martes, 28 de mayo de 2013

DE LA CAMPIÑA OLIVARERA A LA CALDERA DE LOS CARACOLES

     Con la idea de revisar el sendero del Pinar de Cánava previamente a la actividad de Educación Ambiental que en unos días realizaremos, ayer Azu y yo nos desplazamos hasta allí en su furgo. Además de comprobar su estado, queríamos ver las posibilidades que ofrece para el desempeño de las actividades previstas, y el tiempo que se tarda en llegar hasta la Caldera de los Caracoles, el fin del sendero.
    Tanto el camino hasta llegar a Jimena, donde da inicio el sendero, pasando por la campiña olivarera, de vez en cuando interrumpida por algún sembrado de cereal, como el camino del propio sendero, nos dieron la posibilidad de observar diversas aves. Fuimos a la ida dirección Úbeda, y de allí hasta Jimena, pasando por Jódar. Los cernícalos comunes volaban acercándonos a Linares, y pasada esta ciudad lo hacía algún que otro aguilucho cenizo sobre los campos de cereal. Posadas en los tendidos eléctricos aparecían algunas palomas torcaces, y en un número bastante más reducido unas pocas tórtolas comunes, pero entre ellas fue la azul carraca el ave que más interés suscitó poder ver, por desgracia solo de pasada, sin tener la posibilidad de parar a contemplarla por ir por una carretera nacional. Más adelante, vimos el águila culebrera planeando sobre el olivar.

Cascada

     En cuanto llegamos a Jimena, empezamos a recorrer el sendero, deteniéndonos a observar el variado mosaico de plantas con flores que circundan la pista, las cascadas y las cárcavas por las que corre la abundante agua caída este mes de mayo, y por supuesto los pájaros. Así, al comienzo de nuestro paseo, en el cercano roquedo podíamos ver revolotear el pequeño bando de palomas bravías, junto a sus vecinas, las grajillas. Altos volaban los vencejos bajo el cielo grisáceo, con su incesante griterío. Se puede decir que intercambiamos nuestros conocimientos. Azu me mostraba y me explicaba sobre las plantas que aparecían en nuestro recorrido, y yo le enseñaba lo que sabía sobre los pájaros que íbamos viendo.

Pastizal

Roquedo

     Subiendo, nos detuvimos un rato a ver el pastizal mecido por la brisa, que producía verdes olas que ascendían por la ladera hasta romperse donde afloraban las rocas. Pronto empezamos a escuchar los cantos de los carboneros y los pinzones al adentrarnos en el pequeño bosque de grandes y torturados pinos carrascos, y que al esperarnos un poco, conseguíamos descubrir moviéndose entre las ramas. Los arrullos de la paloma torcaz también resonaban en el pinar. Un alarmado mirlo voló bajo, entre las coscojas.
     Más arriba del pinar vuelve a aparecer una plantación de olivar, que hay que atravesar para llegar a Los Caracoles, construcciones de piedra que moraron los antiguos canteros del lugar, levantadas con los guijarros de roca que allí mismo encontraban. Podíamos escuchar cantar a los verdecillos, mientras un azul macho de roquero solitario se dejaba ver claramente posado en unas rocas del entorno.

Los Caracoles

     Dilatamos el tiempo todo lo posible en nuestro entretenido paseo de reconocimiento, pero debíamos volver. Aunque ello tampoco evitó que nos dedicásemos el tiempo que consideráramos oportuno en cualquier otra parada que improvisáramos. Así lo hicimos al volver a pasar por el pinar, donde nos entretuvimos un rato observando a placer a unos escribanos montesinos. También volvimos a ver a los pinzones.
      Así mismo, el camino de regreso a Andújar nos dio muchas posibilidades de ver más aves, algunas ya vistas, más otras nuevas especies. Cambiamos ahora la ruta, y fuimos dirección Jaén. Además de palomas, antes de llegar a Mancha Real pudimos ver una abubilla, cuervos y un milano negro. Pero el grueso de nuestros avistamientos está entre Jaén y Andújar. Pasar junto a una laguna en medio del olivar, que a pesar de su marcada estacionalidad se encuentra ahora llena de agua gracias a las generosas lluvias, nos permitió ver, aunque en reducido número, ánades reales, cigüeñuelas y avocetas. No muy lejos, y en corto trecho vimos al ratonero sobre un poste, unos cuantos cernícalos primillas volando sobre unas despejadas colinas, y el paso migratorio prenupcial de unos pocos halcones abejeros.

(*) Fotografías: gentileza de Azucena Roa.


