejar que salga o sacarlo para no aplastarlo al devolver la piedra a su sitio, y posteriormente acercarlo a alguna oquedad, al ser posible de la misma piedra para que recupere su refugio. Al volver hacia la furgo nos encontramos junto a ella con una salamandra adulta, de la subespecie propia de Sierra Morena, sobre la alfombra de hierba empapada, que se convirtió en objeto de nuestra atención durante un rato.

Subespecie de salamandra propia de Sierra Morena
















     Cenamos allí mismo, y después nos encaminamos hacia La Lancha. Al poco de haber salido, nos encontramos con otra salamandra adulta, a la que nos limitamos a retirar de la carretera para evitar que la atropellasen. Y más adelante, por un carril arenoso, nos topamos con otra salamandra, también adulta. Los tres ejemplares que vimos, eran además de buen porte. Pero otra de las cosas que me llamó la atención fue no ver ni un sapo a lo largo de todo el recorrido hasta llegar a La Lancha, bajo una cortina de tenue lluvia. En mitad del camino hicimos un par de esperas, junto a sendos arroyos, esperando escuchar algo, y nada. Sí que vimos en cambio unos ciervos y un par de conejos.
     Tras un rato por la mañana, contemplando el panorama, salimos a dar un paseo antes de desayunar, para abrir el apetito. En nuestra andanza localizamos algún que otro lejano ciervo, y nos fijamos en los pinzones y en los petirrojos que se movían junto al carril. También había algunas urracas dispersas por los alrededores. Unas perdices se deslizaron planeando monte abajo, alarmadas por nuestros pasos. Entre las jaras, los romeros y los lentiscos escuchamos a la curruca rabilarga, pero sobre todo a la cabecinegra. Se escuchaban los arrullos de la paloma torcaz, y alguna pasaba volando. De vuelta hacia la furgo repitieron los petirrojos, las torcaces y las urracas, y además estuvimos mirando a un par de escribanos montesinos.

La Sierra de Andújar

     Mientras desayunamos, se desperezaron un par de buitres, que con pesados aletazos, perdimos pronto de vista tras las colinas. El pito real entonó su potente canto, pero no logramos ver al verde pájaro carpintero. Se oía también a la curruca cabecinegra, mientras podíamos ver alguna paloma y urracas por la zona.
     Después, cogimos la furgo, y nos dirigimos a un rodal a la búsqueda de setas. De camino se cruzó algún mirlo, y al divisar las aguas del Embalse del Jándula vimos atravesándolo a una garza real. David, estuvo mucho más afortunado que yo en la búsqueda de setas, pues apenas encontré algún champiñón (Agaricus sp.) y algún pie azul (Lepista nuda). Esas fueron las dos únicas especies que recolectamos, porque los parasoles (Macrolepiota sp.) estaban casi todos ya pasados. Y desde luego que no faltaron especies no comestibles como el falso níscalo (Lactarius torminosus), setas de las piñas (Mycena seynii), diversos ejemplares de Russula sp. y una formación de Armillaria sp. Durante mi poca acertada búsqueda de setas aproveché para comer algún que otro madroño de los que encontré. Y también me dediqué a las aves, a los bulliciosos herrerillos comunes y capuchinos, carboneros comunes y el trepador azul que me movían por las cercanías, e incluso echar la vista a tras para ver a un cormorán al que previamente oí agitar el agua al aletear.


Armillaria sp.


Murciélagos de Cueva
     Tras recoger unas cuantas de las mencionadas especies de setas, entramos al túnel del Embalse del Jándula, el cual aprovechan algunas especies de murciélagos como refugio donde pasar las horas de luz, o tal vez para la invernada. Gracias a las fotos que tomó David, conseguimos averiguar dos especies, aunque estaba presente alguna más, de este complicado, pero interesante, grupo de mamíferos alados que son los quirópteros para la identificación; el murciélago ratonero grande y el murciélago de cueva. Aquel solitario, y estos últimos agregados en un pequeño racimo. No persistimos demasiado tiempo allí, para ocasionarles la menor molestia posible.


Murciélago Ratonero Grande

     Al pasar el túnel y salir a la presa, rápidamente nos percatamos a primer golpe de vista de los aviones roqueros que revoloteaban en torno al dique. Pero también detectamos en seguida a unas pocas lavanderas blancas, y una cascadeña. Y con levantar la vista divisamos a los buitres sobre nuestras cabezas, un pequeño grupo de leonados en el que se había colado un negro. Al asomarnos a la presa, descubrimos a los colirrojos tizones moviéndose por el muro de la presa, y abajo, en el remanso de agua nadaban unos ánades reales. Afinando nuestras observaciones llegamos a descubrir a los pequeños mosquiteros que pululaban por las rocas y las plantas de las orillas del río.
     Cogimos la furgo e hicimos una breve escala en el poblado de La Lancha, donde por sus alrededores cogimos algunos espárragos. De nuevo a David se le dio mejor que a mí, y consiguió hacerse con un apreciable manojo. En nuestro paseo esparraguero no acompañaron mirlos y perdices, y nos fijamos en un escribano montesino y una pareja de roqueros solitarios, ambos posados sobre sendos bolos graníticos. Oímos a las chovas piquirrojas, pero no las vimos. Paramos a almorzar más adelante, en “las curvas de La Lancha”, arroz revuelto con los espárragos y los pies azules, y cochinillo frito. Todo el mérito de la buena comida que nos dimos, en un enclave privilegiado, fue mérito de David.
     Y por la tarde, de regreso a Andújar, vimos por el camino ciervos y gamos, además de unas perdices, alguna abubilla, unos pocos verdecillos, tórtolas turcas, estorninos, rabilargos y urracas.

Ciervo en la dehesa

(*) Fotografías: gentileza de David Torres.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Murciélago Ratonero Grande (Myotis myotis)
  • Murciélago de Cueva (Miniopterus schreibersii)
  • Conejo Europeo (Oryctolagus cuniculus algirus)
  • Ciervo Rojo (Cervus elaphus)
  • Gamo (Dama dama)
  • Cormorán Grande (Phalocrocorax carbo)
  • Garza Real (Ardea cinerea)
  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus)
  • Buitre Negro (Aegypius monachus)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto)
  • Cárabo Común (Strix aluco sylvaticus)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Pito Real Ibérico (Picus sharpei)
  • Avión Roquero (Ptyonoprogne rupestris)
  • Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
  • Lavandera Cascadeña (Motacilla cinerea)
  • Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
  • Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Roquero Solitario (Monticola solitarius)
  • Curruca Rabilarga (Sylvia undata)
  • Curruca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Mosquitero Común (Phylloscopus collybita)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Herrerillo Común (Cyanistes caeruleus)
  • Herrerillo Capuchino (Lophophanes cristatus)
  • Trepador Azul (Sitta europaea caesia)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
  • Verdecillo Común (Serinus serinus)
  • Escribano Montesino (Emberiza cia)
  • Salamanquesa Común (Tarentola mauritanica)
  • Salamandra Común (Salamandra salamandra morenica)
  • Gallipato (Pleurodeles waltl)
  • Tritón Pigmeo (Triturus pigmaeus)
  • Sapo Corredor (Epidalea calamita)

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