domingo, 30 de octubre de 2011

RECORRIDO: EL ENCINAREJO - LA LANCHA

     Temprano, en la mañana de ayer, quedamos Raimundo y yo para salir por la Sierra de Andújar. Nuestro punto de quedada, como viene siendo habitual, fue al comienzo de la carretera que sube a la sierra. Yo llegué un poco antes. La mañana, todavía oscura, era húmeda y fresca debido a la niebla. Equivocadamente temí que se podía estropear el día si persistían esas condiciones de visibilidad tan poco propicias para observar animales. Mientras esperaba a Raimundo pude ver algunos gorriones y unos bandos numerosos de estorninos que evolucionaban en formas indefinidas mientras se desplazaban. También pasó una garcilla bueyera.

     Cuando llegó Raimundo, acordamos subir al Encinarejo, y luego a La Lancha. Llevábamos como objetivo buscar al lince, pero no nos dedicamos a ello de forma intensa. A los pocos kilómetros la niebla se disipó y dio paso a un día luminoso. Al borde de la carretera asomó un zorzal común que pronto se volvió a ocultar en el arbusto del que salió al pasar con el coche. Más adelante vimos urracas y rabilargos. Antes de bajar al Jándula, nos percatamos que la niebla se hacinaba en el valle del río.

Perspectiva otoñal de la fresneda del Río Jándula,
envuelta en la niebla.

     Antes de llegar al mirador paramos por el gusto de admirar la belleza del río, de los fresnos, ya casi desnudos de hojas, envueltos por la bruma. Las primeras lluvias han caído muy tarde este otoño, pero han sido bien avenidas por la Naturaleza, que aguardaba con impaciencia despertar de su letargo estival. Los pastos, aunque todavía secos, ya han empezado a quedar aplastados en el suelo tras las lluvias, esperando ser regenerados por la nueva hierba verde, que ya ha empezado a brotar. Una multitud de pequeños pajarillos trinaban en el bosque, para los que el otoño supone una segunda primavera. Entre ellos se oía el del canto del escribano soteño y del ruiseñor bastardo. Al acercarnos al río sorprendimos a una garza real, que levantó el vuelo graznando, y sobre la raíz de un fresno, se posó un petirrojo.


Río Jándula

     Subimos al mirador, pero ni nos detuvimos, viendo que la niebla empezaba a subir, y estaba en ese momento concentrada a esa altura. Preferimos seguir hacia delante, bajar hacia el río, donde la niebla ya se había aclarado. Nada más parar sorprendimos a un chochín posado en un lugar bastante descubierto. Aunque no tardó mucho en cambiar de ubicación y ocultarse, pudimos verlo claramente el tiempo suficiente. Otra garza real pasó volando y graznado sobre el cauce del río, y más altos, pasaron tres escuadras de cormoranes río arriba. El martín pescador, previamente escuchado, también se dejó ver fugazmente, en sus rápidos vuelos batidos sobre el río. Otras aves que se mostraron fueron una abubilla, un pico picapinos, un picogordo, pinzones, mirlos, petirrojos y colirrojos. Algunas urracas, las cuales de vez en cuando cacareaban, atraían nuestra atención sobre ellas. Un cuantioso grupo de escandalosos rabilargos cruzaron el río de lado a lado. Los reclamos de la perdiz y los relinchos del pito real también se oían de vez en cuando, y todavía berreaba algún ciervo.

Telaraña con gotitas de agua condesadas
en sus hilos de seda, consecuencia de la bruma.

     Subimos al mirador, donde ya se había despejado la niebla, pero la luz era muy intensa y molesta para la vista. Además, los primeros domingueros ya habían llegado, y su enemistad con el silencio, nos estaban invitando a marcharnos. El rato que aquí estuvimos, continuamos oyendo algunos ciervos berrear, y acabamos viendo uno. También seguimos escuchando al pito real, hasta que uno cruzó cerca de nosotros, y algunos otros se movían entre los fresnos de en frente. Se escuchaba al mochuelo y al zorzal charlo, pero quien seguía centrando nuestra atención eran las urracas al cacarear. Delante de nosotros, un gran bando de torcaces levantó repentinamente el vuelo, y automáticamente provocó la reacción que barriéramos el lugar con los prismáticos y el telescopio buscando algún posible depredador terrestre que las hubiera asustado. Pero no encontramos nada, y después de que volvieran a repetir tal comportamiento nos dimos cuenta que solo cambiaban de sitio para comer, además por la misma zona, lo que aparentemente podía significar que no hubiera por allí ningún carnívoro que las acechara. Los maullidos de un ratonero también atrajeron nuestra atención, descubriendo un ejemplar que fue a posarse a un pino, de donde más tarde retornó hacia el lugar de donde vino, también maullando.