Lista de Aves Observadas (Orden Sistemático):

  • Ánade Azulón (Anas platyrhynchos)
  • Milano Negro (Milvus migrans)
  • Aguilucho Cenizo (Circus pygargus)
  • Abejero Europeo (Pernis apivorus)
  • Busardo Ratonero (Buteo buteo)
  • Culebrera Europea (Circaetus gallicus)
  • Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)
  • Cernícalo Primilla (Falco naumanni)
  • Cigüeñuela Común (Himantopus himantopus)
  • Avoceta Común (Recurvirostra avosetta)
  • Paloma Bravía (Columba livia)
  • Paloma Torcaz (Columba palumbus)
  • Tórtola Europea (Streptopelia turtur)
  • Vencejo Común (Apus apus)
  • Carraca Europea (Coracias garrulus)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Roquero Solitario (Monticola solitarius)
  • Mirlo Común (Turdus merula)
  • Carbonero Común (Parus major)
  • Cuervo Común (Corvus corax)
  • Grajilla Común (Corvus monedula)
  • Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
  • Verdecillo Común (Serinus serinus)
  • Escribano Montesino (Emberiza cia)

lunes, 20 de mayo de 2013

PASEANDO POR LOS CAHORROS

     El último día que estuve en Granada, ayer, antes de regresar a Andújar, salí a dar un breve paseo por las estribaciones de Sierra Nevada en compañía de Eli y su amiga Nati, buena conocedora del mundo de las aves, con quienes compartí una amena jornada. El sitio que elegimos para estirar las piernas fueron Los Cahorros, dada su cercanía a Granada y el poco tiempo del que yo disponía. Para los tres, constituía la primera vez que íbamos allí.
     En las altas y lejanas cumbres de Sierra Nevada, que se vislumbran desde la misma Granada y también llegando a Monachil, resplandecía bajo el sol el blanco manto de nieve que las cubre, oponiendo resistencia el frío de un invierno tardío. Por debajo de esas cotas, la Naturaleza desplegaba su máximo esplendor en el apogeo de la primavera reinante, ajena a los calores de mayo que ya asolan los campos de las vegas de altitudes más bajas.
     No recorrimos todo el sendero, ni siquiera llevábamos un rumbo predeterminado. Íbamos improvisando nuestra marcha, parando aquí y allá, disfrutando del paisaje que nos rodeaba, un abrupto estrechamiento rocoso por el que discurría el caudaloso río Monachil, paralelo al cual, estaban trazados los caminos que constituyen el sendero de Los Cahorros, labrado en la piedra, y con puentes colgantes sobre el río.

Sendero de Los Cahorros, sobre la garganta del Río Monachil

     Encaminándonos dirección al principio del sendero, nos detuvimos a mirar como una lagartija se soleaba en un muro, y al llegar al punto de partida, busqué con los prismáticos al carbonero que cantaba entre las ramas de un arbolillo. Eran las primeras horas de la tarde, y a parte de la actividad humana, otros senderistas y excursionistas, así como algunos escaladores, no parecía que hubiese ningún animal en las inmediaciones. Quizás yo tampoco iba prestando mucha atención al principio. Cuando cruzamos el primer puente, paramos a orillas del río a almorzar.
     Resultó bastante entretenido el trecho que recorrimos. En algunos puntos debíamos agarrarnos a unas asas metálicas puestas en la pared. Otro tramo lo salvamos Eli y yo sentándonos al borde del poyete del camino y dando pequeños saltos y arrastrando el culo. En otro tramo pasamos bajo una gruta en la roca. Al salir de esta gruta estuvimos un rato viendo a una pareja de colirrojos tizones. Entre las grietas de las rocas crecían diversas especies de plantas que no conocíamos. El camino se abría a campo abierto donde dimos la vuelta. En este lugar crecía el espino albar, cubierto copiosamente de albas flores, y los aviones roqueros volaban a cielo descubierto. Y sobre las escarpadas aristas rocosas vimos el vuelo de un halcón que portaba en sus garras una presa abatida.

Flores del Espino Albar

     De vuelta sobre nuestros pasos, logramos ver tanto algunas lavanderas blancas, como algún que otro espécimen de lavandera cascadeña, pero ambas especies compartían el recorrido del río. Cuando regresamos, antes de volver a los aparcamientos, tomamos una ruta alternativa, adentrándonos en una zona más boscosa. Parecía estar menos concurrido este tramo de la ruta. Aquí detectamos al chochín por su canto, y entre la vegetación logramos ver un petirrojo. Los negros mirlos también estaban presentes, que volaban entre la vegetación ripícola, a veces alarmados. Y más arriba, cercanas a los ambientes rupícolas, volaba un bando de aves, también negras, que habían llamado nuestra atención por sus voces, las chovas piquirrojas.

(*) Fotografías: gentileza de Natividad Aguilera.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

·         Halcón Peregrino (Falco peregrinus brookei)
·         Avión Roquero (Ptyonoprogne rupestris)
·         Lavandera Blanca (Motacilla alba alba)
·         Lavandera Cascadeña (Motacilla cinerea)
·         Chochín Común (Troglodytes troglodytes)
·         Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)
·         Colirrojo Tizón (Phonicurus ochruros)
·         Mirlo Común (Turdus merula)
·         Carbonero Común (Parus major)
·         Chova Piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
·         Lagartija Ibérica (Podarcis hispanica)

martes, 14 de mayo de 2013

TALLER FOTOGRÁFICO DE ANFIBIOS Y REPTILES EN LA SIERRA DE ANDÚJAR

     Iberian Lynx Land organizó hace dos días un Taller de Fotografía de Anfibios y Reptiles en la Sierra de Andújar al que asistí, a pesar de no ser fotógrafo, como parte de la organización, junto a los prestigiosos fotógrafos de Naturaleza José Luis Ojeda y José Manuel Cañones. Allí pude reencontrarme con Miryam Lara, compañera con quien trabajo en Educación Ambiental y también gran fotógrafa de campo que participaba como asistente. La ponencia y la identificación de las especies de anfibios y reptiles en el campo corrieron a cargo del herpetólogo Luis Pedrajas, en cuya charla de introducción también hizo un esfuerzo por desmitificar las supersticiones que giran entorno a muchas de las especies que engloban estas dos fascinantes clases de vertebrados, que pese a ser dos grupos bien diferenciados son tratados por la misma ciencia, la herpetología. Las prácticas de campo se desarrollaron entorno al Río Jándula, en La Lancha y en el Embalse de Jándúla por la mañana, y en El Encinarejo por la tarde, momento en el que ya no estuve.
     Pero más allá de los anfibios y reptiles que centraban la jornada del día, yo no limité mis observaciones a estas especies, pues el campo ofrece infinitas posibilidades de disfrutar de todos sus pobladores. Ya en la Casa de La Elvira, punto de encuentro y lugar donde se impartió la teoría, mientras esperábamos que llegaran todos los asistentes, podía ver los gorriones en el entorno y escuchaba el canto cercano del herrerillo.
     El primer lugar al que nos dirigimos fue al viejo poblado de La Lancha, donde nos dedicamos a la búsqueda de reptiles entre sus ruinas. Por el camino, aunque distraído en la tertulia con Luis y José Luis, a quienes acompañé en el mismo coche, no dejé de apercibirme de urracas, rabilargos y perdices que veía al pasar. Tan solo dedicamos una breve parada a ver un mochuelo que tomaba un baño de sol matutino sobre un poste.

Macho de Lagartija Colilarga

Detalle de la cabeza
























     Al llegar a La Lancha, antes de empezar a movernos para buscar reptiles, nos reunimos bajo la sombra de los grandes eucaliptos, en un área despejada. El día era soleado, más bien cálido, bastante propicio para que los reptiles estuvieran activos. Acordamos hacer algunas batidas por los alrededores, y volver allí para que los asistentes pudieran tomar fotos cómodamente. Entre los restos de las casas daban pasadas las golondrinas dáuricas. Los mirlos salían alarmados de entre los arbustos al aproximarnos a ellos. Y más altos, los vencejos destacaban sus oscuras siluetas negras contra el claro cielo azul. Yo participé activamente en la búsqueda de reptiles, y aunque bajo la mayor parte de las piedras y troncos que moví aparecía una gran diversidad de artrópodos como escarabajos, cochinillas, escorpiones y escolopendras, no tardé en encontrar culebrillas ciegas, que tras ser fotografiadas, devolví a su lugar de origen. Por otro lado, Luis había capturado un bello ejemplar macho de lagartija colilarga, vestido de gala con los lustrosos colores del celo. Más tarde encontró una pequeña salamanquesa común. Mientras los fotógrafos centraban sus objetivos en estos modelos de “”sangre fría”, temidos por mucha gente que ignoran el papel que juegan en el medio, los buitres empezaron a concentrarse sobre nuestras cabezas. Próxima a ellos también planeaba la encapuchada águila culebrera, rapaz especializada en la caza de culebras y otros reptiles.