     Partimos hacia La Lancha buscando la tranquilidad que en el Encinarejo perdimos. Por la carretera seguimos viendo a los típicos córvidos de la sierra, y un pito real sobre un poste. Por la carretera de La Lancha pudimos ver algunas tarabillas, gorriones y perdices, pero lo que exigió que nos parásemos fueron dos individuos dameros de águila imperial volando en compañía de algunos buitres leonados. También conseguimos oír sus reclamos mientras planeaban en el aire. Nos parecía curioso que en todo el tramo que llevábamos no hubiésemos visto ningún ciervo, y de hecho, no vimos los primeros hasta poco antes de llegar a la primera “curva de La Lancha”. Y también, poco antes de llegar a esta “curva”, identificamos un buitre negro volando junto a algunos leonados.

Vareto

     En esta primera “curva”, donde paramos con la idea de buscar al lince, nos acabamos entreteniendo observando a las grandes rapaces de la zona. Al momento de llegar, centramos nuestra observación en buscar el origen de los cacareos de unas urracas cerro arriba. Una vez más se trataba de una falsa alarma. Pero siguiendo con nuestras prospecciones del terreno hacía arriba, descubrimos en el cielo buitres leonados, otra águila imperial, más tres buitres negros, uno de los cuales pasó planeando lentamente sobre nosotros. El siguiente rato se desarrolló sin demasiada actividad, y tan solo se descubrió un arrendajo.
     Cambiamos de sitio, de “curva”, y de paso por otras “curvas” aprovechamos para preguntar a otros naturalistas que allí se encontraban, si habían avistado al lince, a lo que nos respondieron negativamente. La poca atención que prestaban a sus telescopios al pasar, desde luego indicaban que no estaban viendo nada especial en ese momento. Nos alejamos bastante hasta llegar a una de las últimas “curvas”, donde nada más llegar vimos una cierva. Con el telescopio llegamos a ver algún ciervo más, pero parecía haber cesado la actividad de los animales. Al sol hacía calor, lo que favoreció que saliera de entre las rocas una lagartija colilarga. Allí aprovechamos para comer, a la sombra de las encinas, y tan solo oímos al herrerillo común y algunos reclamos de las currucas cabecinegra y rabilarga.
     Antes de regresar, volvimos a parar en la “curva” del principio. De nuevo las urracas parecían nerviosas con sus revuelos y cacareos, pero seguían sin chivar la presencia de ningún lince. Una bandada de palomas, emprendió el vuelo de algún lugar. En el interior de una grieta longitudinal de un poste descubrimos a un atareado pico picapinos, delatado por su constante picoteo.

Ciervo

     El camino de vuelta estuvo más animado que a la ida, con algunas paradas improvisadas, especialmente en el tramo antes de incorporarnos a la carretera general. Vimos bastantes más ciervos, e incluso un pequeño grupo de gamos. Se nos cruzó un pito real, y sobre una piedra descubrimos un mochuelo que nos dejó observarlo durante bastante rato. También volvimos a ver a buitres leonados, tarabillas, urracas y rabilargos. Ya por la carretera general, nuestros avistamientos se limitan a algunos estorninos y tórtolas turcas, pero conseguimos parar en un vado apartado de la carretera para observar a un gavilán cicleando a cielo descubierto.

(*) Fotografías: gentileza de Raimundo Gómez.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

  • Ciervo Rojo (Cervus elaphus)
  • Gamo (Dama dama)
  • Cormorán Grande (Phalacrocorax carbo)
  • Garcilla Bueyera (Bubulcus ibis)
  • Garza Real (Ardea cinerea)
  • Buitre Leonado (Gyps fulvus)
  • Buitre Negro (Aegypius monachus)
  • Gavilán Común (Accipiter nisus)
  • Busardo Ratonero (Buteo buteo)
  • Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti)
  • Perdiz Roja (Alectoris rufa)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tórtola Turca (Streptopelia decaocto)
  • Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalii)
  • Martín Pescador Común (Alcedo atthis)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Pito Real (Picus viridis sharpei)
  • Pico Picapinos (Dendrocopos major)
  • Chochín Común (Troglodytes troglodytes)
  • Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
  • Colirrojo Tizón (Phoenicuros ochruros)
  • Tarabilla Común (Saxicola torcuatus rubicola)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Zorzal Común (Turdus philomelos)
  • Zorzal Charlo (Turdus viscivorus)
  • Ruiseñor Bastardo (Cettia cetti)
  • Curruca Rabilarga (Sylvia undata)
  • Curuca Cabecinegra (Sylvia melanocephala)
  • Herrerillo Común (Cyanistes caeruleus)
  • Arrendajo Común (Garrulus glandarius)
  • Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
  • Urraca (Pica pica melanotos)
  • Estornino Negro (Sturnus unicolor)
  • Gorrión Común (Passer domesticus)
  • Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
  • Picogordo (Coccothraustes coccothraustes)
  • Escribano Soteño (Emberiza cirlus)
  • Lagartija Colilarga (Psammodromus algirus)

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