Salamanquesa Común

Detalle de la cabeza
























     En las siguientes batidas íbamos ampliando el radio de búsqueda. Al llegar a las proximidades de un abrupto balcón que abre las vistas a la profunda garganta excavada por el Río Jándula en el granito, donde está presa que contiene las aguas del embalse, apareció la cigüeña negra cicleando en el cielo, ascendiendo hasta dejarse llevar y perderse.
     Hacía medio día aconteció uno de los momentos más interesantes de la jornada. José Manuel llamó nuestra atención haciendo señas. Había descubierto un lince bebiendo agua en un exiguo charco. Nos acercamos rápido. Pudimos verlo a corta distancia, aunque también durante corto tiempo, pero el suficiente para algunos incluso le echasen unas pocas fotos. Al tímido felino no parecía gustarle tanto espectador, pero tampoco se apresuró al irse, no emprendió ninguna huida acelerada, y como un fantasma se desvaneció bajo las sombras entre la alta hierba. Nunca más volvió a aparecer.
     Tras la fuga del gato, el grupo volvió al juntarse en la explanada del poblado donde estaban, pero José Manuel, Luis y yo nos acercamos al mermado charco donde estuvo bebiendo con la intención de encontrar alguna rana. Corría un pequeño reguero, pero no había ninguna rana. En cambio, sobre un apilamiento de rocas amontonadas en aquel sitio, entre cuyos huecos prosperaban los cardos y otras herbáceas, descubrimos una culebra bastarda. Se trataba de un ejemplar adulto de unos 70 u 80 cm. Estaba mudando la piel. La pude coger con firmeza de la parte posterior del cuerpo pero al pasársela a Luis, se resbaló y con sorprendente celeridad se nos escapó.
     Después bajamos hasta el Embalse del Jándula, donde continuamos la jornada. En el breve trecho de camino que nos separaba del pantano, vimos una pareja de oropéndolas. En el desaguadero de la presa retomamos nuestra búsqueda donde esperábamos encontrar ranas y culebras viperinas, pero tan solo fueron algunas ranas todo cuanto pudimos ver y capturar. En las masas de agua estancada también se agrupaban algunos bancos de blackbass, o percas americanas, que habían quedado allí atrapados de los recientes desembalses. La lavandera cascadeña también se movía por allí.

Ranas Verdes Ibéricas

     Y el calor de las primeras horas de la tarde pegaba con fuerza y tras fotografiar las ranas, fuimos saliendo del desaguadero para dirigirnos nuevamente a los coches. Al cruzar la presa nos detuvimos a mirar una cabra montés. Estaba en el desaguadero, donde momentos antes habíamos estado nosotros. El taller continuaría en El Encinarejo, pero para mí ya estaba llegando a su fin. En el regreso, además de urracas y rabilargos, levantamos algún pequeño bando de pinzones del camino, pero prestamos más atención al desfile de abejarucos posados en los cables que al pasar a su lado, se lanzaban a volar.

(*) Fotografías: gentileza de Miryam Lara.


Lista de Especies Observadas (Orden Sistemático):

·         Lince Ibérico (Lynx pardinus)
·         Cabra Montés (Capra pyrenaica hispanica)
·         Cigüeña Negra (Ciconia nigra)
·         Buitre Leonado (Gyps fulvus)
·         Culebrera Europea (Circaetus gallicus)
·         Perdiz Roja (Alectoris rufa)
·         Mochuelo Europeo (Athene noctua vidalii)
·         Vencejo Común (Apus apus)
·         Abejaruco Europeo (Merops apiaster)
·         Golondrina Dáurica (Cecropis daurica)
·         Lavandera Cascadeña (Motacilla cinerea)
·         Mirlo Común (Turdus merula)
·         Herrerillo Común (Cyanistes caeruleus)
·         Oropéndola Europea (Oriolus oriolus)
·         Rabilargo Ibérico (Cyanopica cooki)
·         Urraca (Pica pica melanotos)
·         Gorrión Común (Passer domesticus)
·         Pinzón Vulgar (Fringilla coelebs coelebs)
·         Culebrilla Ciega (Blanus cinereus)
·         Salamanquesa Común (Tarentola mauritanica)
·         Lagartija Colilarga (Psammodromus algirus)
·         Culebra Bastarda (Malpolon monspessulanus)
·         Rana Verde Ibérica (Pelophylax perezi)
·         Perca Americana (Micropterus salmoides)